Una alta funcionaria de la Unión Europea (UE) en el Caribe aseguró que el bloque no renegociará el Acuerdo de París, que está dispuesto a mantener su liderazgo mundial en la lucha contra el cambio climático, y que eso incluye la ayuda a los países pobres y vulnerables de la región.
La embajadora Daniela Tramacere – al frente de la delegación de la UE ante Barbados, la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO), la Comunidad del Caribe (Caricom) y el Foro del Caribe -, destacó los desafíos que plantea el cambio climático y dejó en claro que el bloque que representa no tiene planes de abandonar el Acuerdo de París, alcanzado en 2015 por cerca de 200 países.[pullquote]3[/pullquote]
«El cambio climático es un desafío que solo podemos abordar juntos y, desde el principio, Europa ha estado a la vanguardia de este compromiso colectivo. Hoy, más que nunca, Europa reconoce la necesidad de liderar el camino en su implementación, a través de políticas climáticas eficaces y el fortalecimiento de la cooperación para construir alianzas fuertes», declaró Tramacere, de nacionalidad italiana.
«Ahora debemos trabajar como socios en su implementación. No puede haber complacencia. Hay demasiado en juego para nuestro bien común. Para Europa, el cambio climático es una cuestión de responsabilidad política y de compromiso multilateral, así como de seguridad, prevención de conflictos e incluso radicalización. En este sentido, la UE también tiene la intención de apoyar a los más pobres y vulnerables”, añadió.
«Por todas estas razones, la UE no renegociará el Acuerdo de París. Hemos pasado 20 años negociando. Ahora es el momento de la acción. La prioridad del mundo es la implementación», agregó.
El Acuerdo de París, que busca mantener el incremento de la temperatura promedio del planeta «por debajo de los dos grados Celsius», entró en vigor a fines de 2016, y obliga a los países ratificantes a elaborar planes específicos para contrarrestar el cambio climático. Los países de África, el Caribe y el Pacífico y la UE desempeñaron un papel clave en el éxito de las negociaciones.
El 1 de junio de este año, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que su país se retiraría del acuerdo histórico.
El anuncio fue recibido con consternación y temor de que la decisión pusiera en peligro el acuerdo en general. Pero hasta la fecha no hay indicios de que otros países vayan a seguir el ejemplo de Washington y abandonar el Acuerdo de París.
Tramacere señaló que, junto con la Agenda Global de Desarrollo Sostenible 2030, el Acuerdo de París tiene el potencial de acelerar considerablemente la transformación económica y social necesaria para preservar un futuro en común.
«A medida que abordamos el cambio climático con miras hacia el futuro, imaginamos la creación de innumerables oportunidades, con el establecimiento de nuevas y mejores formas de producción y consumo, inversión y comercio y la protección de vidas, en beneficio del planeta», expresó.
«Para acelerar la transición hacia un ambiente favorable al clima, comenzamos a fortalecer nuestras alianzas existentes y a buscar y encontrar nuevas alianzas, desde las economías más grandes del mundo hasta los estados insulares más vulnerables. Desde el Ártico hasta el Sahel, el cambio climático es hoy una realidad, no un concepto remoto del futuro”, afirmó.
«Sin embargo, para lograr el cambio necesario y mantener el impulso político, es vital que los objetivos prometidos por los países y sus prioridades de adaptación se traduzcan ahora en políticas y medidas concretas y realizables que involucren a todos los sectores de la economía”, dijo la embajadora.
“Por este motivo la UE decidió canalizar 40 por ciento de la financiación del desarrollo hacia proyectos relacionados con el clima en un esfuerzo por acelerar el compromiso de los países con el proceso», informó Tramacere.
La UE proporcionó fondos sustanciales para apoyar la acción climática en los países asociados. La embajadora dijo que también continuará fomentando y respaldando iniciativas que sean relevantes para el clima, así como fuentes de energía seguras y sostenibles, en países vulnerables.[related_articles]
Para la región del Caribe se dispone de fondos para proyectos por valor aproximado de 90 millones de dólares, señaló Tramacere, con el objetivo de mejorar la resistencia a los impactos del cambio climático y los desastres naturales y promover la eficiencia energética y el desarrollo de las energías renovables.
«Esta financiación se complementará con… los programas de inversión para el cambio climático financiables del Banco Europeo de Inversiones y otros bancos regionales de desarrollo activos en la región. Junto con el instrumento de la Alianza para el Cambio Climático Global, la UE ya trabaja con organismos del Caribe como la OECO o el Centro Comunitario para el Cambio Climático del Caribe», añadió.
En noviembre de este año, Bonn será sede de la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP23) para continuar con la elaboración del programa de trabajo para la aplicación del Acuerdo de París.
En 2018, el diálogo de facilitación que se celebrará como parte del proceso climático de la ONU será la primera oportunidad desde París para evaluar lo que se ha hecho concretamente para cumplir los compromisos asumidos. Estos son pasos clave para convertir en realidad el acuerdo político alcanzado en la capital francesa.
«Los desafíos identificados en el Acuerdo de París son de amplitud y escala sin precedentes. Necesitamos una mayor cooperación y coordinación entre los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y otros actores clave «, dijo Tramacere.
«Las iniciativas emprendidas no solo por los países sino también por las regiones, las ciudades y las empresas en el marco de la Agenda de Acción Mundial sobre el Cambio Climático, tienen el potencial de transformar el impacto sobre el terreno. Sólo juntos podremos estar a la altura del nivel de ambición que nos hemos propuesto y de las expectativas de las generaciones futuras. El mundo puede seguir contando con Europa para el liderazgo mundial en la lucha contra el cambio climático”, sostuvo.
Los países del Caribe son sumamente vulnerables y el aumento de la temperatura mundial podría conducir a la reducción de las tierras cultivables, la pérdida de islas de baja altitud y regiones costeras y fenómenos meteorológicos más extremos en muchos de estos países.
Traducido por Álvaro Queiruga