El pueblo guaraní lleva el fútbol en la sangre: Desde el siglo XVII, practicaban un juego de pelota llamado manga ñembosarái, que se adelantó al fútbol moderno en al menos dos siglos.
Aunque no se marcaban goles ni había arcos, esta tradición de juego con pelota de caucho es parte del legado cultural del pueblo guaraní, un legado que la joven indígena ava guaraní Tania Vera heredó con orgullo.
Cuando tenía 19 años, Tania quería jugar al fútbol como lo hacían los hombres de su comunidad, Fortuna, en la ciudad paraguaya de Curuguaty, pero no había una liga femenina.
“Lo mismo sucedía cuando se tomaban decisiones sobre un proyecto productivo; las mujeres indígenas no teníamos participación y nuestra visión no era escuchada”, señala la joven.
“Durante el curso de derechos humanos y alimentación (organizado por FIMI y la FAO), aprendimos sobre los derechos de los pueblos indígenas e intercambiamos experiencias sobre el derecho al acceso a la tierra y al territorio, que es una constante amenaza para nuestros pueblos”, recuerda Tania.
Tras participar en la escuela, ella siguió estudios universitarios en derecho y se ha integrado a diferentes espacios de toma de decisión que inciden en su comunidad.
Hoy, con sólo 21 años, Tania forma parte de Comité de Representantes Indígenas que participan en PROEZA, el programa de lucha contra el cambio climático del gobierno de Paraguay –diseñado con el apoyo de la FAO- que recibió 90 millones de dólares del Fondo Verde del Clima.
“Soy la única mujer entre los ocho líderes indígenas que conforman este Comité, pero voy a seguir trabajando para que cada vez haya más mujeres indígenas participando en la toma de decisiones. Tenemos mucho que aportar. El cambio climático, la pobreza y la inseguridad alimentaria son temas que también nos afectan y a los que también podemos contribuir con nuestras experiencias y conocimiento”.
Tania no sólo forma parte de procesos políticos clave en su comunidad y su país, sino que además impulsó la alineación del primer equipo formal del fútbol femenino de su comunidad, el Guaraní-Fortuna (sub 14).
Las mujeres indígenas en contexto
A pesar del amplio consenso internacional sobre el rol fundamental de las mujeres indígenas en la erradicación del hambre y la malnutrición, todavía existen limitaciones en el reconocimiento y ejercicio de sus derechos.
Y es que diariamente ellas enfrentan una triple discriminación: Son mujeres en un mundo dominado por hombres, son pobres en un sistema que históricamente las ha marginado y son indígenas en sociedades que discriminan y estigmatizan.
Por eso, el empoderamiento de las mujeres indígenas no sólo es lo correcto, también es una precondición para alcanzar el desarrollo sostenible.
La Agenda 2030, y su objetivo sobre la igualdad de género, representan una oportunidad única para saldar esta deuda histórica, promoviendo la garantía de sus derechos y dando respuesta a los grandes desafíos que actualmente enfrentan.
Para lograr esto, es fundamental hacerlas visibles, para que el mundo escuche todo aquello que tienen por decir sobre el futuro. Uno con raíces ancestrales.
Por esta razón, el Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI), a través de su Escuela Global de Liderazgo de Mujeres Indígenas, está generando procesos de formación dirigidos lideresas indígenas de diversas regiones del mundo.
De esta forma, desde 2015, FIMI y la FAO implementan procesos de capacitación sobre derechos humanos y seguridad alimentaria y nutricional en los niveles nacional y subregional. Hasta ahora, más de 100 mujeres de diversos pueblos indígenas de América Latina y el Caribe se han capacitado.
El objetivo que las mueve es enorme e imparable: Buscan replicar lo aprendido en sus comunidades y despertar una generación de lideresas indígenas que contribuyan a eliminar las desigualdades que todavía enfrentan.
Para lograrlo, ahora están capacitadas en el aprovechamiento de instrumentos nacionales e internacionales de derechos humanos, derechos de los pueblos indígenas y derechos de las mujeres. Además, han adquirido importantes conocimientos sobre el diseño e implementación de estrategias de incidencia para el cambio social.
Temas tan fundamentales para el futuro, como la alimentación, la gestión responsable de los recursos naturales y la protección de los recursos fitogenéticos, encabezan sus proyectos de lucha y de vida.
Actualmente, lideresas indígenas de África, Asia, Mesoamérica y Sudamérica fortalecen sus liderazgos y conocimientos mediante el intercambio de experiencias. Y es que las alianzas entre las mujeres indígenas y sus organizaciones son fundamentales para promover cambios internacionales desde una perspectiva local.
Diversidad, su principal riqueza
- Hay aproximadamente 185 millones de mujeres indígenas en el mundo, pertenecientes a más de 5 mil pueblos distintos.
- En América Latina existen más de 826 pueblos indígenas y cerca de 26,5 millones de mujeres indígenas.
- Las mujeres indígenas enfrentan una discriminación transversal que afecta todas las esferas sus vidas y exacerban las desigualdades.
- Las mujeres indígenas tienen menores niveles de alfabetización y educación que los hombres indígenas. Además, tienen un mínimo acceso a la participación política y los espacios de toma de decisiones.
- Las mujeres indígenas son guardianas de los conocimientos tradicionales y la biodiversidad de sus comunidades.
- Las mujeres indígenas son defensoras de los recursos naturales, las tierras y los territorios.
Fuentes: FAO. 2018. Campaña Global para el Empoderamiento de las Mujeres Indígenas.
Este artículo fue publicado originalmente por la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, en el marco de la campaña regional #MujeresRurales, mujeres con derechos. IPS lo distribuye por un acuerdo especial de difusión con esta oficina regional de la FAO.