La isla de calor que genera la megalópolis de São Paulo atrae las lluvias, desviándolas de los manantiales que deben abastecerla de agua. Crédito: Rafael Neddermeyer/Fotos Públicas
La isla de calor que genera la megalópolis de São Paulo atrae las lluvias, desviándolas de los manantiales que deben abastecerla de agua. Crédito: Rafael Neddermeyer/Fotos Públicas