Gestión de población en el Pacífico está en manos de las mujeres

Las naciones insulares del Pacífico aseguran que el empoderamiento de las mujeres es la clave para abordar el crecimiento de la población en la región. Crédito: Catherine Wilson/IPS

Los expertos prevén que la población de muchos países de Melanesia, en la zona de las islas sudoccidentales del Pacífico, se duplique en el lapso de una generación, lo que amenaza los esfuerzos regionales y nacionales para mejorar los bajos indicadores de desarrollo económico y humano.

Arnold Bani, director ejecutivo de la Asociación de Salud Familiar de Vanuatu en la capital, Port Vila, cree que si los problemas de salud reproductiva no se abordan en los próximos 10 o 15 años el resultado “será un desastre para el país”.

Vanuatu es un archipiélago de 82 islas situadas al oeste de Fiji, con una población de 247.262 habitantes y un crecimiento demográfico anual de 2,4 por ciento, en comparación con el promedio mundial de 1,1 por ciento.[pullquote]3[/pullquote]

Del mismo modo, el crecimiento demográfico de los siete millones de habitantes de Papúa Nueva Guinea es de 2,1 por ciento, al igual que en las vecinas Islas Salomón, donde viven 550.000 personas.

Mientras el mundo está por celebrar el Día Mundial de la Población este viernes 11, y dada la elevada tasa de embarazos adolescentes en la región, los expertos aseguran que es importante empoderar a las mujeres en las decisiones sobre planificación familiar para modificar la conducta de las generaciones más jóvenes.

La tarea no es fácil, teniendo en cuenta las fuertes presiones culturales y sociales imperantes para tener familias numerosas.

«Es el entorno familiar el que cubre en mayor parte las necesidades básicas y la atención a la gente”, señaló Helen (un nombre ficticio a su pedido), una madre de Port Vila, donde el uso de anticonceptivos es de 38 por ciento.

«Por eso si una mujer toma decisiones acerca de la planificación familiar habrá una pelea en la familia”, sostuvo en diálogo con IPS.

Hay razones prácticas para tener muchos hijos, afirmó Alec Ekeroma, presidente de la Sociedad del Pacífico para la Salud Reproductiva en Auckland, Nueva Zelanda.

«Las familias numerosas son como una póliza de seguro para la supervivencia de la familia», dijo a IPS.

“Tener más hijos implica que ayudarán con los medios de vida rurales” y que “algunos sobrevivirán más allá de la infancia, ya que el cuidado de los padres es considerado un deber de los hijos, especialmente en los países donde no hay servicios sociales”, explicó.

Pero Helen señaló que mantener a una familia numerosa es una lucha en este país, donde el ingreso promedio mensual es de unos 300 dólares.

La tasa global de fecundidad (TGF) disminuyó de siete a cuatro desde los años 60, mientras en Papúa Nueva Guinea es 3,8 y en Islas Salomón es 4,1. Una población estable tiene una TGF de 2,1.

Los expertos consideran necesario incrementar el uso de anticonceptivos, que oscila entre 35 por ciento en Papúa Nueva Guinea y 22 por ciento en Kiribati, muy por debajo del promedio de los países menos avanzados, que es de 56 por ciento.

Un informe publicado por la revista Reproductive Health en 2013 afirma que si Vanuatu aumenta el uso de anticonceptivos a 65 por ciento en 2025 tendrá una población sostenible, reducirá los nacimientos de alto riesgo un 54 por ciento, los partos adolescentes un 46 por ciento y el número promedio de embarazos no deseados un 68 por ciento, de 76 a 12 cada 1.000 mujeres.

Los anticonceptivos y las familias más pequeñas ayudarían a salvar vidas. En Vanuatu se producen 110 muertes maternas cada 100.000 nacidos vivos, frente a 120 en Tonga, 130 en Kiribati y 733 en Papúa Nueva Guinea.

Pero prestar servicios de salud reproductiva a las poblaciones principalmente rurales y dispersas de las islas es un reto debido a la escasez de infraestructura, servicios de transporte y personal sanitario capacitado.

La escasa educación formal y la influencia de los tradicionales curanderos en las comunidades rurales también influyen, según Rufina Latu de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Incluso cuando existen los anticonceptivos su uso puede complicarse por el miedo a los efectos secundarios o a la disminución de la fecundidad, la oposición religiosa o el analfabetismo.

En Shefa, la mayor provincia de Vanuatu, solo 27 por ciento de la población sabe leer y escribir, según una encuesta realizada por la Asociación de Asia y el Pacífico Sur para la Educación Básica y de Adultos.[related_articles]

Una de las principales preocupaciones de las mujeres es la desigualdad de género y el hecho de que los maridos determinan el tamaño de las familias, indicó Leias Cullwick, directora del Consejo Nacional de Mujeres de Vanuatu.

El miedo a la violencia de género, muy arraigada, también afecta el comportamiento femenino, destacó.

«Las estadísticas indican que muchas mujeres prefieren los anticonceptivos de acción prolongada con inyecciones de Depo-Provera (acetato de medroxiprogesterona), para que sus maridos no lo sepan”, explicó Latu.

No es raro que los esposos piensen que sus cónyuges mantienen relaciones extramaritales si utilizan anticonceptivos, añadió.

La desigualdad de género también influye en la elevada fecundidad de las adolescentes de Vanuatu, donde se producen 66 nacimientos cada 1.000 mujeres entre 15 y 19 años. En las islas de la región del Pacífico, 25 por ciento de estas jóvenes son madres.

Se calcula que un tercio de los jóvenes urbanos carecen de conocimientos básicos acerca de la salud reproductiva y que muchos son reacios a acceder a los servicios respectivos.

La participación juvenil es una prioridad urgente debido al impacto negativo que tiene el embarazo en la vida de las jóvenes, como el bajo nivel de educación, la pobreza y la mortalidad materna.

El riesgo de muerte de las madres menores de 15 años en los países de bajos y medianos ingresos duplica al de las mujeres adultas, informó el Fondo de Población de las Naciones Unidas.

La enseñanza sobre población y salud reproductiva debe empezar en la infancia y la “educación para la vida familiar debe ser obligatoria de los planes de estudio en todos los niveles”, exhortó Latu, de la OMS.

«Se podrá lograr un entorno más propicio para el empoderamiento de las mujeres si los hombres y los cónyuges también participan” en la tarea del cambio social, agregó.

Cullwick sugirió que los enfermeros en Vanuatu se capaciten para sensibilizar a los hombres sobre la igualdad de género y la planificación familiar.

«Con la alta tasa de analfabetismo no se pueden imprimir y distribuir folletos. Se necesita un hombre que hable con otros hombres para generar un diálogo y hacerles entender lo que viven las mujeres», explicó.

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