No hay excusas para retrasar la entrada en vigor del TPCE

El secretario ejecutivo de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, Lassina Zerbo, en la Conferencia de Ciencia y Tecnología celebrada en Viena. Crédito de la foto: OTPCE
El secretario ejecutivo de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, Lassina Zerbo, en la Conferencia de Ciencia y Tecnología celebrada en Viena. Crédito de la foto: OTPCE

Una nueva conferencia internacional destacó los avances en la detección de explosiones nucleares, el seguimiento de nubes de cenizas volcánicas, la ubicación del epicentro de los terremotos, la observación del desplazamiento de mamíferos marinos y la detección de accidentes aéreos, entre otros.

La Conferencia de Ciencia y Tecnología 2015 (CCT), celebrada del 22 al 26 de junio en Viena, fue la quinta reunión multidisciplinaria promovida por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (OTPCE), con sede en la capital austríaca.[pullquote]3[/pullquote]

A la CCT asistieron más de 1.100 científicos y otros expertos, responsables políticos y representantes de organismos nacionales, instituciones de investigación académica y organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo.

La importancia de la conferencia radica en que la OTPCE tiene la tarea de hacer campaña por el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE), que prohíbe las explosiones nucleares, sin excepciones, en la superficie terrestre, en la atmósfera, submarinas o subterráneas.

Otro objetivo del tratado es el desarrollo de instrumentos fiables que detecten la totalidad de las explosiones nucleares.

Así, 170 estaciones sísmicas monitorean las ondas de choque en la Tierra, la gran mayoría de las cuales son causadas ​​por terremotos. También detectan explosiones artificiales, como las mineras o los ensayos nucleares de Corea del Norte en 2006, 2009 y 2013.

Once estaciones hidroacústicas de la OTPCE «buscan» ondas de sonido en los océanos. Las ondas de las explosiones pueden viajar a gran distancia por debajo del agua.

Asimismo, 60 estaciones de infrasonido en la superficie terrestre pueden detectar ondas de sonido con frecuencias ultrabajas que emiten las explosiones mayores.

Ochenta estaciones de radionúclidos de la OTPCE miden las partículas radiactivas en la atmósfera. Cuarenta de ellas también detectan los gases nobles que quedan tras las pruebas nucleares subterráneas.

Solo estas medidas pueden verificar si una explosión detectada por otros métodos era de origen nuclear o no.

Cuando esté concluido, el Sistema Internacional de Vigilancia de la OTPCE tendrá 337 estaciones en todo el planeta en busca de indicios de explosiones nucleares. Casi 90 por ciento de las instalaciones ya están funcionando.

Un tema importante de la conferencia fue la optimización del rendimiento que, según W. Randy Bell, director del Centro Internacional de Datos de la OTPCE, «tendrá cada vez más importancia a medida que sostengamos y recapitalicemos” al sistema.

Crédito: OTPCE
Crédito: OTPCE

En los últimos 20 años, la comunidad internacional invirtió más de 1.000 millones de dólares en el sistema de vigilancia, cuyos datos los Estados miembros de la OTPCE pueden usar, y no solo con fines de verificar los ensayos nucleares. Todas las estaciones están conectadas a través de enlaces satelitales al Centro Internacional de Datos en Viena.

«Nuestras estaciones no tienen por qué estar en el mismo país que el evento, pero… pueden detectarlo a una distancia lejana de donde se encuentre. Por ejemplo, el último ensayo nuclear (de Corea del Norte) fue detectado incluso en Perú», explicó a IPS el portavoz de la OTPCE, Thomas Mützelburg.

«Nuestros 183 Estados miembros tienen acceso tanto a los datos en bruto como a los resultados del análisis. En sus centros de datos nacionales los estudian a ambos y llegan a su propia conclusión sobre la posible naturaleza de los eventos detectados», añadió.

Científicos de Argentina y Papúa Nueva Guinea dijeron que los datos son «sumamente útiles”.

“Me da esperanzas para el futuro de nuestros hijos que los mejores y más brillantes científicos de nuestro tiempo se congreguen para perfeccionar la detección de la bomba, en lugar de trabajar para perfeccionarla”, declaró el secretario ejecutivo de la OTPCE, Lassina Zerbo, en el discurso de apertura de la conferencia.

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, marcó la pauta de la conferencia al decir a los presentes que, “con un fuerte régimen de verificación y tecnología de punta, no hay excusa para retrasar aún más la entrada en vigor del TPCE”.

La ministra sudafricana de Ciencia y Tecnología, Naledi Pandor, señaló que su país «es un partidario comprometido y coherente» de la OTPCE.

«Sudáfrica ha estado a la vanguardia de la no proliferación nuclear en África desde hace más de 20 años. Renunciamos a nuestro arsenal nuclear y firmamos el Tratado de Pelindaba en 1996, que establece a África como zona libre de armas nucleares, una zona que entró en vigor en julio de 2009”, subrayó.[related_articles]

Además de las ponencias de los científicos, distintas mesas de debate abordaron temas de actual interés para la comunidad del monitoreo del TPCE. Una de ellas se refirió al papel de la ciencia en las inspecciones in situ, que están previstas por el tratado, una vez que esté vigente.

El debate se benefició de la experiencia del Ejercicio Integrado en el Terreno 2014 (IFE14) realizado en Jordania.

El «IFE14 fue el mayor y más completo de este tipo de ejercicios realizado hasta la fecha para la acumulación de las capacidades de inspección in situ de la OTPCE», aseguró Bell, del Centro Internacional de Datos.

Los participantes también tuvieron la oportunidad de presenciar un debate sobre el papel de las nuevas tecnologías en materia de seguridad nuclear, en el cual participó el ex secretario de Defensa de Estados Unidos, William Perry,  en la mesa redonda sobre “Redes ciudadanas: la promesa de la innovación tecnológica”.

«Estamos al borde de otra carrera de armas nucleares. No creo que sea irreversible. Este es el momento de detenernos y reflexionar, debatir el tema y ver si hay alguna tercera opción, una alternativa, entre no hacer nada y tener una nueva carrera armamentista», argumentó Perry.

En el Foro Académico del TPCE, realizado en la conferencia, el director estadounidense de películas documentales Bob Frye abogó por la necesidad de inspirar a «la próxima generación de pensadores críticos» para ayudarlos a tener un mundo sin ensayos nucleares ni armas atómicas de destrucción masiva.

El foro también brindó un panorama general de los recursos educativos relacionados con el TPCE que existen en Internet, así como las experiencias educativas que en ese sentido tuvieron maestros y profesores de Austria, Canadá, China, Costa Rica, Pakistán y Rusia.

Con el fin de reducir la brecha entre la ciencia y la política, el foro debatió la «educación técnica para los responsables políticos y la educación política de los científicos”, con la participación de expertos como Rebecca Johnson, directora ejecutiva del Instituto Acrónimo para la Diplomacia por el Desarme, y Nikolai Sokov, del Centro Martin James de Estudios de no Proliferación.

Con la colaboración de Valentina Gasbarri

Editado por Phil Harris / Traducido por Álvaro Queiruga

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