Chile estrena elecciones primarias, pero con resabios del pasado

Vecinos de Recoleta, en Santiago de Chile, esperan a Michelle Bachelet, en uno de sus actos de campaña para las primarias. Crédito: sitio de la candidata

Chile estrena este domingo 30 el sistema de primarias abiertas y vinculantes para elegir a los candidatos a la Presidencia de los dos grandes bloques políticos del país, que competirán en los comicios del 17 de noviembre.

Pero el estreno de este sistema participativo estará marcado por la herencia de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y de la Constitución de 1980, que acarrea consigo varios candados antidemocráticos, según coinciden académicos y analistas políticos.

“Es la primera vez en Chile que hay una primaria por ley y es un paso adelante, medio incompleto, poco planificado, pero positivo”, comentó a IPS el sociólogo y politólogo Augusto Varas, de la Fundación Equitas.

Precisó que si bien las elecciones “no resuelven el problema de la concentración oligárquica dentro de los partidos, es una primera apertura a la participación”.

En las primarias, los ciudadanos sufragarán voluntariamente para escoger al candidato único de la centroizquierda y la derecha, en un proceso simultáneo y obligatorio, organizado por el Servicio Electoral (Servel), en cumplimiento de la Ley de Primarias, aprobada en diciembre del año pasado.

Por la opositora centroizquierda, con el pacto de Nueva Mayoría, aspiran la exmandataria socialista Michelle Bachelet (2006-2010), quien fue su ministro de Hacienda, Andrés Velasco, el exalcalde democratacristiano Claudio Orrego y el radical José Antonio Gómez.

En la gobernante derecha, bajo el pacto de la Alianza, compiten los exministros Andrés Allamand, de Defensa, (Renovación Nacional) y Pablo Longueira, de Economía (Unión Demócrata Independiente).

Los ganadores de los dos componentes del bipartidismo chileno, junto con varios aspirantes minoritarios, serán los candidatos en las elecciones de noviembre.

Las encuestas coinciden en que Bachelet tiene la mayor opción de suceder al derechista Sebastián Piñera desde marzo de 2014.

A los militantes registrados en alguno de los dos pactos, se les entregará una papeleta con los aspirantes de su sector, mientras que a los independientes se les darán los dos, para que elija una de ellas para sufragar.

El 17 de noviembre también se elegirán los 120 diputados y 38 de los 40 senadores del Congreso legislativo.

Sin embargo, los dirigentes políticos y sus partidos desaprovecharon la ocasión de realizar también primarias legislativas formales y, en medio de disputas de poder y un diálogo fracasado, restaron a la ciudadanía la posibilidad de designar, por primera vez en 40 años, a los candidatos al parlamento bicameral.

A juicio de Varas, este fracaso fue un “pésimo” gesto a la ciudadanía.

“Es una demostración más de que la política se hace entre cuatro paredes, que no tiene ninguna transparencia y que, fundamentalmente, priman los intereses caudillistas”, afirmó.

Solo la conservadora Renovación Nacional decidió someter a primarias a sus aspirantes a diputados en 10 de los 60 distritos existentes.

La ausencia de primarias legislativas hace casi imposible que figuras independientes puedan acceder al Congreso.

Esto, debido a que en Chile aún rige el sistema electoral binominal que sostiene a los bloques de la centroizquierdista Concertación de Partidos por la Democracia, que gobernó el país las dos primeras décadas de restauración democrática, y la gobernante y derechista Coalición por el Cambio.

Para los cargos colegiados cada partido de un bloque presenta dos candidatos para cada distrito o circunscripción electoral y se suman los votos de cada agrupación para determinar los dos elegidos, lo que apuntala el bipartidismo e impide la aparición de nuevas fuerzas.

Varas explicó que la actual Constitución posee “una serie de cerrojos que impiden que la voluntad mayoritaria, soberana, se manifieste de manera transparente y se realicen los cambios que la ciudadanía necesita”.

“Este es un pilar básico que hace que hoy en día la democracia en Chile sea tan insuficiente”, puntualizó.

Expresó que “el sistema binominal hace que las primarias sean muy importantes para decidir quién tiene el cupo ganador dentro de la candidatura de cada partido” y, además, “debilitan o generan una idea de que es posible debilitar las oligarquías partidarias”.

A este escenario se suman una serie de irregularidades que surgieron hace un año y medio, cuando entró en vigencia una ley de inscripción automática de los electores y el voto voluntario, que incrementó de 8,1 a 13,3 millones las personas habilitadas para votar en este país con 17 millones de habitantes.

Uno de los hechos que conmocionó al país fue la aparición del extinto presidente socialista Salvador Allende (1970-1973) habilitado para votar en las elecciones municipales de octubre de 2012 en la popular y capitalina comuna (municipio) de Estación Central.

Allende murió el 11 de septiembre de 1973 durante el ataque a La Moneda por las fuerzas militares que participaron en el golpe de Estado con que comenzó el régimen dictatorial del ya fallecido Augusto Pinochet.

Su aparición obedeció a fallas del Registro Civil, encargado de traspasar los antecedentes al Servel, responsable de elaborar los listados de votantes.

Servel afirmó que Allende ya fue retirado del registro, pero no los algo más de 1.000 detenidos desaparecidos por la dictadura, que mantiene entre los habilitados para votar pues, jurídicamente, son víctimas de secuestro permanente.

Otro medio millón de personas fallecidas en los años previos a la década de los 80 también estarán habilitadas, pues sus muertes no fueron informadas al Servel por no estar digitalizados sus certificados de defunción en el Registro Civil.

Según una encuesta del centro de estudios Mori, ligado a la derecha gobernante, dado a  conocer el miércoles 26, en las primarias votará entre 10,3 y 13,5 por ciento del padrón electoral.

El mismo sondeo reveló que 25 por ciento de los consultados no sabe que hay elecciones primarias el próximo domingo y, menos aún, qué se vota.

Además, 46 por ciento sí sabe exactamente que habrá primarias el día 30.

José Araya, coordinador del Área de Ciudadanía del Observatorio Ciudadano, aseguró a IPS que “existe interés de participar en la discusión política que el país vive en este minuto”.

“El movimiento estudiantil y los movimientos ambientales de 2011generaron que el ruido de la calle haya derivado en una discusión mucho más intensa en el trabajo, la familia, las escuelas. Nadie se ha podido desatender de la discusión sobre la realidad de la educación y, finalmente, sobre el sistema institucional”, afirmó.

Añadió que “esa motivación por la participación se está dando en el proceso de primarias” y vaticinó que el domingo “habrá bastante gente participando”.

Para Varas, en cambio, la participación ciudadana será bastante baja y dependerá de la capacidad de arrastre y de movilización de cada una de las candidaturas.

Mori anticipó que ganarán Allamand y Bachelet y que la centroizquierda convocará a casi el doble de votantes que la derecha.

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