JOHANNESBURGO – La mayoría de las familias en Tayikistán resultaron afectadas cuando los migrantes económicos se vieron atrapados en la pandemia de la covid en el extranjero, se señaló a título de ejemplo en un seminario telemático sobre el impacto de la pandemia en la juventud mundial.
Vazirov Jamshed, consultor de investigación del Foro Asiático de Parlamentarios sobre Población y Desarrollo (AFPPD, en inglés), puntualizó que una economía predominantemente agrícola como la tayika, muchos jóvenes buscan empleo en el extranjero, principalmente en la Rusia y otros países de su entorno.
Cuando comenzaron las clausuras de las actividades por la pandemia, estos trabajadores perdieron sus empleos y las remesas que «representaron 30 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país en 2019 se habían reducido a la mitad en 2021″en este país de Asia central, detalló.
Estos no fueron los únicos migrantes económicos jóvenes que se quedaron sin medios y, a menudo, sin acceso a servicios básicos en el extranjero.
Sangeet Kayastha, consultor de investigación de AFPPD en Nepal, dijo que se estimaba que 20 por ciento de los nepalíes en el extranjero habían perdido sus empleos o estaban en riesgo de hacerlo.
“No han recibido su salario ni otros beneficios y se ven privados del acceso a los servicios básicos, incluidas las instalaciones de salud”, sostuvo en el foro. Añadió que el gobierno nepalí promovió la repatriación de trabajadores migrantes, pero «a su propio costo».
Durante el seminario virtual, organizado por el AFPPD y la Asociación Asiática de Población y Desarrollo (APDA, en inglés), se escucharon testimonios sobre los devastadores impactos de la pandemia en los jóvenes en esta parte del mundo.
El cierre de los centros educativos, la dependencia de la educación en línea en países donde la conectividad era deficiente y costosa, y el impacto en las micro, pequeñas y medianas empresas hizo que la juventud se viera gravemente afectada por la covid-19.
Keizo Takemi, diputado de Japón y presidente de AFPPD, compartió una historia de activismo juvenil voluntario, iniciado por un miembro del parlamento indio, que salvó la vida de más de 10 000 pacientes mediante la coordinación de la prestación de servicios médicos y camas en instalaciones médicas para aquellos que las necesitaban.
Sin embargo, también hizo sonar la alarma de que la covid había creado una “pandemia de desigualdad”, con disparidades crecientes dentro y entre países.
Björn Andersson, director regional de la Oficina de Asia Pacífico del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA) reiteró que era necesario entender “que la pandemia desplazó a muchos. Las desigualdades se exacerbaron” y las personas vulnerables, incluidos los jóvenes, se vieron gravemente afectadas.
El UNFPA había impulsado el cambio al trabajar con una red regional de jóvenes para desarrollar líneas de ayuda nacionales para el apoyo en la covid, la salud sexual y reproductiva, la planificación familiar y los servicios de VIH/sida en más de 20 países de la región.
También creó líneas telefónicas de ayuda sobre violencia de género y líneas de ayuda centradas en la salud mental y abrió 143 espacios adaptados a las mujeres y los jóvenes en varios países.
Sin embargo, la pandemia había creado una brecha considerable. Uno de los desafíos fue que en los intentos de los gobiernos de lidiar con las amenazas de la pandemia, los problemas de la juventud no fueron priorizados, incluso en países con políticas juveniles progresistas.
Vazirov dijo que en el caso deTayikistán el país no estaba preparado para la educación en línea. La tasa de alfabetización es alta, sin embargo, muchos jóvenes no pudieron continuar con su educación durante el cierre por la pandemia debido a la infraestructura deficiente y la conexión comparativamente baja de la mayoría de la población a un Internet confiable.
“El precio del propósito es el más alto, no solo en la región sino en el mundo si se comparan los niveles de ingresos y los costos de Internet”, sostuvo.
Nandinchimeg Magsar, un consultor de investigación para Mongolia, señaló que a partir del 3 de febrero de 2020, todos los niveles de educación pasaron a la capacitación fuera de las aulas, como lecciones impartidas por televisión y el aprendizaje en línea.
Esto se convirtió en un desafío, ya que solo tres de cada cinco estudiantes podían asistir a sus lecciones de televisión con regularidad, y 15 % no podía participar en ellas por varias razones, incluida la falta de televisión o internet.
Anna Marie Alhambra, consultora de investigación de Filipinas, dijo que la mayoría de los estudiantes participaban en el aprendizaje modular o a distancia. «Esto implica el uso de dispositivos y, según una encuesta, la falta de acceso a estos dispositivos fue la razón principal por la que algunos estudiantes no pudieron inscribirse en sus escuelas», afirmó.
También expresó su preocupación por una encuesta realizada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) que indicaba que los padres observaron que los niños aprenden menos con el aprendizaje en línea en comparación con las clases presenciales.
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Los consultores coincidieron en que los jóvenes deben estar a la vanguardia en todos los países en términos de prioridad y participación en el desarrollo de políticas futuras.
Alhambra dijo que el desempleo juvenil estaba disminuyendo en Filipinas antes de la pandemia, pero la covid lo hizo retroceder en forma abrupta.
“Era de 14,7 % en julio de 2019 y del 22,4 % en julio de 2020. Esto significa que 1,7 millones de jóvenes filipinos están desempleados. Durante el confinamiento, los jóvenes que trabajaban en el comercio mayorista, minorista, servicio de alimentos, construcción, transporte y almacenamiento fueron los más afectados porque se les pidió a todos que se quedaran en casa”, explicó.
Añadió que “es muy preocupante que todavía hay una reducción de 14 % en las horas de trabajo, lo que significa menos ingresos y menos actividad económica para los jóvenes”.
Magsar, por su parte, contó que en Mongolia todos los niveles de educación pasaron a la capacitación fuera del aula desde el 3 de febrero de 2020, como lecciones de televisión y aprendizaje en línea.
Solo tres de cada cinco estudiantes pudieron atender a sus lecciones por televisión con regularidad, y 15 % no pudo seguir sus lecciones por varias razones, incluida la falta de televisión o internet.
En Filipinas, dijo Alhambra, la mayoría de los estudiantes participaron en el aprendizaje modular o a distancia. Esto implica el uso de dispositivos y, según una encuesta, «la falta de acceso a estos dispositivos fue la razón principal por la que algunos estudiantes no pudieron inscribirse en sus escuelas».
Una encuesta realizada por Unicef indicó que los padres observaron que los niños aprenden menos con el aprendizaje en línea en comparación con las clases presenciales.
Manmohan Sharma, Secretario Ejecutivo de la Asociación de Parlamentarios sobre Población y Desarrollo de India, señaló que la “pandemia de covid-19 se estaba volviendo endémica” y duraría más de lo esperado. Por ello, sugirió que la APDA y el AFPPD deberían mantener este tema en la agenda a más largo plazo.
Osamu Kusumoto, secretario general y director ejecutivo de la APDA, inquirió a los participantes su opinión sobre cómo priorizar estos temas en la política de los diferentes países.
Vazirov, respondió diciendo que la pandemia reveló debilidades en las políticas y los enfoques de su país ante las crisis. Tayikistán tiene una estrategia nacional de desarrollo hasta 2030, pero, en su opinión, era hora de reconsiderar las prácticas, no solo para la educación sino para todos los sectores del país que deben trabajar de manera coordinada.
No estaba de acuerdo con que la pandemia se estuviera volviendo endémica.
“Ahora es el momento de revisar los documentos de políticas existentes e introducir enmiendas basadas en las lecciones que aprendimos, trabajar juntos y combatir conjuntamente las consecuencias negativas de covid”, sostuvo.
T: MLM / ED: EG