Jóvenes cubanas emigran con su futura descendencia

Dos jóvenes madres cubanas pasean con sus hijos por una avenida de La Habana. Crédito: Jorge Luis Baños/IPS

Luego de visitar dos veces a su padre y hermano en Estados Unidos, gracias al pasaporte español que obtuvo en 2009, la cubana Sissy Ramos decidió unírseles definitivamente, aunque con ello siga postergando su anhelo de maternidad. 

Ser mujer y joven son dos características de la emigración cubana actual, lo que deja a este país caribeño de casi 11,2 millones de habitantes con una población cada vez más envejecida y que pierde parte de sus generaciones de relevo.

Antes de tomar un avión a Islas Caimán y luego a Estados Unidos, donde se acogió a la Ley de Ajuste que desde 1961 facilita la residencia de cubanos que toquen su territorio, esta ingeniera de programación de 27 años abrazó a su madre y a su novio con la esperanza de reencontrarlos pronto.

“Parto primero para ir ahorrando hasta que aparezca la vía de que él salga. Queríamos casarnos y tener hijos después de graduarnos, pero sin vivienda propia y con salarios de 365 pesos (13 dólares) mensuales, que no permiten mantenernos, es preferible que nazcan en otro país”, dijo a IPS días antes de su partida.

Si bien el Decreto-Ley 302 de enero de 2013 derogó las restricciones gubernamentales para salir del país o retornar luego de haber perdido la residencia, Ramos siente que con este paso perderá sus raíces.

“Aquí nací, me crié, tengo amistades y están mi madre y padrastro, con más de 60 años. No quisiera irme, pero para tener un futuro mejor y garantizar el de mi descendencia no puedo quedarme en Cuba”, argumentó.

“Allá pienso trabajar en desarrollo de programas computacionales, que se paga bien y tiene demanda. Así poco a poco podré llevarme al resto de la familia”, añadió.

Emigrar es una aspiración frecuente entre mujeres jóvenes por la crisis económica permanente que se vive desde los años 90, cuando se extinguió el bloque socialista de Europa del Este del que dependía Cuba.

Como en el resto del Sur en desarrollo, la emigración de Cuba es cada vez más femenina.

En 2012, de las 46.662 personas que se fueron, 52 por ciento eran mujeres, la cifra más alta después de las 60.000 que partieron en 1980, cuando se abrió para este fin el puerto del Mariel, producto de tensiones migratorias entre Cuba y Estados Unidos.

A su vez, los grupos etarios con más emigrantes van de 20 a 40 años, una tendencia que se mantiene, según Antonio Aja, director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana. [related_articles]

Becas académicas, contratos laborales, matrimonios con extranjeros, reunificación familiar o visitas personales de las que no se regresa son algunas de las vías utilizadas para irse a vivir al exterior.

Actualmente 44,9 por ciento de las familias cubanas tienen jefatura femenina, al ser ellas las que más aportan al hogar, así tengan pareja. A ello se suma que las mujeres representan 64 por ciento de los profesionales universitarios, explicó a IPS la socióloga Marta Núñez.

“La mayoría prefieren emigrar solas y representan la principal fuente de ingresos para sí mismas y para sus familias, a las que casi siempre envían remesas”, destacó esta profesora de la Universidad de La Habana entre los resultados de una investigación sobre la migración de 2009.

“No quiero complicarme con parejas o que mi abuela de 85 años se enferme y deba quedarme. Parto dos años a una maestría en México y si cuando termine aún no se puede vivir de mi profesión en Cuba, cruzaré la frontera hacia Estados Unidos”, reveló a IPS una periodista de 27 años bajo anonimato.

Aunque se trata de una tendencia mundial, la salida de mujeres en edad fértil se siente de otro modo en esta isla caribeña con saldo migratorio negativo desde 1960, que influye en la caída de la población, junto con la baja natalidad y el aumento de la esperanza de vida.

  • 18,3 por ciento de los habitantes tienen 60 años o más, un punto porcentual más que el segmento menor de 14 años.
  • En 2012 nacieron 11,3 personas por cada 1.000 habitantes, 1,5 menos que en 2011.
  • La fecundidad es la más baja de América Latina: menos de dos hijos por mujer.

Fuentes: Censo de Población y Viviendas 2012 y Oficina Nacional de Estadísticas e Información

Durante el último quinquenio emigraron unas 39.000 personas por año, el mayor promedio desde los primeros años de la Revolución, iniciada en 1959.

Los motivos de la gran emigración van desde la búsqueda de una mejora económica y vital, con nuevos espacios laborales e ingresos, hasta la reunificación familiar, dijo Aja.

También se nutre del rechazo a la forma de vida impuesta por el sistema comunista cubano. “Llamar al emigrante cubano un caso político es incorrecto, pero tampoco es netamente económico”, dijo el especialista en migraciones.

“Los cubanos portamos una historia de movilidad fuera de la frontera muy importante y esa mentalidad hace que, ante la crisis, las personas decidan irse”, comentó Aja.

Hay nacidos en Cuba en más de 150 países, la mayoría en Estados Unidos, donde el último censo de población reportó alrededor de 1,8 millones de personas originarias de Cuba, 50,8 por ciento mujeres.

En términos absolutos, Cuba solo representa 3,4 por ciento del total de emigrantes de América Latina, pero su diáspora es llamativa “para la densidad poblacional del país”, dijo Aja. Y “su dinámica demográfica resulta un desafío” nacional, sostuvo.

Las emigrantes cubanas se caracterizan por planificar la maternidad “una vez insertadas en las sociedades de destino”, expone la demógrafa Gretel Marrero en un artículo publicado en el anuario de 2011 del Centro de Estudios de Migraciones Internacionales de la Universidad de La Habana.

Habría que tomar medidas que favorezcan el interés de mujeres y hombres jóvenes en proyectar su futuro y descendencia en Cuba, dijeron a IPS varias fuentes consultadas.

Eso hace Yaimé Alberdi, una contadora de 23 años que quisiera formar aquí su familia. “No tengo en mente la maternidad hasta pasados los 30, pero me gustaría que fuera donde nací, que no hay tanta violencia y mi familia me puede ayudar”, afirmó.

Ella aprovechará las nuevas regulaciones migratorias para visitar este año a una tía que vive en México desde 2005 y tal vez trabaje para traer algún dinero, pero hasta ahora sus planes incluyen el retorno.

En los 10 primeros meses de 2013, tras entrar en vigor de la reforma migratoria, viajaron al exterior 184.787 personas. De los 66.510 que fueron a Estados Unidos, 60 por ciento no regresaron aún, según dijo a CubaHoy Lamberto Fraga, de la Dirección de Inmigración y Extranjería.

 

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