Las fuerzas de seguridad de Myanmar deben “detener su brutal represión contra los manifestantes pacíficos”, dijo este jueves 4 la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, después de que en una sola jornada de protestas perecieron al menos 38 personas.
“El ejército de Myanmar debe dejar de asesinar y encarcelar a los manifestantes. Es absolutamente aborrecible que las fuerzas de seguridad estén disparando munición real contra manifestantes pacíficos en todo el país”, dijo Bachelet.
Agregó que “también estoy consternada por los ataques documentados contra el personal médico de emergencia y las ambulancias que intentan brindar atención a los heridos” en las multitudinarias protestas que han sacudido ese país de Asia sudoriental desde el golpe de estado del 1 de febrero.
Al asumir el poder, los mandos militares descabezaron a todos los poderes civiles y arrestaron a centenares de dirigentes, comenzando por Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz 1991 y lideresa de la fuerza política mayoritaria en el país, también conocido por su antiguo nombre de Birmania.[pullquote]3[/pullquote]
Las protestas multitudinarias estallaron de inmediato en las calles de las principales ciudades, reprimidas cada vez con mayor violencia -el 28 de febrero murieron 18 personas- y la jornada del miércoles 3 ha resultado la más sangrienta, con al menos 38 víctimas fatales, muchas de ellas abatidas con disparos de munición real.
Las redes sociales se han colmado de imágenes de las protestas y la represión, y una de las más difundidas ha sido la de la joven Kyel Sin, quien participaba en una de las manifestaciones del miércoles vistiendo una camiseta con la inscripción “Todo va a estar bien”, y murió al recibir un balazo en la cabeza.
La oficina de Bachelet (Acnudh) ha corroborado que al menos 54 personas han sido asesinadas por policías y militares desde el golpe de estado, y considera que la cifra de fallecidos, pendiente de verificación, “puede ser mucho mayor”.
Además centenares de personas han resultado heridas y unas 1700 han sido detenidas, “incluidos miembros del parlamento, activistas políticos y funcionarios electorales, autores, defensores de los derechos humanos, maestros, trabajadores de la salud y funcionarios públicos, periodistas, monjes y celebridades”.
Acnudh consideró probable que el número de detenidos supere los 1700 “dado que, según informes, se han realizado manifestaciones en 537 lugares de todo el país donde no siempre ha sido posible realizar un seguimiento de los acontecimientos”.
Algunas personas ya fueron declaradas culpables y condenadas a penas de prisión que van de siete días a dos años, otras están a la espera de juicio y 61 más son buscadas por las autoridades militares y se encuentran escondidas, según Acnudh.
“Muchas de las detenciones arbitrarias que se han llevado a cabo desde el 1 de febrero pueden constituir desapariciones forzadas”, dijo Bachelet, quien pidió la liberación inmediata de todos los que permanecen detenidos arbitrariamente.
La alta comisionada también expresó su preocupación por los ataques contra periodistas, pues al menos 29 fueron detenidos en los últimos días, y ocho han sido acusados de delitos como la incitación a la oposición, el odio al gobierno o la asistencia a un acto ilícito.
“Insto a todos aquellos con información e influencia a que apoyen los esfuerzos internacionales para responsabilizar a los líderes militares por las graves violaciones de derechos humanos que se han cometido tanto ahora como en el pasado”, dijo finalmente Bachelet.
Desde el Vaticano, el papa Francisco dijo que “aún me llegan noticias tristes desde Myanmar, de sangrientos enfrentamientos con pérdida de vidas humanas. Deseo llamar la atención de las autoridades involucradas para que el diálogo prevalezca sobre la represión y la armonía sobre la discordia”.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático mantuvieron una reunión digital para tratar de persuadir a Myanmar, uno de sus miembros, de que abandone la vía de la violencia contra los manifestantes que protestan a diario.
Entretanto, según el diario birmano Myanmar Now, el general Soe Win, miembro de la junta militar, dijo a la enviada especial de la ONU, Christine Schraner Burgener, que en ese gobierno de facto “están preparados para resistir cualquier sanción o aislamiento político impuesto por la comunidad internacional”.
A-E/HM