NACIONES UNIDAS – En el Día Internacional de las Personas Mayores, la Secretaría General de las Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) destacaron la necesidad de que los Estados intensifiquen sus esfuerzos para reducir las brechas digitales que afectan a la gente de mayor edad.
António Guterres, secretario general de la ONU dijo que “la igualdad digital debe incluir a todos los segmentos de la sociedad, independientemente de la edad”, y las personas mayores “son tal vez quienes más apoyo necesitan” para encarar el reto que plantea la creciente dependencia tecnológica del mundo actual.
Tanto Guterres como la CIDH expresaron, este viernes 1, preocupación por el impacto, sobre las personas mayores, de las desigualdades en el acceso a tecnologías digitales durante la actual pandemia covid-19.
“La herramienta internet determina en muchos casos la posibilidad de tener o no interacciones familiares, sociales y de vida en comunidad, así como la realización de los derechos fundamentales”, recordó una declaración de la CIDH.
Entre otros, mencionó el acceso a la información, los derechos de reunión y asociación, los derechos civiles y políticos, el derecho a la educación, a la salud y a participar en la vida cultural.
La CIDH observó que durante la pandemia “se pudo ver que se acentuó el impacto de la brecha digital en las personas mayores, debido a la creciente digitalización de un amplio espectro de servicios públicos y socio-sanitarios, como la telemedicina, trámites bancarios, información sobre transporte público y plataformas educativas”.
“Si bien las herramientas digitales cumplen un papel facilitador en la gestión de bienes y servicios públicos, también pueden representar un obstáculo para quienes enfrentan obstáculos para acceder a ellas, debido a la falta de conectividad y de las habilidades digitales para su uso”, subrayó la CIDH.
Guterres también dijo que las personas mayores corren un riesgo más elevado frente a la amenaza del ciberdelito, por lo que “debemos fortalecer sus capacidades digitales” al tiempo que se sostiene la lucha contra los delincuentes.
Su despacho recordó que en 2019, de los 7700 millones de habitantes del planeta, al menos 703 millones tenían más de 65 años, y durante las próximas tres décadas se duplicará la cifra, para llegar a 1500 millones en 2050. De ellos, 1100 millones estarán en los países del Sur en desarrollo.
A pesar de la rápida innovación digital, la mitad de la población mundial aún no está conectada a internet y existe un gran contraste entre los países más desarrollados, con 87 por ciento de conectividad, y los más pobres, con apenas 19 por ciento. La inequidad la padecen más las personas mayores y las mujeres.
En Europa, por ejemplo, sólo una de cada cuatro personas mayores tiene habilidades digitales básicas o superiores a las básicas, en comparación con dos de cada tres en el grupo de edad de 35 a 44 años, tres de cada cuatro entre los jóvenes de 25 a 34, y cuatro de cada cinco entre los de 16 a 24 años.
Un sondeo de 2019 mostró que en la Unión Europea sólo uno de cada cinco encuestados de 75 años o más participa al menos ocasionalmente en actividades de internet, en comparación con 98 por ciento de los que tienen entre 16 y 29 años
En América, un reporte de la CIDH y su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión sostuvo que desde 2015 las personas entre 15 y 29 años utilizan internet entre siete y nueve veces más que las personas mayores de 60 años.
También mostró que las desigualdades estructurales refuerzan a brecha digital, incluso entre las propias personas mayores, de acuerdo con niveles socioeconómicos o zonas geográficas en las que residen, y esas situaciones se habrían profundizado durante la pandemia.
La CIDH recordó que la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos de las Personas Mayores, de 2015, establece el compromiso de los Estados de adoptar medidas que aseguren el acceso de la persona mayor, en igualdad de condiciones con las demás, a la información y las comunicaciones.
Finalmente, se reiteró un llamado a “acelerar las políticas de acceso universal y de calidad a internet”, y a promover “la educación y el acompañamiento de las personas mayores en el desarrollo de competencias y habilidades digitales”, con un enfoque que considere las desigualdades socioeconómicas, geográficas y de género.
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