En marcha campaña para expulsar a tabacaleras de la ONU

Una vendedora en Manila ofrece cajas de 20 cigarrillos a menos de un dólar. Crédito: Kara Santos / IPS
Una vendedora en Manila ofrece cajas de 20 cigarrillos a menos de un dólar. Crédito: Kara Santos / IPS

Las tabacaleras, ahora casi marginadas del sistema de la ONU, podrían ser expulsadas de uno de sus últimos bastiones: la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En una carta suscrita por casi 200 organizaciones de salud pública y derechos laborales, estas reclamaron a esa agencia de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) con sede en Ginebra que expulse a las compañías de tabaco.

“Las tabacaleras victimizan a los agricultores y a otros trabajadores mediante prácticas como la fijación de precios injustos, contratos abusivos y trabajo infantil. No tienen lugar en una agencia de la ONU preocupada por prácticas laborales justas y derechos humanos”, explicó la coalición.

El Consejo de Administración, que realizará su 331 sesión del 26 de este mes al 9 de noviembre, tiene previsto decidir si retira la membresía a las tabacaleras.

“Si la OIT hace honor a su promesa de promover los derechos, alentar las oportunidades de empleo decente y mejorar la protección social, la decisión debería ser fácil: el Consejo de Administración debería prohibir a todos los miembros de la industria tabacalera participar (en la agencia)”, señaló la Campaña para Niños Libres de tabaco (CTFK, en inglés), con sede en Washington.

“Los países de bajos y medianos ingresos representan una nueva frontera para una industria mortal”, respondió Mark Hurley, director internacional de la campaña contra la industria del tabaco de la CTFK, al ser consultado si las naciones más pobres, donde las tabacaleras mantienen una fuerte presencia, pierden la batalla contra el tabaco.

Las tabacaleras suelen apuntar a esos países porque, en general, carecen de normas y recursos para protegerse de la manipulación de la industria.

“En la actualidad, más de 80 por ciento de los fumadores viven en países de bajos y medianos ingresos y, de continuar la tendencia, representarán 80 por ciento de las muertes relacionadas con el tabaco en 2030”, indicó Hurley.

Toda acción de la OIT contra las tabacaleras la acercará al Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el Control del Tabaco. En septiembre, el Pacto Mundial, en Nueva York, también tomó medidas para cortar vínculos con las compañías de tabaco, recordó CTFK.

Al ser consultado sobre el Pacto Mundial, el portavoz adjunto de la ONU, Farhan Haq, declaró a la prensa en la segunda semana de este mes que las compañías debían rendir cuentas de sus actividades si existe una preocupación sobre sus diferentes transacciones “que puedan afectar su membresía al Pacto, así como el tipo de participación en él”, acotó.

Entonces el Pacto Mundial tendrá que mantener un diálogo con las distintas compañías, incluidas las tabacaleras, sobre qué están haciendo y sobre “prácticas de responsabilidad social empresarial”, añadió.

La carta, dirigida a los miembros del órgano rector de la OIT, señala que las tabacaleras usan su participación en distintas organizaciones, como esa, para presentarse como responsables cuando en realidad son la causa de raíz de la epidemia de consumo de tabaco que, según las estimaciones, le costará la vida a 1.000 millones de personas este siglo.

Las tabacaleras siguen comercializando de forma agresiva productos mortales para niños y sectores vulnerables de la población en todo el mundo, para engañar al público sobre los riesgos que implican para la salud y para atacar cada esfuerzo para reducir el consumo de tabaco y salvar vidas, agrega la misiva.

“Las tabacaleras que propagan muerte y enfermedades no deben tener un lugar en una agencia de la ONU ni en ninguna organización responsable”, añade.[related_articles]

Entre los signatarios de la misiva están la Alianza para el Control del Tabaco en Asia sudoriental, la Asociación de Voluntarios de la Salud de India, la Acción en Tabaquismo y Salud, Corporate Accountability, Alianza Africana para el Control del Tabaco, Red Europea para la Prevención del Tabaco y el Hábito de Fumar, Alianza de Bangladesh contra el Tabaco, Consejo Austriaco para la Salud y el Tabaquismo, Alianza Holandesa para una Sociedad libre de Humo y la Alianza Francesa contra el Tabaco, entre otras.

“La buena noticia es que sabemos cómo reducir el consumo de tabaco”, destacó Hurley en diálogo con IPS.

El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco obliga a los 181 signatarios a implementar medidas probadas y efectivas, como el aumento de impuestos, alertas gráficas en los paquetes, prohibir la publicidad, la promoción y el patrocinio de las compañías tabacaleras.

Numerosos países, incluso de bajos y medianos ingresos, toman medidas valientes para implementar políticas que protejan la vida de sus ciudadanos, añadió.

Entre ellos se destacan Nepal, donde las alertas gráficas ocupan 90 por ciento del paquete de cigarrillos, Uruguay, donde está totalmente prohibido fumar en espacios públicos cerrados, y Filipinas, donde los crecientes impuestos al tabaco contribuyeron a una disminución de casi 20 por ciento del consumo en seis años.

La OMS ya declaró que los intereses de las tabacaleras contradicen los objetivos en materia de salud pública de los tratados internacionales. Pero hay otras agencias, como la OIT, que siguen trabajando con ellas.

El informe “Cooperación de la OIT con la Industria de Tabaco y la Búsqueda del Mandato Social de la Organización ”, enviado a la reunión del Consejo de Administración en febrero de este año, ofrece información para ayudar al agencia tripartita a tomar decisiones informadas a este respecto.

El documento también señala que 124 países producen tabaco y que 160 millones de personas participan en el cultivo y el procesamiento de la hoja, y precisa que la mayoría del trabajo necesario para cultivar este producto es peligroso.

Hubo un cambio significativo en el cultivo de la hoja de tabaco en los últimos años, con importantes consecuencias para el sector laboral, pues en algunos países cayó, como en Turquía, Brasil y Estados Unidos, y en otros aumentó, como en Argentina, India y Zimbabwe, entre 2000 y 2013.

No obstante eso, el informe recuerda que en muchos países, “el cultivo de tabaco, a diferencia de la fabricación, todavía es una válvula de seguridad para preservar el sustento de millones de personas que, en su mayoría, pertenecen a grupos vulnerables”.

Traducido por Verónica Firme

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