Una zona económica inaugura llave de desarrollo en Cuba

La presidenta brasileña Dilma Rousseff y su homólogo cubano Raúl Castro se estrechan la mano, al inaugurar el primer terminal de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, a 45 kilómetros de La Habana. Crédito: Jorge Luis Baños/IPS

“Ver para creer”, dijo cauteloso Eliorquis sobre la mejoría que traerá para la gente del lugar la Zona Especial de Desarrollo (ZED), cuya primera fase se inauguró este lunes 27 en Mariel, una localidad de Cuba famosa por las oleadas de emigrantes que hace décadas salieron de aquí hacia Estados Unidos.

“Esta Zona se convertirá en llave del desarrollo económico de Cuba”, dijo en la ceremonia de apertura la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien situó en 802 millones de dólares el aporte financiero de su país en bienes y servicios para esta etapa, a la que se sumarán 290 millones de dólares más para la segunda.

“Brasil quiere ser un aliado económico de primer orden para Cuba”, subrayó la mandataria, tras la inauguración de la primera zona de este tipo en Cuba, construida por la firma brasileña Odebrecht y financiada por el estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social.

Rousseff y el presidente cubano, Raúl Castro, cortaron la cinta inaugural entre sonrisas y aplausos de los mandatarios Evo Morales (Bolivia) y Nicolás Maduro (Venezuela), y varios jefes de gobierno caribeños, llegados al país para participar en la segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se realiza el martes 28 y el miércoles 29 en La Habana.

Sin dejar de pedalear el triciclo con que gana su sustento como transportista privado, Eliorquis, de 24 años, que prefirió no decir su apellido, dijo que es pesimista sobre los beneficios para la gente como él, porque “los cubanos que trabajan allí tienen salarios en moneda nacional y no en divisa como se esperaba”. De otros detalles de la ZED se confesó poco enterado.

Pero Edel Mayol, director del Museo Municipal y conocedor de la historia de Mariel, a 45 kilómetros al oeste de La Habana, fue optimista. “Estamos en el primer escalón de un salto económico muy importante para nuestro municipio, el país y la región. La gente está animada y con intenciones de incorporarse al proyecto”, afirmó a IPS.

Aseguró en ese sentido que un Centro Politécnico abrió nuevas especialidades que pueden hacer falta en la ZED y el municipio también comenzó a dictar talleres y cursos a técnicos medios en oficios vinculados a la construcción, a la vez que se busca la reincorporación de mano de obra calificada.

Mariel, un municipio con 44.480 habitantes cuya cabecera tiene el mismo nombre, “siempre fue industrial, pero cuando dentro de unos años la zona esté en pleno funcionamiento lo será mucho más y necesitará fuerza de trabajo bien capacitada”, dijo Mayol. En el área ya hay una fábrica de cemento, una planta procesadora de mármol, una termoeléctrica y un molino de piedra.

El corazón de la ZED, primera megaobra que construye en Cuba tras la reforma del modelo económico socialista cubano, es el puerto de Mariel, que una vez terminada su remodelación podrá recibir naves de gran calado. Desde la localidad, es posible ver al otro lado de la bahía la envergadura de las labores.[related_articles]

En entrevista el sábado 25 con medios locales, Ana Teresa Igarza, directora de la Oficina de la ZED, confirmó que con la terminal se garantiza desde ahora el flujo de mercancías desde y hacia el área, lo cual constituye uno de sus principales atractivos para los potenciales inversores y para el desarrollo local.

El puerto de Mariel tuvo mucho movimiento en la época de auge del comercio con el extinto bloque socialista europeo, recordó Mayol.

Con la desaparición de ese bloque, Cuba entró en una grave crisis económica, que llevó a muchos a emigrar. En 1994, se produjo la llamada crisis de los balseros, con la salida desde el pueblo de Mariel de más de 36.00 personas. Fue la segunda oleada migratoria desde esa localidad costera, después del éxodo en 1980 de unos 130.000 cubanos hacia Estados Unidos.

Ubicado en una rada de aguas profundas, ahora el puerto estará capacitado para recibir las llamadas naves “post Panamax”, cuyo paso por el canal de Panamá será posible cuando esté lista la remodelación de esa vía interoceánica.

Esos buques transportan cargas tres veces superiores a las de un navío normal. Al cruce internacional de barcos de mayor porte por la ZED, que incluirá una zona franca, podría sumarse también, a más largo plazo, el procedente del anunciado nuevo canal de Nicaragua, cuya construcción, según el gobierno de Managua, está prevista para finales de 2014.

Según Igarza, el desembarcadero está diseñado de acuerdo a las mejores prácticas del desarrollo marítimo portuario y la protección ambiental e incluye seis terminales, una base logística del petróleo, un astillero, otros atraques para el servicio del abasto de combustible y el servicio contra incendios.

El objetivo de la ZED es fomentar el desarrollo económico sostenible mediante la atracción de la inversión extranjera, la innovación tecnológica y la concentración industrial con vistas a incrementar las exportaciones, la sustitución efectiva de importaciones y generar nuevas fuentes de empleo en una constante articulación con la economía interna.

En una extensión de 465,4 kilómetros cuadrados, cuyo acceso por tierra se asegura mediante una red de carreteras, ferrovías y aeropuertos muy cercanos –incluso dentro de la ZED–, se ubicarán áreas para priorizar inversiones en el desarrollo de la biotecnología e industria farmacéutica, energía renovable, industria agroalimentaria, turística e inmobiliaria, entre otros.

Entre las primeras propuestas de inversión figuran las de empresas de Brasil, Argentina, Chile, México y República Dominicana, lo que a juicio de Igarza “patentiza el interés que ha despertado este proyecto en la región”. Como incentivo, se ofrece a los inversionistas facilidades especiales en materia tributaria y otras garantías.

Además, el parlamento cubano realizará en marzo una sesión extraordinaria para aprobar una nueva ley de inversiones extranjeras.

Economistas consultados por IPS comentaron que la legislación debería incluir una flexibilización del régimen de contratación de fuerza de trabajo y la creación de condiciones para nuevas formas de financiamiento externo.

Según las autoridades, el personal de la ZED será fundamentalmente de las provincias occidentales de Artemisa (a la que pertenece Mariel), Mayabeque, Pinar del Río y La Habana, aunque los inversionistas foráneos podrán contratar personal extranjero no residente en Cuba para cargos de dirección o determinadas plazas de carácter técnico.

Igarza confirmó en diciembre que la contratación del personal cubano y extranjero con residencia permanente en este país debe ser mediante agencias empleadoras, que reciben el importe salarial en divisa del inversor y pagan en pesos, moneda nacional, a los trabajadores.

Sin entrar en detalles, la funcionaria admitió que el laboral es un tema “polémico”.

Sin embargo, las autoridades confían en que el necesario capital foráneo presente en Cuba, hasta ahora modesto, pueda aumentar de manera sustancial a partir de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel. Mucho depende de que las reglas de juego en estudio sean más flexibles que las actuales.

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