El octavo Foro Mundial del Agua (FMA-8) discute los desafíos hídricos de la humanidad entre el18 y 23 de marzo, en la capital brasileña, con un entorno que representa un ejemplo concreto de los desafíos a enfrentar.
Brasilia soporta hace 14 meses, desde enero de 2017, un racionamiento hídrico impuesto por una fuerte y prolongada sequia. Cada seis días se suspende el suministro por 24 horas, en un sistema rotatorio por los barrios de la urbe.
Las lluvias de este año aún no recuperan los manantiales de forma suficiente para suspender las restricciones, que solo acabarán, según las autoridades, cuando se concluya la construcción del embalse Corumbá IV, a 130 kilómetros de Brasilia, hacia fines del año.[pullquote]3[/pullquote]
“La crisis hídrica acá surgió después que se eligió Brasilia como sede del Foro en 2014. Pero toda crisis es una oportunidad para destacar el tema, sensibilizar a todos. En este caso fortaleció políticamente el FMA-8, la adhesión de gobiernos”, sostuvo a IPS el consultor Glauco Kimura, muy activo en la organización del megaevento.
“Subieron a 14 los jefes de Estado y de gobierno que confirmaron su presencia, a 35 los ministros y más de 100 alcaldes, además de parlamentarios y jueces. La crisis “hizo oportuno” el Foro”, acotó.
Además de Brasilia, otras áreas muy pobladas de Brasil sufren o recién comienzan a superar la severa escasez de agua.
El área metropolitana de São Paulo, con sus 21,4 millones de habitantes, enfrentó su crisis hídrica en 2014 y 2015, con un racionamiento no admitido por el gobierno local que forzó una reducción del consumo en hasta 25 por ciento a través de distintos mecanismos, como baja presión del agua en las tuberías.
En la región del Semiárido, que ocupa 982.500 kilómetros cuadrados en el Nordeste de Brasil, sufrió en los últimos seis años una fuerte sequía que prosigue en algunas partes.
Fortaleza, la capital del estado nororiental de Ceará, con cuatro millones de habitantes en su área metropolitana, también tiene amenazado de colapso el suministro agua, ante la prolongada sequía que vació sus manantiales.
El río de São Francisco, el mayor recurso hídrico del Nordeste, aún está en niveles históricamente bajos y en degradación creciente.
Es dramático, pero por eso mismo es “el momento óptimo para el debate”, con fuerte participación de los entes territoriales más afectados en Brasil, como São Paulo, Distrito Federal y Ceará, y países con grandes problemas, como África del Sur, India e Israel, realzó Kimura, un biólogo postgraduado en ecología.
“Las sequías ocurren hace años, no solo en Brasil. También en Centroamérica vienen afectando la seguridad alimentaria y la disponibilidad de agua”, apuntó a IPS desde Tegucigalpa Fabíola Tábora, secretaria ejecutiva de la Asociación Mundial para el Agua (GWP, en inglés) en América Central.
“Es un buen momento político para discutir el tema hídrico, pero no necesariamente se traducirá en generación de inversiones en actividades relacionadas al agua, muchas veces los recursos se destinan a otras cosas al pasar el momento de emergencia”, matizó.
Otras partes del mundo también viven sus propias crisis. Ciudad de Cabo, capital sudafricana, está al borde del colapso en el suministro de agua, Bangalore, en India, y el estado de California, en Estados Unidos, sufren agobiante escasez hace varios años.
El FMA-8 “es una oportunidad de discutir temas que antes no merecían la debida atención”, ante la proliferación de amenazas y desastres hídricos en el mundo, destacó Marina Grossi, presidenta del Consejo Empresarial Brasileño para el Desarrollo Sustentable (CEBDS), en un encuentro con corresponsales extranjeros en Río de Janeiro.
El CEBDS coordina el Grupo Focal de Sostenibilidad del Foro, que encabeza 286 actividades en el encuentro, buscando promover el debate sobre el uso sustentable de los recursos hídricos y compromisos de los distintos actores involucrados, especialmente empresariales, con la gestión del agua.
Una “Carta-compromiso” de las empresas será aprobada durante el Foro, anunció Grossi.
Esta edición del FMA coincide con mayor conciencia de que “el agua afecta todo”, desde la producción de alimentos, a la productividad de todas las empresas, incluso por afectar la salud de los trabajadores, a la enseñanza y el valor de las propiedades, acotó.
“De los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, 13 tienen que ver con agua”, realzó.
“Las empresas antes se limitaban a evaluar sus impactos sobre el medio ambiente, ahora también reconocen su dependencia de recursos naturales, por eso busca protegerlos”, observó el biólogo André Ramalho, asesor técnico y coordinador del Grupo Agua en el CEBDS.
Edición: Estrella Gutiérrez