«Camino hacia 1,5 o dos grados pasa por los grandes emisores»

El jefe de delegación de Nicaragua en las negociaciones climáticas de la COP21, Paul Oquist, explica en entrevista exclusiva con IPS porque su país rechaza que el Acuerdo de París se base las contribuciones universales de todos los países y pide que se fundamente en las responsabilidades históricas de los grandes emisiones. Crédito: Diego Arguedas Ortiz / IPS
El jefe de delegación de Nicaragua en las negociaciones climáticas de la COP21, Paul Oquist, explica en entrevista exclusiva con IPS porque su país rechaza que el Acuerdo de París se base en las contribuciones universales, de todos los países, y pide que se fundamente en las responsabilidades históricas de los grandes emisiones. Crédito: Diego Arguedas Ortiz / IPS

Al comenzar la cumbre climática de París, Nicaragua anunció que no presentaría su contribución nacional para contener la temperatura del planeta, convirtiéndose en el primer país en rechazar abiertamente este sistema para un acuerdo global respecto al fenómeno. 

Paul Oquist, ministro-secretario privado de Políticas Públicas de la Presidencia nicaragüense y jefe de la delegación, explicó que no presentarían sus contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional (INDC, en inglés), un mecanismo acordado en 2013 como base para construir el tratado universal que debe salir de la 21 Conferencia de las Partes (COP21), que se desarrolla en la capital francesa desde el lunes 30 y hasta el 11 de este mes.

De los 195 países signatarios de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), 183 ya presentaron sus INDC.

En entrevista exclusiva con IPS, Oquist comentó que el proceso estaba destinado a fracasar tras no lograr reducir el calentamiento global a dos grados centígrados, la meta acordada por la comunidad internacional, aunque algunos como Nicaragua rebajan este objetivo a 1,5 grados.

El secretario propone dejar de lado los INDC y construir un acuerdo únicamente con base en las emisiones históricas.

Varios análisis de los INDC muestran que su implementación resultaría en un incremento de la temperatura de entre 2,7 y 3,5 grados centígrados hacia el año 2100, un avance tras el aumento esperado de 4,5 grados, pero todavía insuficiente para alcanzar la meta.

Oquist detalló a IPS las razones de la posición del país centroamericano, en el centro de convenciones donde discurre la COP21.

IPS: América Latina, y dentro de ella, América Central tienen problemas comunes, pero los países se mueven a diferentes ritmos y con grupos diferentes. ¿Ha perdido la región la oportunidad de actor en bloque?

PAUL OQUIST: Primero, debemos entender dónde estamos. Uno de los principales temas de esta COP21 es el concepto de la responsabilidad universidad contra la responsabilidad histórica. La responsabilidad universal plantea que todos somos responsables, que todos debemos participar en la solución del problema y que si no encontramos solución al problema, es culpa de todos no lograrlo.

Estas contribuciones nacionales no funcionarán. La primera evidencia es que esta primera ronda no logró alcanzar la meta de incremento de temperatura en 1,5 o dos grados centígrados, sino que llegaron a tres grados.  Eso es bastante serio. Tres grados en el mundo en desarrollo es cuatro grados. Los INDC nos llevarán ahí.

Hay una propuesta sobre cómo solucionar esto en el Acuerdo de París y es mediante la realización de otro ejercicio de INDC cada cinco años. Pero en cinco años estaremos más lejos de la meta de 1,5 grados que ahora. Nicaragua no está de acuerdo con un acuerdo que condenará el mundo a tres grados.

IPS: La primera ronda de los INDC, dependiendo de cómo se mida, nos llevará a un calentamiento de entre 2,7 a 3,5 grados centígrados. Esto puede mejorar en una segunda ronda conforme las tecnologías sean más baratas y aumente la ambición. ¿Por qué dejarlo?

PO: Una cuarta parte depende de financiamiento. No hay financiamiento, entonces una cuarta parte deja de contar y me sorprendería mucho ver a los países desarrollados tomando las medidas sobre su modelo de producción, consumo, finanzas y estilo de vida que son necesarias para regresarnos al rango de 1,5 a dos grados centígrados.

Tenemos una alternativa, que es objetiva, medible, verificable y transparente: la responsabilidad histórica en vez de universal.

Debemos medir, desde 1750, cuál es la contribución de cada país al cambio climático. También se pueden medir las contribuciones actuales y establecer un parámetro que tome en consideración las contribuciones tanto históricas como actuales y luego asigne cuotas a cada país con base en estas emisiones.

Estos países han lucrado de la energía barata, de la contaminación del medio ambiente, de su desarrollo. Entonces, pueden tomar responsabilidad por reemplazar el CO2 (dióxido de carbono) y tratar de bajar el aumento de la temperatura. Además, las responsabilidades históricas pueden ser aplicadas a daños y pérdidas a través de indemnizaciones, que deberían ir de manera directa e incondicional hacia los países que sufren el cambio climático.

IPS: ¿Cuándo decidió Nicaragua no presentar su INDC y que el proceso era un fracaso? 

PO: Sabemos desde finales de octubre que el proceso es un fracaso. Nicaragua decidió hace bastante tiempo que no presentaríamos INDC porque la responsabilidad histórica es el camino a seguir.

Los tres emisores más grandes liberan 49,49 por ciento de las emisiones (China, Estados Unidos y la Unión Europea) y los 10 más grande 72 por ciento, mientras que los 100 países que menos lo hacen aportan entre todos un tres por ciento. El único camino hacia el objetivo de 1,5 – dos grados pasa por esos 10 grandes emisores. La única manera de hacerlo es a través de los grandes emisores que son históricamente responsables.

IPS: ¿Esto significaría que emisores entre esos 10 como China, India y Brasil también tendrían que reducir sus emisiones significativamente, más de lo que han propuesto?

PO: Serían todos en ese grupo: Estados Unidos, la Unión Europea, esos que menciona, todos. La pregunta no es cuáles países, sino cómo solucionar este problema. Este es un problema de la humanidad, la Madre Tierra y todos nosotros. Entonces, ¿estamos tomándonos esto en serio o estamos haciendo juegos políticos? Esta no es una negociación sobre cuotas de café o cacao, sino sobre el clima de la Tierra.

IPS. Más de 180 países han cumplido con sus INDC, incluyendo la mayoría de sus socios en el grupo negociador de los Países en Desarrollo de Pensamiento Afín (LMDC en inglés). ¿Están equivocados al confiar en este proceso?

PO: La posición que consideramos correcta es la de responsabilidades históricas y esperamos que cada vez más y más países comprendan que los INDC van a fallar.

Cuando comenzaron este proceso, no sabíamos que iba a fallar. Pensamos que no sería un fracaso porque la responsabilidad voluntaria no funciona. Si no funcionó, ¿vamos a seguir empecinados en esta ruta?

IPS: Las condiciones pueden cambiar, la tecnología puede abaratarse y las condiciones políticas y económicas pueden cambiar…[related_articles]

PO: Maravilloso, entonces hagamos los cambios cuando esto ocurra, no hagamos los cambios basados en supuestos. Trabajemos sobre la base de hechos, ahora en el 2015. Esto es lo que debemos hacer.

Usted me pregunta por los 180 países. Hubo un momento en que Francia fue aislada y bajo una enorme presión porque había una fiebre de guerra. Francia dijo que no, pues era una guerra agresiva que dejaría consecuencias desastrosas.

Ahora miramos hacia atrás y de quienes apoyaron la guerra en Iraq, algunos se sienten avergonzados por eso y quienes se opusieron lo usan como credencial política de saber comprender mejor los procesos políticos complejos y la posición francesa se mira muy bien. Odiaría pensar que el Acuerdo de París será recordado en el futuro como el acuerdo que nos condenó a un incremento de tres a cuatro grados (de recalentamiento) y sus consecuencias.

IPS: Nicaragua quiere lograr un acuerdo en París, como los demás. ¿Es esta una manera realista de lograrlo? Con los INDC se logró reducir de 4,5 a 2,7 el calentamiento esperado…

PO: Un proceso que falla su objetivo por 100 por ciento o 50 por ciento no es un éxito. Decirlo solo porque pudo haber sido peor es como un “alegrón de burro”. Nosotros definimos la meta. Los países desarrollados definieron la meta de los dos grados y no la alcanzamos por un 100 por ciento. Estamos en tres grados y eso no es un éxito. Si luego aumentamos a 3,5 o cuatro grados y la meta flota de manera ascendente, entonces no solo no tendremos éxito sino que será un desastre.

IPS: ¿Qué pasa si,  sumadas las emisiones actuales de los países históricamente responsables, no permiten solucionar el problema? Hay actualmente países en desarrollo que están entre los grandes emisores.

PO: Esa es la  una lógica diferente. Quien sea responsable debe contribuir a la reducción de las emisiones y a la indemnización. Podemos tener datos objetivos basados en ciencia. Ahora no tenemos nada. ¿2020? ¿Quién dijo que el cambio climático inicia en 2020? ¿Quién dijo que 100.000 millones de dólares es la cifra de financiamiento necesario? No está basado en ningún estudio. Empecemos a trabajar sobre la base de metas previsibles.

IPS: Si el proceso para el acuerdo sigue basado en los INDC, ¿bloqueará Nicaragua las negociaciones? 

PO: Veremos qué sucede. Esperamos que no muchos países regresen a casa para decirle a sus agricultores, su prensa y sus políticos: perdón, pero lo mejor que logramos en París son tres grados.

Editado por Estrella Gutiérrez

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