El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, se negó a firmar un controvertido proyecto de ley que condenaba a cadena perpetua a personas sentenciadas por cometer “actos homosexuales”. No obstante, la discriminación contra lesbianas, gays, bisexuales e intersexuales (LGBTI) se sigue agravando en este país del oriente africano.
“La gente piensa que (el proyecto) ya es ley”, dijo Judith, quien pidió no ser identificada por motivos de seguridad, en diálogo con IPS. “Se apruebe o no el proyecto, estamos sufriendo”.
Judith, de 25 años, tiene VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) y es un hombre atrapado en el cuerpo de una mujer que recurrió al trabajo sexual para sobrevivir luego de que sus padres sospecharon de su condición sexual cuando tenía 16 años y la expulsaron de su hogar.
Para ella, el rechazo ya empezó. Por ejemplo, fue discriminada a comienzos de este mes en la clínica que visita regularmente en Kampala.
A Judith la diagnosticaron como VIH positiva en 2008, y tiene un sistema inmunológico peligrosamente débil, además de gonorrea. La médica que la atendió le dijo que otros pacientes se estaban quejando de que la clínica trataba a una persona “gay”.
“‘No vuelva’, me dijo. ‘Los pacientes se quejan de que estamos trabajando con homosexuales’. En nuestra cultura no está permitido. Yo soy cristiana’”, recordó Judith.
“Me sentí muy mal y casi lloré, pero estoy acostumbrada a esto. Me quedé sin palabras y me fui de inmediato”, dijo a IPS.
La mayoría de los ugandeses no entienden la idea de ser transgénero, agregó.
“Aquí la gente no sabe nada sobre asuntos de transexuales. Apenas saben que existen gays y lesbianas”, señaló.
La manera como fue tratada Judith “no es sorprendente”, dijo Enrique Restoy, alto asesor sobre derechos humanos en la Alianza Internacional contra el VIH/Sida, en diálogo con IPS.
“Hace ya años que en Uganda venimos recibiendo informes de que se niegan servicios de (atención de) VIH a hombres que tienen sexo con hombres y a personas transgénero”, agregó.
Aunque será vetado por el presidente, la aprobación el 20 de diciembre en el parlamento del draconiano proyecto de ley, envió “una señal devastadora a todos los ciudadanos de que está bien discriminar y estigmatizar a la gente en base a su orientación sexual y su identidad de género”, sostuvo.
“El proyecto viene erosionando los derechos humanos de las personas LGBTI y alejándolas de los servicios esenciales de VIH incluso desde que se presentó en el parlamento en 2009”, añade Restoy.
[related_articles]Desde su punto de vista, la legislación infringe convenciones de derechos humanos y compromisos políticos sobre la respuesta al VIH firmados por Uganda. En la Declaración Política de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida, de 2011, todos los estados miembros se comprometieron a aprobar leyes para proteger a poblaciones vulnerables a este virus.
Sin embargo, en los últimos años Uganda, Nigeria y Malawi propusieron o aprobaron leyes homofóbicas.
En un comunicado, la alianza señaló que el proyecto tendría “un impacto desastroso sobre la respuesta al VIH”. La ONU, la Unión Europea y Estados Unidos también la criticaron.
La prevención del VIH en peligro
El proyecto de ley reclamó la cadena perpetua para todos los condenados por “homosexualidad agravada”, lo que incluye actos homosexuales con niños o con cualquiera que sea VIH positivo.
Según un informe, el proyecto también convirtió en delito “promover” la homosexualidad, lo que podría incluir ofrecer asesoramiento sobre el VIH a gays.
Esto podría afectar a organizaciones locales, apoyadas por la alianza y otros donantes, que brindan prevención contra el virus y aconsejan a personas gays.
Es difícil acceder a estadísticas sobre hombres gays y VIH, pero, según una investigación financiada por el Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del Sida, los 455 hombres que tienen sexo con hombres en Kampala corren un “riesgo sustancialmente mayor” de contraer VIH que el resto de la población masculina adulta en general.
Un estudio divulgado en 2009 por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Makerere sobre hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres en Kampala concluyó que la prevalencia de sus infecciones con VIH era casi el doble, 13 por ciento, que el promedio nacional, de siete por ciento.
Sam Okuonzi, médico y parlamentario, considera que la homosexualidad es una “anomalía”, pero dice que solo se debería castigar a aquellos que “la promueven, alientan y glorifican”.
Él es categórico en cuanto a que el proyecto de ley no impedirá que los homosexuales VIH positivos usen los servicios de salud.
“Cualquier disposición prohibitiva a ese efecto debe haber sido eliminada o lo será”, aseguró a IPS. “Esto debería habilitar a todos los pacientes con VIH/sida a acceder a tratamiento médico sin temor a ser llevados a la justicia”.
Okuonzi observó que los puntos de vista de sus electores en el condado de Vura, en el distrito de Arua, en el norte del país, son “más extremos” que los suyos propios.
Durante un reciente viaje a Soroti, en el oriente de Uganda, Judith vio que las personas LGBTI en las áreas rurales enfrentaban toda una batalla a la hora de acceder a servicios de salud y soportar discriminación.
“No tienen condones, no tienen (lubricantes), los echan de sus hogares”, dijo.
Pese a sentir que no es bienvenida, Judith cree que el médico que la atendió en Kampala no es homofóbico. “Hay presión que ejercen otras personas. Ella quiere mantener su empleo. Este proyecto de ley nos ha afectado mucho”, resumió.