Las cosechas también están en cuarentena en India

Los tradicionales “mandis” de India, los mercados agrícolas al aire libre donde los productores venden directamente sus cultivos a los consumidores, tienen pocos compradores actualmente por las medidas restrictivas de la cuarentena nacional que vive en país asiático. Foto: Neeta Lal / IPS
Los tradicionales “mandis” de India, los mercados agrícolas al aire libre donde los productores venden directamente sus cultivos a los consumidores, tienen pocos compradores actualmente por las medidas restrictivas de la cuarentena nacional que vive en país asiático. Foto: Neeta Lal / IPS

Imágenes desgarradoras de agricultores de India junto a una gran cantidad de verduras, frutas y granos descompuestos inundan estos días los diarios y las pantallas de televisión del país.

La caída de los precios y las barreras del transporte debido a la cuarentena nacional para contener la propagación del coronavirus, han llevado a muchos campesinos a tener que quemar sus cultivos ya cosechados por no lograr venderlos.

El confinamiento en India comenzó el 24 de marzo y se prorrogó el 19 de abril hasta el 3 de mayo, aunque el primer ministro Narendra Modi podría prolongar más allá de esa fecha el confinamiento en sus hogares de los 1300 millones de indios.

Los pequeños agricultores están siendo uno de los sectores más golpeados por la parálisis de actividades con que se busca contener los contagios.

Cultivos incendiados y suicidios de agricultores

«Llevamos nuestros productos al mercado pero casi no hay compradores en estos días. Me vi obligado a vender cuatro quintales (400 kilógramos) de pimientos (chiles o ajíes)  a 10 rupias (0,13 dólares) por kilo cuando su precio habitual es de 40 rupias (0,53 dólares)”, contó a IPS el campesino Lekhi Ram, desde un pequeño pueblo de Khairpur, en el norteño estado de Uttar Pradesh.

Aceptó casi regalar los pimientos (Capsicum annuum) porque volver con ellos a casa “me habría roto la espalda”, después de que debió cargarlos él mismo por falta de transporte.

Incapaz de poder realizar la cosecha a tiempo, el vecino de Ram, otro pequeño agricultor, incendió sus campos. «Las verduras sobrantes quedaron para alimento de las ovejas y las cabras», dijo Ram.

Marzo y abril marcan la temporada alta de cosecha en la India cuando se cosechan y venden cultivos como trigo, garbanzos, cebada, semillas de lino, guisantes, papa, mostaza, algodón y mijo.

Pero la pandemia impide que este año la recolección se lleve a cabo.

«Esperábamos una gran cosecha de primavera porque hubo buenas lluvias pero Dios obviamente tenía otros planes”, dijo Balbir Singh Rajewal, presidente de la Unión Bharatiya Kisan, en el también estado norteño de Punjab.

«La demanda urbana ha sido mínima durante la cuarentena. Incluso las tiendas de comestibles en línea, cuyas órdenes normalmente no logramos atender (por la alta demanda), han dejado de llamar», contó a IPS el líder de la organización que agrupa a pequeños agricultores.

Como resultado, ya se han reportado suicidios de campesinos en algunas aldeas desde que comenzó el confinamiento.

Más de la mitad de la población del país, casi 700 millones de personas, dependen directa o indirectamente de la actividad agrícola en India.

El sector de la agricultura y los sectores vinculados con la actividad aportan 16,5 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país, de 2,6 billones (millones de millones) de dólares, según las cifras gubernamentales para 2020.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) indica que en 2018 en India 43,9 por ciento de la fuerza laboral total del país se ocupaba en la agricultura.

De ese total, 45,1 por ciento son agricultores con tierra o trabajadores independientes en el sector, mientras que el resto es de mano de obra agrícola, carente de tierra.

La OIT alertó este mes que en India el sector informal emplea a un asombroso 90 por ciento de la fuerza laboral del país, unos 400 millones de trabajadores, que corren el riesgo de caer en la pobreza y la extrema pobreza durante la crisis provocada por la pandemia de covid-19.

Los gremios piden hacer más

Según Jagdish Singh, presidente de la Unión Bhartiya Kisan, en el estado central de  Madhya Pradesh, que agrupa a unos 300 000 agricultores, lo que más perjudica a los productores es el desinterés oficial por su situación.

«No pudimos utilizar en forma conjunta las cosechadoras de Punjab (como otros años), debido a restricciones en el transporte, así que no pudimos cosechar nuestro grano a tiempo”, explicó como ejemplo. La falta de mano de obra agrícola por el confinamiento y la carencia de transporte, solo empeoraron las cosas.

Singh afirma que el gobierno del estado no ha hecho ningún esfuerzo para que los mercados locales de productos frescos se mantuviesen operativos, lo que hubiera permitido a los campesinos vender todos sus granos.

«Con nuestro propio esfuerzo hemos organizado un ‘mandi (mercado local al aire libre)’en la ciudad de Satna, donde hemos vendido legumbres, mostaza y trigo, cuidando las normas de distanciamiento. Esto ayudó a muchas familias a obtener algo de dinero con que sustentarse”, contó

El líder gremial destacó que hay muchos municipios en el estado de Madhya Pradesh donde no hay casos de coronavirus. “¿Por qué el gobierno no mantiene en  ellos abiertos estos mercados agropecuarios?”, se preguntó.

También los grandes agricultores de granos están teniendo muchos problemas, por la caída de la demanda y la escasez aguda de mano de obra agrícola que se desplaza de diferentes lugares para la cosecha.

Esto ha modificado gravemente los patrones agrícolas, especialmente en la cosecha de estados del norte del país, los grandes graneros indios, destacó Rajewal, el dirigente de pequeños agricultores de Punjab.

Capear el temporal

En los estados de Tamil Nadu (sur) y de Maharashtra (oeste), el transporte es el gran problema de los agricultores, tanto para los que cultivan algodón como los que producen cebollas y otras hortalizas.

Según Pravin Paithankar, presidente de la Asociación de Operadores de Contenedores de Vehículos Pesados ​​de Maharashtra, los conductores de camiones y operadores de contenedores prefieren permanecer en sus aldeas, donde hay pocos contagios, y no desplazarse hacia las ciudades, donde la incidencia es muy superior.

«No volverán hasta mayo-junio», dijo Paithankar a IPS.

Tras decretarse la cuarentena nacional, el ministro de Finanzas, Nirmala Sitharaman, anunció un paquete de unos 22 000 millones de dólares, destinado a proteger los sectores productivos más vulnerables al impacto de la pandemia, incluido el de los agricultores.

Sin embargo, dado que la mayoría de los hogares agrícolas indios son precarios y gran parte de la población del sector es de trabajadores sin tierra, la cifra resulta totalmente insuficiente, según Rajewal.

La crisis actual también tendrá un efecto dominó en la producción durante la estación invernal, ya que no hay semillas, fertilizantes y otros insumos de buena calidad, dijo a IPS un alto funcionario del Departamento de Alimentos, Suministros Civiles y Asuntos del Consumidor de Uttar Pradesh que pidió no dar su nombre.

El Comité de Coordinación de Kisan Sangharsh de India, una organización que agrupa a más de 250 gremios de agricultores en todo el país, instó al primer ministro Modi a adquirir todo el trigo producido en el país para proteger a los productores ante una situación desesperada.

Pese a todas las turbulencias dentro de la economía agropecuaria, persiste la optimista proyección de que la seguridad alimentaria india no sufrirá grandes daños.

El país mantiene importantes reservas de trigo y arroz y sus graneros están repletos con casi 60 millones de toneladas de granos alimenticios, según la Corporación de Alimentos de India.

Sin embargo, advierten los especialistas, mantener las cadenas de suministro operando sin sobresaltos será vital para la seguridad alimentaria futura, advierten los expertos, para lo cual los agricultores deben tener acceso permanente a los mercados.

Científicos del Instituto Indio de Tecnología que analizaron los datos históricos de sobre el impacto de las sequías en los últimos 150 años, destacaron un elemento que puede aplicarse en la crisis actual.

Por ejemplo, entre dos y tres millones de muertes provocadas por la hambruna de Bengala, en 1943,  se debieron a interrupciones en el suministro de alimentos, no a la falta de disponibilidad de esos alimentos.

T: MF

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