Aumenta el auxilio a Yemen del Banco Mundial y agencias de la ONU

Aumentar la producción agrícola, incluida la de pequeños huertos, es una tarea esencial para enfrentar la inseguridad alimentaria y la amenaza de hambruna que afecta al país más pobre del Medio Oriente. Foto: Soliman Ahmed/FAO

ROMA – El Banco Mundial y tres agencias del sistema de Naciones Unidas iniciaron un proyecto de 127 millones de dólares para paliar la inseguridad alimentaria en que se encuentra la mayoría de la población de Yemen, con decenas de miles de personas padeciendo hambre en niveles catastróficos.

Una combinación de males “tiene efectos devastadores en la vida de las personas, en el contexto más amplio del actual conflicto y la crisis económica”, dijo Tania Meyer, gerente del Banco Mundial en el que es el país más pobre del Medio Oriente.

Mencionó “la gran dependencia de las importaciones de alimentos, los altos precios y la notable reducción de los ingresos” en ese país de 29 millones de habitantes.

La carestía es marcada en un país que importa alrededor de 80 por ciento de sus alimentos, y además está castigado por una cruenta guerra civil desde 2015, inundaciones, la plaga langosta del desierto y la pandemia covid-19.

Esos factores colocaron a 16,2 millones de yemeníes en situaciones de inseguridad alimentaria aguda en grado de crisis o peor, fase tres o superiores en la escala de cinco de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases.

Al menos 47 000 personas padecen hambre en niveles catastróficos (fase cinco), indicó un reporte del banco y sus asociados, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El proyecto y la donación del Banco Mundial se centrarán en apoyo inmediato a hogares vulnerables, con dinero a cambio de trabajo y auxilio nutricional a madres y niños, y respaldo de corto plazo a la producción agrícola y otros medios de subsistencia.

Las actividades de la FAO para aumentar la producción agropecuaria y pesquera, huertos incluidos, fortalecer sistemas locales agroalimentarios y establecer cadenas nacionales de valor agrícola, recibirán una inyección de 61 millones de dólares.

“Para millones de familias yemeníes, la producción doméstica de alimentos constituye una barrera que las separa de hambre grave. Pero también debemos impulsar la producción local de alimentos y la agricultura como fuente de empleos a largo plazo”, dijo Hussein Gadain, representante de la FAO en el país.

El PMA utilizará 42,2 millones de dólares para mejorar la situación nutricional de hogares vulnerables en el medio rural, “prestando atención a la función básica de las mujeres para reforzar la seguridad alimentaria”, según el proyecto.

“Los datos demuestran que cuando las mujeres y niñas tienen un mejor acceso a la información, los recursos y los servicios, el resultado es una mejora de la toma de decisiones, de las oportunidades económicas y de la seguridad alimentaria”, observó Laurent Bukera, director del PMA en Yemen.

El PNUD recibirá 23,8 millones de dólares para dirigir medidas de adaptación al cambio climático en las zonas rurales de Yemen, que deben facilitar acceso inmediato a los alimentos y crear oportunidades de empleo temporal mediante un programa de dinero por trabajo.

“Este proyecto, al tiempo que aborda la crisis alimentaria aguda facilitando a las personas el dinero necesario para comprar alimentos, busca reconstituir activos comunitarios que se han destruido o dañado por el conflicto o en las inundaciones devastadoras”, según Auke Lootsma, representante residente del PNUD.

En Yemen, el sector agrícola nacional abastece solo entre 15 y 20 por ciento de las necesidades alimentarias del país, con limitadas tierras para la agricultura, escasos recursos hídricos, prácticas deficientes, años de guerra, precios de los combustibles muy elevados y la inclemencia de inundaciones, sequías y plagas.

El país depende en gran medida de las importaciones comerciales para satisfacer las necesidades de consumo interno de trigo, el principal alimento básico, y la asistencia es una fuente esencial de alimentos para más de un tercio de las familias.

Junto con la producción agrícola, el comercio, las comunicaciones, las escuelas, y el acceso a servicios de salud se ven severamente afectados por el ya largo conflicto entre fuerzas que han sido respaldadas por coaliciones rivales encabezadas, respectivamente, por Irán y Arabia Saudita.

A-E/HM

 

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