La igualdad de género en el debe de Sri Lanka

Aun en tiempos de paz, las mujeres de Sri Lanka cargan con el peso de buscar trabajo y cuidar de sus familias. Crédito: Adithya Alles/IPS.
Aun en tiempos de paz, las mujeres de Sri Lanka cargan con el peso de buscar trabajo y cuidar de sus familias. Crédito: Adithya Alles/IPS.

Rosy Senanayake, ministra de Asuntos Infantiles de Sri Lanka, aprovechó la reunión de la Comisión sobre Población y Desarrollo en Nueva York para plantear los logros y las dificultades para lograr la igualdad de género en un país que se enorgullece de haber tenido a la primera jefa de gobierno del mundo, Sirimavo Bandaranaike, en julio de 1960.

Tras una cruenta guerra civil de 26 años, que terminó en 2009, Sri Lanka registró un relativamente fuerte crecimiento económico y también obtuvo algunos logros en la lucha contra la pobreza y el hambre.

Faltan pocos meses para que venza el plazo para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio, a fines de este año, y este país logró reducir la pobreza de 26,1 por ciento, en 1990-1991, a 6,7 por ciento en 2012-2013, con lo que alcanzó el objetivo de reducir la extrema pobreza en 50 por ciento en ese plazo.[pullquote]3[/pullquote]

Pero todavía está rezagado en materia de igualdad de género, pese a que 51,8 por ciento de la población, unas 21,8 personas, son mujeres, y solo 34 por ciento de ellas están en el mercado laboral.

Senanayake dijo a IPS en Colombo, poco después del retorno de la reunión de abril en Nueva York, que Sri Lanka es uno de los pocos países de Asia donde el índice de masculinidad es favorable a las mujeres.

El avance de este país dependerá de su capacidad de lograr que mujeres y jóvenes sean participantes activos de la Agenda de Desarrollo Posterior a 2015 y de los futuros Objetivos de Desarrollo Sostenible, de la Organización de las Naciones Unidas.

“Eso requiere un aumento de inversiones sostenidas, dirigidas a la igualdad de género y a la protección social”, precisó.

En el marco de una visita a Colombo a principios de mayo, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, elogió a Sri Lanka por ayudar a las personas necesitadas y desplazadas.

“Alientan a las personas a construir barrios seguros y prósperos. Apoyan a excombatientes y sobrevivientes de violencia sexual y de género y ofrecen ayuda psicológica y otros servicios sociales. Estos son esfuerzos absolutamente vitales y todos deben apoyarlas”, declaró.

“Como en cualquier país, está claro que para que cualquier sociedad prospere, las mujeres deben tener un control total y participar totalmente en la economía y la vida política. No hay excusas en el siglo XXI para la discriminación ni la violencia contra las mujeres. Ni ahora ni nunca”, remarcó Kerry.

Sri Lanka prácticamente logró la educación primaria universal; la proporción de niños y niñas que terminan la escuela es casi de 100 por ciento. El desempleo cayó a menos de cuatro por ciento de la población económicamente activa.

La mortalidad materna cayó de 92 fallecidas cada 100.000 nacidos vivos, en 1990, a 33,3, en 2010, y el número de personas de 15 a 25 años que saben leer aumentó de 92,7 por ciento, en 1996, a 97,8 por ciento, en 2012, según cifras oficiales.

Desde el final de la guerra que enfrentó a las fuerzas de seguridad contra los separatistas Tigres para la Liberación de la Patria Tamil, “Sri Lanka pasó de ser un país de bajos ingresos a uno de medianos ingresos”, destacó el coordinador residente la Organización de las Naciones Unidas, Subinay Nandy.

En general, Sri Lanka tiene una buena situación, logró alcanzar las metas de muchos de los ocho ODM y está bien encaminado para alcanzar el resto, añadió. Pero faltan algunos logros importantes.

Sin embargo, la proporción de asientos parlamentarios ocupados por mujeres “sigue siendo baja”. El número de casos de VIH/sida, aumenta de forma gradual, a pesar de la baja prevalencia; la tuberculosis siguen siendo un problema de salud pública; hubo un aumento de la incidencia del dengue.

Además, la proporción del servicio de deuda de Sri Lanka sigue relativamente alto comparado con otros países en desarrollo en Asia Pacífico.

Senanayake también dijo ante la Comisión de Población y Desarrollo que el desempleo entre las mujeres es más del doble del de los hombres. Mientras, las trabajadoras migrantes y las mujeres en las plantaciones y en el sector de procesamiento para la exportación atraen una importante cantidad de divisas.[related_articles]

Sin embargo, la mayoría de ellas pertenece al sector informal.

“Eso las deja vulnerables a la explotación y a los abusos. Además, las mujeres son las principales responsables de las tareas de cuidado, lo que crea múltiples y entrecruzadas formas de discriminación y limita las oportunidades para su total integración en el mercado laboral”, subrayó.

Las inversiones requieren una amplia discusión sobre el valor de la participación femenina en el desarrollo.

Eso incluye la existencia y la promoción de los derechos y la salud sexual y reproductiva, sólidos mecanismos para evitar la violencia contra mujeres y niñas y el fortalecimiento de medidas para procesar a los agresores.

Eso es fundamental, recordó, para asegurarse de que Sri Lanka aproveche su “dividendo demográfico”.

Además, la introducción de servicios de planificación familiar por la Asociación de Planificación Familiar se integró bien a los servicios de salud materna e infantil y luego, se expandió para reducir el estigma en torno a la anticoncepción.

La estrategia permitió reducir en más de 80 por ciento la fertilidad, según Senanayake.

Además, su ministerio introdujo un programa que ofrece suplementos nutricionales a las mujeres embarazadas de todo el país para reducir la anemia, el bajo peso al nacer y la malnutrición, que afectan tanto a madres como a bebés.

Pero Sri Lanka todavía padece el problema de los abortos en condiciones inseguras, el embarazo adolescente, lo que plantea un gran desafío para la salud y el bienestar de mujeres y adolescentes.

En la actualidad, más de 23,4 por ciento de los hogares tienen mujeres como jefas de familia.

Para hacer frente a la presión demográfica, el primer ministro Ranil Wickremesinghe creó un Comité Nacional de Hogares encabezados por Mujeres y un Centro Nacional para Mujeres Jefas de Hogar, que permiten a quienes estén en esa situación integrarse al mercado laboral y lograr un ingreso sostenible.

Editado por Kitty Stapp / Traducido por Verónica Firme

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