La alianza del grupo del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se consolidó este martes 15 con la creación del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) y el Acuerdo de Reservas de Contingencia (ARC) durante su Sexta Cumbre, lo que institucionaliza una novedosa arquitectura financiera de las potencias emergentes.
Otros dos acuerdos, uno de Cooperación Técnica entre Agencias de Crédito y Garantías a las Exportaciones y otro de Cooperación en Innovación de los bancos nacionales de desarrollo, completaron la estructura establecida por los cinco mandatarios en la nororiental ciudad brasileña de Fortaleza.
La Cumbre del BRICS culmina este miércoles 16 con un encuentro entre los cinco mandatarios y los de la Unión Sudamericana (Unasur), que tendrá por escenario Brasilia, donde también habrá variados encuentros bilaterales.
No se está creando el NBD y el ARC “contra nadie”, sino como “respuesta a nuestras necesidades”, definió la anfitriona, la presidenta brasileña Dilma Rousseff, en rueda de prensa tras la reunión con Vladimir Putin (Rusia), Narendra Modi (India), Xi Jinping (China) y Jacob Zuma (Sudáfrica).[pullquote]1[/pullquote]
Los gobernantes del BRICS se esmeran en rechazar interpretaciones de que los nuevos mecanismos nacen como contraposiciones o alternativas al Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional (FMI), la arquitectura levantada desde Bretton Woods, en los años 40.
El NBD complementará las actuales instituciones financieras multilaterales y regionales, cuya insuficiencia de recursos dificultan a los países en desarrollo financiar sus proyectos de infraestructura, según la declaración final de la Cumbre, suscrita por los jefes de gobierno y de Estado participantes.
El ARC, un mecanismo en que los cinco países ponen a disposición un total de 100.000 millones de dólares de sus reservas, suma recursos para la seguridad financiera a los socios, sin apartarse del FMI, se puntualizó durante la Cumbre.
Si uno de los BRICS quiere retirar más de 30 por ciento de la suma a que tiene derecho, para enfrentar amenazas a su balanza de pagos, tendrá que someterse a una consulta al FMI sobre sus condiciones de pago, puntualizó el ministro brasileño de Hacienda, Guido Mántega.
Brasil, Rusia e India podrán sacar el equivalente a sus contribuciones, de 18.000 millones de dólares cada uno, mientras Sudáfrica tendrá derecho al doble de los 5.000 millones de dólares que comprometerá en el mecanismo y China solo la mitad de sus 41.000 millones.
Las nuevas instituciones “consolidan” la alianza del BRICS, celebró el ministro. Antes de que entren en operación, puntualizó, deberán ser ratificados por los parlamentos de los países.
El banco y el fondo de reserva nacen vacunados contra ambiciones hegemónicas, aseguró Rousseff. El NBD tendrá participación igualitaria, que inicialmente será de 10.000 millones de dólares por país, e idéntico poder de voto. La cantidad se duplicaría posteriormente.
Además, los presidentes del banco y de sus consejos de gobernadores y de administración serán rotatorios.
En el ARC China aportará 41 por ciento de los fondos pero las decisiones exigirán mayorías mas amplias, llegando hasta al consenso, en la medida que se elevan los préstamos negociados, señaló Mántega.
Sin embargo, la sede del NBD estará en la ciudad china de Shangai y es difícil evitar que el poder económico y monetario de la potencia asiática no se traduzca en un mayor peso de Beijing en las decisiones.
La composición del NBD evita desigualdades al inicio, pero la participación igualitaria es formal, “en la práctica la tendencia futura es de mayor influencia china”, según Carlos Langoni, expresidente del Banco Central brasileño.
El banco, para ser eficaz, tendrá que multiplicar su capital inicial de 50.000 millones de dólares, captando nuevos recursos para operar financiamientos y en eso, así como en las crisis, interviene el “papel dominante” del país que ofrece más capitales y garantías, acotó el actual director del Centro de Economía Mundial de la brasileña Fundación Getulio Vargas.
Además China está interesada en diversificar sus inversiones, tanto en instituciones multilaterales y regionales, como en forma bilateral. Ya es en los últimos años el mayor inversionista en América Latina.
Ya está presente en varios mecanismos financieras regionales, como la Iniciativa Chiang Mai, un mecanismo de los países de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático con similitudes con el ARC, y trata de crear el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura, como alternativa al Banco de Desarrollo de Asia, con decisiva influencia de Japón.
Pese a todo esto, Langoni cree que el BRICS, con el ARC apoyado en “megaeconomías” con sus enormes reservas de divisas, podrá a la larga “crecer más rápidamente y tener más peso que el FMI, que ya enfrenta dificultades para sus captaciones a causa de sus reglas”.
Pero, puntualizó, el FMI se mantendrá como el organismo financiero multilateral más poderoso en la próxima década.
El fortalecimiento del BRICS corresponde al mundo multipolar, reuniendo potencias militares, como Rusia y China, nucleares como esos dos más India y los “moderadores” sin ambiciones militares como Brasil y Sudáfrica.
Avances en la alianza podrán reducir tensiones fronterizas, como la que existe entre China e India, o entre Rusia y Occidente, dijo Langoni.
A su juicio, lo que unió el grupo fue “la frustración por la acción de los organismos multilaterales, especialmente del FMI”, ante las crisis financieras. Son instituciones muy complejas, constituidas por numerosos países. [related_articles]
Los países del BRICS pueden operar con más facilidad con instrumentos financieros propios, que atiendan, además, a sus requerimientos urgentes de inversiones en infraestructura, principalmente Brasil e India, arguyó.
El BRICS “encontró su identidad” al actuar en el Grupo de los 20 (G20) países industriales y emergentes, en defensa de estímulos al crecimiento, y no de austeridad recesiva, tras la crisis financiera global que estalló en 2008, recordó el ministro Mántega. Después pasaron a reclamar, también, la reforma del FMI, que encabezó la respuesta a la crisis.
Algunas reformas para que los países emergentes tuviesen mayor participación en las decisiones del fondo, fueron aprobadas en el G20, pero paralizadas porque no las ratificó el Congreso legislativo estadounidense.
El FMI es considerado el organismo menos democrático, porque Estados Unidos mantiene allí el poder de veto y algunos países del Norte industrial tienen mayoría de votos, en contradicción con la correlación actual de fuerzas económicas y el peso de las potencias emergentes.
La ausencia de reformas “impacta negativamente en la legitimidad, credibilidad y eficacia del Fondo”, haciendo necesario “modernizar su estructura de gobernanza, para reflejar mejor el peso creciente de las economías emergentes de mercado y países en desarrollo”, dice la Declaración de Fortaleza, suscrita por los cinco mandatarios del BRICS.