La agenda socioeconómica de las Naciones Unidas y sus ambiciosos planes mundiales para «las personas, el planeta y la prosperidad», está dominada por «objetivos, metas y plazos», con los que se pretende concretarla y cuantificarla.
Pero incluso así, lamentablemente, la mayoría de las naciones del Sur en desarrollo están luchando en desventaja para alcanzar estos objetivos, debido en gran medida a la falta de la muy necesaria financiación y/o la falta de voluntad política por parte de la mayoría de los gobiernos.
Se espera que los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que se lanzaron en 2015 e incluyen la meta de la erradicación de la pobreza extrema y el hambre, se alcancen para la fecha prevista de 2030.
Pero a juzgar por el progreso limitado realizado hasta el momento, incluso la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se muestra escéptica sobre ganar la carrera contra la pobreza y el hambre en el mundo, en la fecha límite, además de lograr compromisos como la igualdad de género, la educación de calidad y la acción climática en todo el mundo.
El Acuerdo de París sobre cambio climático, alcanzado en 2015, incluye un inventario mundial para evaluar cada cinco años el progreso colectivo y las contribuciones nacionales a las que los Estados Partes se comprometieron para lograr contener el alza de la temperatura en al menos 1,5 grados centígrados.
También las 20 Metas de Aichi para biodiversidad, destinadas principalmente a proteger y preservar los ecosistemas del mundo, tienen como fecha límite de cumplimiento el fin de este mismo 2020.
Esas metas, que tomaron como nombre la ciudad japonesa donde se acordaron, se formularon dentro del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 adoptado en 2010 y se agruparon en cinco objetivos.
En ellos se incluyen abordar las causas de la pérdida de biodiversidad, reducir las presiones sobre esa biodiversidad promoviendo su uso sostenible, así como salvaguardar los ecosistemas, las especies y la diversidad genética.
Las Metas de Aichi van a ser sustituidas por un Marco Mundial de la Diversidad Biológica Posterior a 2020, que deberá ser aprobado en la 15 Conferencia de las partes del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB), la llamada COP15, que tendrá lugar en la ciudad de Kunming, en China, entre el 15 y el 28 de octubre.
Para debatir sobre los compromisos y el texto de ese Marco Mundial, se reúnen en Roma, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) funcionarios y especialistas sobre el tema, entre el lunes 24 y el sábado 29 de febrero.
Se trata de la primera reunión preparatoria de la COP15, donde comenzará a negociarse el borrador del Marco Mundial y los objetivos para proteger la acosada biodiversidad del planeta, que los 196 partes del CDB deberán cumplir en el periodo 2021-2030 y que se van a retroalimentar con los ODS, a cumplirse también en 2030.
Elizabeth Maruma Mrema, secretaria ejecutiva en funciones del CDB, dijo en entrevista exclusiva, previa a la reunión de Roma, que “la investigación nos lleva a la conclusión de que las acciones no han sido suficientes para acelerar el progreso hacia el logro de las Metas de Aichi en la medida requerida”
En consecuencia, reconoció, “es probable que ninguna de las 20 Metas de Aichi se cumpla por completo, aunque sí se han logrado algunos componentes o elementos específicos dentro de las metas».
Una evaluación completa sobre el cumplimiento de las Metas se dará a conocer el 18 de mayo, cuando se publicará el quinto informe sobre el estado de la biodiversidad en el mundo.
«Pero podemos decir en general que ha habido una gran cantidad de políticas y acciones desarrolladas en todas partes del mundo para abordar la pérdida de biodiversidad, incluso si acumulativamente no han sido suficientes para cumplir los objetivos acordados por la comunidad mundial», adelantó Mrema.
«Tendremos que construir sobre estos (logros parciales) a medida que avanzamos para lograr la Visión para 2050«, señaló, en referencia al conjunto de pautas convenidas en 2017 para que en ese año la humanidad viva en armonía con la naturaleza, con medidas hasta entonces que cristalicen un desarrollo sostenible con la diversidad biológica.
Estos son algunos de los extractos de la entrevista de IPS con esta abogada originaria de Tanzania, con una amplia experiencia en temas ambientales legales y con una destacada trayectoria de dos décadas dentro del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la agencia de la ONU responsable del CDB:
IPS: Hay informes de que poca gente ha escuchado sobre las Metas de Aichi, en comparación con los ODS o el Acuerdo de París sobre cambio climático.. ¿Es esta una caracterización justa? ¿Qué tan importante es el conocimiento del público y cómo puede ser diferente la sensibilización con el Marco Mundial de la biodiversidad?
ELIZABETH MARUMA MREMA: Se ha avanzado en la conciencia pública y la comprensión de la importancia de la biodiversidad y sus valores. Existe una amplia variación entre los países, pero (en general) la atención a la biodiversidad en los medios se mantiene en un nivel mucho más bajo que la cobertura del cambio climático.
Sin embargo, la creciente alarma pública sobre los impactos del cambio climático se expresa con frecuencia junto con la consternación por el estado de la biodiversidad, en particular la crisis de la extinción (de ecosistemas y especies).
La cobertura mediática de la Evaluación Global de IPBES (la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas) en 2019 fue increíble, y esto ha demostrado que las personas están listas para participar en esta agenda. Pero se puede hacer más.
Es por eso que las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica han pedido que cualquier marco de biodiversidad global posterior a 2020 incluya una estrategia innovadora y activa de comunicación y divulgación, que se desarrollará dentro de las negociaciones para establecer el Marco Mundial.
IPS: ¿Qué deficiencias, si las hay, ya se han identificado en los comentarios sobre el borrador cero del Marco Mundial? ¿Espera algún cambio significativo en el proceso de negociación de ese borrador antes de su adopción definitiva en octubre?
EMM: Las Partes solo proporcionarán sus comentarios sobre el borrador cero cuando la reunión del grupo de trabajo comience en Roma el 24 de febrero. Así que le invito a usted y a los lectores de IPS a seguir las actas de la reunión, que se transmitirá por Internet.
IPS: Las Partes del CDB van a adoptar, con base en las Metas de Aichi y sus logros, un conjunto de objetivos revisados dentro del Marco Mundial que se desarrollará entre 2021 y 2030, ¿Hay alguna indicación de cuáles serían estos objetivos actualizados?
EMM: Como señala correctamente, el período para la implementación del Plan Estratégico 2011-2020 (en que se insertan las Metas de Aichi) está llegando a su fin. En 2018, la Conferencia de las Partes, en su 14 reunión en Sharm-el-Sheikh, en Egipto, adoptó un proceso para desarrollar el Marco Mundial de Diversidad Biológica Posterior a 2020, cuando conformó un Grupo de Trabajo de composición abierta (GT2020) para apoyar este proceso y nombró dos copresidentes, Francis Ogwal (Uganda) y Basile van Havre (Canadá) para dirigir el proceso.[related_articles]
Posteriormente, el GT2020, en su primera reunión en agosto de 2019 en Nairobi, solicitó a los copresidentes y al (entonces) secretario ejecutivo que prepararan un borrador de texto cero del ese Marco Mundial para su consideración en el segunda reunión del Grupo de Trabajo, que se celebrará en Roma.
Los copresidentes y la secretaria ejecutiva interina pusieron a disposición el 13 de enero de este ‘borrador Cero’ del Marco Mundial de biodiversidad.
El borrador Cero se preparó sobre la base de amplias consultas regionales y temáticas, el asesoramiento del Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico, Técnico y Tecnológico y del Grupo de Trabajo sobre el Artículo 8 J (del CDB) y presentaciones escritas.
El borrador Cero también se desarrolló teniendo en cuenta las tendencias mundiales y los escenarios futuros, incluido el Informe de Evaluación del IBPES.
El Marco se basa en una teoría del cambio que reconoce que se requiere una acción política urgente a nivel mundial, regional y nacional para transformar los modelos económicos, sociales y financieros a fin de que las tendencias que han exacerbado la pérdida de biodiversidad se estabilicen en los próximos 10 años (para 2030) y permitir la recuperación de los ecosistemas naturales en los siguientes 20 años, con mejoras netas para 2050 para lograr la Visión del Convenio de ‘vivir en armonía con la naturaleza para 2050’.
El borrador cero contiene objetivos globales sugeridos para 2030 y 2050 y objetivos orientados a la acción para 2030. Como señalé, las Partes lo considerarán en la reunión que tendrá lugar en Roma la última semana de febrero.
T: MF