Cinco expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas pidieron este viernes 7 que se levanten o al menos se suavicen las sanciones impuestas a países del Sur, entre ellos Cuba y Venezuela, para que puedan proveerse mejor de recursos con los cuales combatir la pandemia covid-19.
Las sanciones “deben levantarse, o como mínimo suavizarse, de modo que las personas puedan recibir productos básicos como jabón y desinfectantes para mantenerse sanas, y para que los hospitales puedan obtener ventiladores y otros aparatos médicos para que la gente siga viva”, dijo la bielorrusa Alena Douhan.
Douhan, relatora especial de la ONU sobre las repercusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos, encabezó el grupo de expertos que pidió levantar o atenuar las sanciones económicas sobre Cuba, Irán, Sudán, Siria, Venezuela y Yemen.
Los otros expertos son la médica sudafricana Tlaleng Mofokeng, la francesa Agnès Callamard, del área de ejecuciones extrajudiciales, el estadounidense Michael Fakri, especialista en alimentación, y el canadiense Obiora Okafor, experto en derechos humanos y solidaridad internacional.
El grupo sostuvo que “las personas que habitan en países sujetos a sanciones carecen de las herramientas necesarias para protegerse y recibir los tratamientos adecuados contra la pandemia del coronavirus ya que las excepciones humanitarias a estas medidas no funcionan”.
Douhan dijo que en cambio las sanciones “provocan sufrimiento y muerte”, y deploró que no haya avances desde su primera petición, en abril, para que se suspendiesen esas medidas coercitivas contra un grupo de Estados.
Para el grupo de expertos “las sanciones impuestas en nombre de la defensa de los derechos humanos están, de hecho, matando a personas y privándolas de derechos fundamentales, como el derecho a la salud, a la alimentación y a la vida misma”.
Para hacer más gráfica su demanda, afirmaron que las sanciones impiden proveerse de insumos básicos como el agua, el jabón y la electricidad que urge en los hospitales, el combustible para la entrega de bienes vitales, y que igualmente escasean los alimentos.
Solicitaron a los países sancionadores “levantar, suspender o minimizar urgentemente” esas medidas coercitivas con el objetivo de que lleguen a las naciones afectadas medicamentos y material médico, alimentos y combustible.
El quinteto de especialistas aplaudió, por otra parte, los esfuerzos de muchos Estados, organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales que tratan de ayudar a los países sancionados en el combate contra la pandemia.
No obstante, y ante el largo y costoso proceso que supone conseguir las exenciones humanitarias, los expertos de la ONU indicaron que deberían concederse cuando quede demostrado su propósito de carácter humanitario.
“A fin de garantizar los derechos humanos y la solidaridad en el transcurso de la pandemia, las exenciones para la prestación de ayuda humanitaria deben concederse del modo más sencillo, preferiblemente de forma automática cuando se soliciten”, dijo Douhan.
Advirtió finalmente que “los individuos y las organizaciones humanitarias que participan en la entrega de dicha ayuda no deben ser objeto de ninguna manera de sanciones complementarias”.
Estados Unidos mantiene sobre Cuba, desde 1962, sanciones inicialmente tomadas en represalia por la expropiación de bienes de estadounidenses en la isla, y las cuales derivaron en un bloqueo sobre parte de la actividad económica cubana.
Las más recientes, este año, han interrumpido el envío de remesas a La Habana por parte de cubanos que viven en el exterior, agravando la provisión de divisas a la isla, ya muy disminuida por la caída del turismo en el contexto de la pandemia.
En el caso de Venezuela, Washington busca forzar la salida de Nicolás Maduro de la presidencia y ha sancionado tanto a personeros del Estado como a la empresa petrolera estatal y al banco central del país sudamericano.
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