Los gobiernos de la región deben instrumentar urgentemente, ante la pandemia covid-19, un ingreso básico de emergencia para sus 215 millones de pobres, propuso la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Ese ingreso “debería ser equivalente a 143 dólares mensuales y sostenerse durante seis meses”, en camino a la adopción futura de un ingreso básico universal, dijo la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, al presentar este martes 12 el informe “El desafío social en tiempos de covid-19”, en la sede de la agencia de las Naciones Unidas, en Santiago de Chile.
Los recursos necesarios para ese ingreso básico de emergencia por seis meses representan 3,4 por ciento del producto interno bruto de la región, que ya entregaba en dinero a los más pobres 0,6 por ciento de su PIB y en la actual crisis sumó ayudas por 36 830 millones de dólares, equivalentes a otro 0,7 por ciento.
El restante 2,1 por ciento necesario para instrumentar el ingreso de emergencia podría financiarse con un combate frontal a la evasión fiscal, que en la región se calcula en 6,3 por ciento del PIB, con otras medidas fiscales y con incrementos en los presupuestos de salud y educación, dijo Bárcena.
El informe advierte que la pandemia y el confinamiento con que se la combate provocarán en el corto plazo un aumento de la pobreza, debido al contexto de bajo crecimiento económico, pues el PIB decrecerá, -5,3 por ciento, y el desempleo crecerá, hasta 3,4 puntos porcentuales.
La pobreza crecerá al menos 4,4 puntos porcentuales, 28,7 millones de personas más que en 2019, para alcanzar un total de 214,7 millones, 34,7 por ciento de los latinoamericanos y caribeños.
En la pobreza extrema caerían 15,9 millones de personas, alcanzando un total de 83,4 millones de personas.
La pandemia “ha hecho visibles problemas estructurales del modelo económico y las carencias de los sistemas de protección social y de los regímenes de bienestar, lo que hoy nos está resultando muy caro”, observó Bárcena.
En la respuesta, al menos 29 países de la región adoptaron 126 medidas compensatorias para los sectores más vulnerables, incluidas transferencias monetarias, en especie (desde alimentos hasta mascarillas), alivi de las cargas por servicios básicos, exenciones tributarias y controles de precios.
Pero se requieren, según la Cepal, medidas mayores y más intensas para cuidar la salud de la población y amortiguar el impacto social de la crisis económica. ”Sostener el consumo de los hogares será crucial para lograr una recuperación sólida y relativamente rápida”, asentó el informe.
Allí insertó el pedido de un ingreso básico de emergencia, que debería cubrir al menos seis meses con un monto equivalente al de la línea de pobreza, que en la región promedia 143 dólares mensuales.
Bárcena evocó la crisis de los años 80 del siglo pasado y dijo que para recuperar el PIB per cápita se necesitaron 14 años, y otros 25 para hacer retroceder la pobreza a los niveles que tenía entonces, “y esta crisis nos puede hacer perder 13 años”.
“No queremos otra década perdida, y por eso impulsamos la construcción de un estado de bienestar, comenzando por un ingreso básico universal que se instale gradualmente y permita a millones de latinoamericanos y caribeños salir del espacio de la indigencia y ser más productivos”, dijo Bárcena.
Para posibilitarlo, se necesita “un nuevo pacto fiscal” en la región, con combate a la evasión fiscal, nuevos impuestos a la economía digital y a las actividades ambientalmente predadoras, y con renovada atención al gasto público en materia de salud, educación y otros servicios, resumió la funcionaria.
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