Si la equidad de género entra en la ONU ¿se van los méritos?

La expresidenta chilena, Michelle Bachelet, ha sido nominada como la próxima Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU. Crédito: Jean-Marc Ferré/UN Photo.

Ahora que el empoderamiento de género cobra impulso, tanto dentro como fuera de la ONU, el secretario general, António Guterres, anunciará en breve una nueva propuesta para mejorar la política de recursos humanos con el fin de lograr mayor diversidad de género y geográfica dentro de la Secretaría.

Cuando nombró a Michelle Bachelet como alta comisionada de Derechos Humanos en septiembre, también nombró a una nueva ombudsman.

Con los últimos dos nombramientos, la relación de género quedó en 24 mujeres y 22 hombres en el Grupo de Alta Gerencia, quizá por primera vez en los 73 años de historia del foro mundial.

Pero su última propuesta de reformar los estatutos para promover la equidad de género motivó protestas de la Federación de Funcionarios Internacionales, con sede en Ginebra.

Ian Richards, presidente del Comité Coordinador del Sindicato y Asociaciones de Funcionarios Públicos Internacionales del Sistema de la ONU (CCISUA, en inglés), que representa a 60.000 funcionarios, dijo a IPS que el sindicato no está de acuerdo con reducir las normas para que la paridad en la ONU sea un factor que determine quién se va cuando hay recortes.

“Las normas actuales fijan un orden de retención basado en el tipo de contrato con la debida consideración del tiempo de servicio, el rendimiento y la integridad, prácticas estándares para la mayoría de las organizaciones en otros lugares”, explicó.

Eso se implementa mediante un sistema de puntos suscrito por el secretario general y los sindicatos, y tiene una aceptación relativamente buena entre el personal.

Pero “las autoridades proponen ahora barrer con eso para que el género se vuelva un factor determinante sin importar el rendimiento de la o el trabajador, la competencia, la integridad, el tiempo de servicio, entre otros”, añadió Richards.

Y “el mérito abandonó el edificio hace años”, observó Guy Candusso, ex vicepresidente del sindicato en diálogo con IPS.

“Lo más importante es que los funcionarios nunca deberán rendir cuentas por sus decisiones, en especial en términos de personal”, apuntó Candusso, quien trabajó muchos años en la ONU y ahora está jubilado.

Cuando Guterres asumió, en enero de 2017, le dio gran prioridad a la equidad de género. La reforma de la gestión debe asegurar “que logremos la igualdad de género más temprano que tarde”, señaló.

El objetivo inicial de lograr una representación equitativa entre mujeres y hombres en el personal de la ONU se había fijado para el año 2000.

“Estamos lejos del objetivo. Prometo respetar la equidad de género desde el comienzo en todas mis designaciones al Grupo de Alta Gerencia y en las Juntas de Ejecutivos”, apuntó.

Para fines de su mandato, prometió que la ONU debe lograr la igualdad de género a nivel de secretarios generales adjuntos y subsecretarios generales, incluidos representantes especiales y enviados especiales.

“Necesitamos una hoja de ruta clara con referencias y cronogramas para lograr la igualdad en todo el sistema, mucho antes del plazo de 2030”, precisó.

La situación es bastante seria porque hay mucha reestructura en la actualidad: en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, en las misiones de paz, en el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, y todos se verán afectados.

Además de eso, si el personal desea aspirar a otros puestos en la ONU para evitar quedar en la calle, encontrarán las mismas barreras de género.

“Todos queremos una fuerza de trabajo diversa, incluso geográficamente, y que no sean palabras vacías. Pero las medidas propuestas son peligrosas. El equipo de género parece haberse dejado llevar a expensas del personal y sus familias”, opinó.

Es el mismo personal que arriesga su vida en los lugares más peligrosos del mundo donde opera la organización, apuntó Richards.

“Los funcionarios son meros números en un cálculo político”, se lamentó.[related_articles]

Richards señaló que los estados miembros aún no son conscientes de eso, pero les va a llegar.

“Podrán darse cuenta de que contraviene el artículo 8 de la Carta de la ONU, que señala que no deben quedar excluidos de un trabajo en la ONU por su género”, explicó.

Mientras, el sindicato pidió una reunión de emergencia con el comité de gestión de personal, pues le preocupa los puestos de trabajo, por lo que seguirán el tema de cerca, indicó.

El Equipo de Trabajo de Equidad de Género, integrado por funcionarios de más de 30 entidades de la ONU, se dividió en subgrupos concentrados en:

• Datos / definición de objetivos / creación de definiciones comunes de lo que se mide / responsabilidad

• Medidas especiales

• Cargos altos

• Parámetros de misión

• Ambientes propicios / cultura organizacional / políticas vinculadas al ambiente laboral

Mientras, un diplomático asiático, que monitorea la Comisión Consultiva de Asuntos Administrativos y de Presupuesto, dijo a IPS que si bien Guterres puede estar haciendo lo correcto, podría haber una agenda oculta a largo plazo, según rumores en los pasillos de la ONU.

“Hasta donde yo sé, no lo presiona ningún estado miembro en lo que respecta a su propuesta de género de largo alcance. Quizá sea por iniciativa propia para prevenir posibles desafíos a su segundo mandato por parte de una mujer”, añadió.

Además, el ingreso de Guterres a la ONU coincide con el aumento en la edad de jubilación a 65 años. Y con poco personal a punto de retirarse, la única forma de cumplir sus objetivos en materia de género es echar gente, observó el diplomático.

Traducción: Verónica Firme

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