GINEBRA – La reciente muerte de más de 80 personas al naufragar las frágiles embarcaciones en las que se dirigían desde África a las islas Canarias, en España, destaca la necesidad urgente de más apoyo para prevenir nuevas tragedias en el mar, indicó un reporte de dos agencias de las Naciones Unidas, OIM y Acnur.
“A medida que más embarcaciones parten hacia las islas Canarias, el número de víctimas mortales sigue aumentando”, observó el texto divulgado en esta ciudad suiza por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Su reporte registró que la guardia costera de Mauritania localizó el 16 de este mes una embarcación con solo siete personas vivas de las 54 que zarparon de sus costas el 3 de agosto, entre ellos tres niños.
Una falla en el motor dejó a los pasajeros varados sin agua ni comida durante casi dos semanas, según las autoridades.
Los supervivientes, cuatro de ellos en estado crítico, fueron trasladados a la ciudad de Nuadibú, al norte de Mauritania, para recibir atención médica, y Acnur estudia si alguna de esas personas necesita protección internacional.
La tragedia ocurrió apenas 10 días después de que otras 40 personas perdieran la vida en la misma ruta. Hasta enero de 2021 se había registrado la muerte de más de 350 personas en esos naufragios, en tanto más de 8000 han llegado a España utilizando esa ruta entre las costas mauritanas y el archipiélago canario.
El 22 de agosto, las autoridades de las Canarias reportaron el arribo de 100 personas en dos pateras (botes), 53 –siete mujeres, una niña y 45 varones- a la isla de Fuerteventura, y 47 a la de El Hierro, provenientes de África subsahariana.
OIM y Acnur solicitan más apoyo para poder continuar con sus intervenciones para salvar vidas, que incluyen la identificación de situaciones vulnerabilidad, así como ayuda médica y psicosocial.
“Nuestra máxima prioridad es ofrecer alternativas seguras y viables a los peligrosos viajes que emprenden las personas refugiadas y migrantes, de acuerdo con los objetivos del Pacto Mundial sobre Refugiados”, comentó Maria Stavropoulou, representante de Acnur en Mauritania.
Acnur trabaja para “aumentar la identificación de las personas con necesidades de protección internacional que viajan a lo largo de estas rutas y proporcionar asistencia en los países que los acogen”, según la funcionaria.
El jefe de misión de la OIM en ese país del occidente africano, Boubacar Seybou, resaltó que a la organización le preocupa el hecho de que muchas personas rescatadas en el mar terminan en detención administrativa.
“De acuerdo con las recomendaciones incluidas en el Pacto Mundial sobre Migración, también deben existir alternativas para las personas supervivientes, quienes ya han sufrido fuertes traumas médicos y psicosociales”, expresó.
“Estamos trabajando estrechamente con las autoridades para acelerar la implementación de nuevas medidas de asistencia y protección, y para reforzar la lucha contra las redes de trata y tráfico de personas”, agregó Seybou.
El tráfico ilegal de personas que se efectúa empleando frágiles botes permite suponer que las desapariciones y muertes por esa causa en el Atlántico oriental son mayores que las de las cifras registradas tras la detección oficial de naufragios.
La policía española ha dado cuenta de la existencia y desmantelamiento de redes que han operado desde las Canarias para impulsar la trata de personas desde el noroeste africano hasta el archipiélago y desde allí al territorio continental europeo.
De su lado, Acnur y la OIM instaron a la comunidad internacional a apoyar sus esfuerzos “para identificar y asistir a las personas que necesitan protección internacional” y “crear vías seguras y legales, establecer alternativas a la detención, y reforzar la capacidad de búsqueda y rescate en las costas de Mauritania”.
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