Cuba avanza en la producción y comercialización de la espirulina, un producto natural con numerosas sustancias beneficiosas para el ser humano, entre ellas todos los aminoácidos conocidos y variedad de minerales y vitaminas, que la hacen muy recomendable como suplemento dietético.
Una empresa cubana estatal fabricaba hacia finales de los años 80 nutrientes alimenticios y lociones y cremas faciales con base en la espirulina (Cianophyceae fotosintética pluricelular), en asociación con una firma de capital extranjero.
Pero la crisis económica de los años 90 paralizó sus labores hasta su traspaso al estatal Grupo Empresarial Labiofam, que desarrolla y elabora medicamentos y otros productos de origen natural y que para su rescate recibió asistencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO).
“Cuando cumplí 60 años, mi médico me recetó seis tabletas diarias de espirulina. Estuve tomando solo una al día y me sentía muy bien, tanto que ni gripe me daba”, contó a IPS una vecina de La Habana, Neida González, de 68 años.
Actualmente se vende en las farmacias cubanas, sin necesidad de receta, a 60 pesos el frasco de 80 tabletas, un precio alto para el salario medio en Cuba de unos 471 pesos (unos 20 dólares).
“Pero igual tiene mucha demanda”, confió a IPS la vendedora de una farmacia de un barrio tradicional de la capital.
La sustancia natural se la consideró por siglos y hasta hallazgos científicos recientes como una microalga verdiazulada, pero ahora se ha pasado a incluirla entre las bacterias y enmarcarla en el género de la arthrospira más que el de la espirulina, aunque conserva este nombre tradicional.
Según diversos estudios, la epirulina estimula el sistema inmunitario, alivia los síntomas de la rinitis alérgica, regula la presión arterial, reduce el colesterol y puede ayudar a disminuir el riesgo de embolia cerebral, entre otras propiedades.
En Cuba, entre los primeros beneficiados con la producción de este milenario microorganismo figuran los atletas de alto rendimiento, pues está demostrado que su consumo aumenta la energía y fortaleza física gracias a su efecto antioxidante.
Los aztecas ya la recogían del lago salobre de Texcoco, en el centro de México, y elaboraban unas tortas que alimentaban a los mensajeros reales en sus recorridos sin descanso durante largas jornadas.
Científicos que visitaron el lago de Chad, en la región central de África, observaron que los kanembu, residentes en esa zona y también conocidos como kanuri, estaban particularmente desarrollados y no se enfermaban, pese al medio adverso en que vivían.
El secreto también residía aparentemente en esas tortas verdes que comían luego de secar al sol y les aportaban vitaminas, minerales, aminoácidos y proteínas en gran cantidad.
Evidio Armas, director técnico de Genix-Labiofam, la empresa de producción y comercialización de productos naturales que elabora la espirulina, explicó a IPS que actualmente hay dos especies de espirulina autorizadas para el consumo como complemento alimenticio por la Organización Mundial de la Salud.
Una es la arthrospira Máxima, oriunda de México y otros puntos de América Latina y la arthrospira Platensis, del lago de Chad. “Esta última es la que tenemos en Cuba”, precisó.
La empresa tiene dos plantas, una para el cultivo, en Jaruco, y la otra en Zaragoza, localidades del municipio de San José de las Lajas, a unos 25 kilómetros de La Habana.
El proceso incluye la propagación y crecimiento de cepas, su producción en estanques de 5.000 metros cuadrados, filtración atmosférica y al vacío, pasteurización y secado.
La planta de Zaragoza recibe la materia prima en polvo para elaborar, envasar y distribuir el producto en tabletas.
Además, logró un acuerdo con Italia, mediante el cual este año exporta al país europeo 1,5 toneladas de espirulina en polvo. Allí se fabrican las tabletas, se envasan y etiquetan para su venta.
“Este acuerdo se realiza en base al comercio justo del cual somos parte”, explicó Armas, en referencia a esa forma alternativa de comercio promovida por organizaciones no gubernamentales, la Organización de las Naciones Unidas y movimientos sociales y políticos para estimular una relación comercial voluntaria y equitativa entre productores y consumidores.
Armas y el director de la planta Zaragoza, Nelson López, coinciden en ver con optimismo el futuro de Genix-Labiofam, con autonomía para decidir sobre su producción y comercio e importar las materias primas directamente.
Los ingresos de todo el personal, con más de cien empleados entre las dos plantas, entre los cuales 43 son mujeres, se han más que duplicado debido al aumento de la producción y mejoría en la calidad. Los salarios mensuales rondan actualmente los 1.000 pesos (más de 40 dólares).
“Desde enero el pago es por resultados. Es decir, están vinculados al plan de producción y las ventas. Nos va muy bien”, afirmó a IPS la especialista de recursos humanos de la planta de Jaruco, Mery Fundora. Esta política salarial es similar en ambas plantas.
En este crecimiento de la empresa resultó decisivo el proyecto de colaboración de la FAO, denominado “Optimización de la cadena agro-industrial de la espirulina para consumo humano”, aprobado en octubre de 2007 y concluido en marzo de 2011.
Como resultado, explicó Armas, la producción de 2014 fue de unas 12 toneladas de materia prima.
“El respaldo de la FAO reanimó las plantas. Permitió adquirir los equipos de alta tecnología necesarios para obtener una producción de alta calidad y la capacitación de personal”, entre otros beneficios, comentó el directivo, quien conversó con IPS durante un recorrido que permitió conocer todo el proceso de cultivo, producción y elaboración de las tabletas de espirulina ya listas para su comercialización.
A su vez, López dijo que la empresa se inserta en los planes de desarrollo local, especialmente mediante la generación de empleo.
“Nos nutrimos de personal con residentes de Zaragoza, localidad que da nombre a esta unidad. Ahora estamos buscando incorporar más jóvenes y ya tenemos una bolsa de empleo de unas cien personas que pueden ocupar las plazas que se generen”, amplió.
“Vamos por el camino correcto”, acotó Armas.
“El futuro es prometedor y estamos buscando nuevos mercados. La espirulina es un suplemento nutricional de mucho valor, superior a la soja, el maíz e inclusive la carne de vacuno”, subrayó Armas.
Añadió que “con el equipamiento adquirido con un crédito chino pronto extenderemos nuestra ofertas al área de la cosmética, también muy demandada”, aunque sin dar más detalles al respecto.
Editado por Estrella Gutiérrez