LIMA – Indígenas del pueblo kána de Perú presentan altos niveles de metales y sustancias tóxicas en su cuerpo, como consecuencia de la minería del cobre en Espinar, provincia del sureño departamento de Cusco, indicó este martes 18 un informe de la organización humanitaria Amnistía Internacional (AI).
Al presentar los resultados de la investigación, Erika Guevara Rosas, directora regional de AI, dijo que “esta evidencia científica e independiente demuestra que las comunidades de Espinar enfrentan una crisis de salud que requiere una respuesta urgente y contundente del gobierno”.
La investigación se realizó entre 2018 y 2020 con encuestas y exámenes a 150 voluntarios de 11 comunidades, así como pruebas a 191 muestras de agua para consumo humano en el área de influencia del proyecto minero Antapaccay.
Ese proyecto es conducido por la trasnacional anglo-suiza Glencore, que invirtió dese 2012 unos 1500 millones de dólares en una planta de sulfuros y otros activos para producir cobre, uno de los seis desarrollos mineros que trabaja en Perú.
Perú produce 2,2 millones de toneladas de cobre al año, y es el segundo productor mundial, después de Chile.
De las 150 personas examinadas, 117 (78 por ciento) presentaron niveles de metales y sustancias tóxicas por encima de los valores de referencia, lo cual representa un riesgo para su salud, de acuerdo con la investigación guiada por AI.
Gerson López, un comerciante de 22 años de la comunidad Alto Huancané, dijo que ha sufrido náuseas, vómitos y calambres frecuentes en las manos y los pies y que su familia ha padecido “enfermedades raras que los doctores no han podido explicar”.
“Estamos muriendo, estamos perdiendo a nuestras familias, estamos perdiendo a nuestro ganado. El gobierno no nos ha ayudado en nada. Estamos pidiendo salud y respeto al medio ambiente. Quiero aprovechar mi vida, porque solo una vida tengo”, dijo López a los enviados de AI.
El estudio mostró que 58 por ciento de los examinados presentaron niveles elevados de arsénico en su organismo, lo que puede producir náusea y vómitos, disminución del número de glóbulos rojos y blancos en la sangre, y ritmo cardíaco anormal.
Más de 29 presentaron niveles elevados de manganeso, que puede ser tóxico y acumularse en el cerebro, huesos, hígado, riñones y páncreas, y más de 12 por ciento niveles altos de cadmio, que pueden producir enfermedad renal, daños de pulmón y fragilidad de los huesos.
En porcentajes más pequeños se registró la presencia de plomo en los cuerpos de los examinados, capaz de daños cerebrales graves, y también de mercurio.
Las comunidades estudiadas están además expuestas a falta de agua potable y contaminación ambiental que ahora se combinan con la pandemia covid-19.
En Espinar había hasta el 3 de mayo 3828 casos de covid, de los 1,8 millones en todo Perú, y en los 10 días previos perecieron en la zona 27 personas por la enfermedad.
“Las autoridades deben tomar el liderazgo para resolver la grave crisis de salud en Espinar. No puede normalizarse el que las personas vivan con metales y sustancias tóxicas en sus cuerpos. Es una situación que debe resolverse sin demoras”, dijo Marina Navarro, directora de AI en Perú.
Desde hace años, las comunidades indígenas de Espinar han denunciado la presencia de enfermedades, contaminación y metales y sustancias tóxicas en su población, así como ausencia de monitoreo ambiental adecuado, agua limpia y segura y atención médica especializada.
El 30 de diciembre de 2020 la Corte Superior de Justicia de Cusco emitió una sentencia definitiva e inapelable mediante la cual ordenó al Ministerio de Salud diseñar e implementar una estrategia de emergencia sanitaria para Espinar, relacionada con la exposición a metales y sustancias tóxicas.
El ministerio estableció ese año que 10,1 millones de personas, 31 por ciento de la población del país, estaban en riesgo de exposición a metales pesados y otras sustancias químicas, 6,8 millones (20 por ciento) a metaloides como el arsénico, y dos millones (seis por ciento) a hidrocarburos.
La minería es pilar de la economía de Perú, representa 15 por ciento de su producto interno bruto, 60 por ciento de sus exportaciones y 20 por ciento de los ingresos fiscales. Sus principales productos son plata, cobre, zinc, estaño, bismuto y telurio.
Hay en marcha 36 nuevos proyectos, en su mayoría para minas de cobre en el norte y sur del país, de los cuales seis contemplan inversiones por más de 2500 millones de dólares cada uno.
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