Los jóvenes españoles no se van, los echan

Participantes en Málaga, en una de las manifestaciones españolas del 10 de marzo contra el desempleo y los recortes Crédito: Cortesía de CCOO
Participantes en Málaga, en una de las manifestaciones españolas del 10 de marzo contra el desempleo y los recortes Crédito: Cortesía de CCOO

«Querían contratarme y esto era algo que no me había pasado nunca», contó Marta Seror, una española de 25 años, empleada ahora en Polonia en una empresa de «outsourcing» y con una historia similar a la de miles de jóvenes que emigran ante la falta de trabajo y expectativas.

"Llevo tres meses y medio en este país y cada vez veo más gente como yo. Siento que me vi casi obligada a tomar la decisión" de aceptar un trabajo fuera de España, "sacrificando el bienestar de estar entre los tuyos", contó Seror a IPS. Ahora gana algo más de 600 euros mensuales (780 dólares), "pero es un país barato".

Al cierre de 2012, el desempleo juvenil, de aquellos con menos de 25 años, alcanzó 55,13 por ciento, lo que situó el número de jóvenes sin trabajo en 930.200, según el Instituto Nacional de Estadística de España (INE).

El desempleo general concluyó en 26,02 por ciento de la población económicamente activa, lo que se traduce en 5,9 millones de personas que quieren trabajar y no pueden.

"Los recortes en educación, investigación y ciencia han hecho imposible el desarrollo de una carrera científica en España. Nos vemos obligados a emigrar a otros países", lamentó David, doctor en biología de 33 años, en un testimonio escrito desde Sudáfrica para la campaña digital "No nos vamos, nos echan" (nonosvamosnosechan.net), promovida por el colectivo Juventud Sin Futuro.

La organización fue creada en abril de 2011 por el Movimiento Estudiantil de Madrid, uno de los grupos que convocaron a las movilizaciones iniciadas el 15 de marzo de ese año, conocido como el Movimiento 15M.

La campaña busca denunciar la situación de "exilio forzoso" de los jóvenes españoles, poner nombres a los datos de las estadísticas, así como tejer redes entre los que están en el país y en el extranjero, para luchar juntos por cambiar la situación mediante iniciativas específicas.

"Estoy deseando que la situación cambie, aunque no confío en que vaya a ser a corto plazo", declaró Seror a IPS.

Eduardo González, un periodista de 23 años y miembro de Juventud Sin Futuro, dijo a IPS que la diáspora juvenil es forzada por la situación económica y la aplicación de unas políticas de austeridad en sectores como educación y sanidad. "Por un lado se recorta y por otro se rescata con millones de euros a los bancos", criticó.

La campaña ha logrado reunir en pocos días casi 6.000 historias de jóvenes que residen en el país y el extranjero, accesibles mediante un clic a puntos amarillos localizados en un mapamundi.

"Solo he encontrado empleos como becario desde que terminé mi carrera", se quejó González. Además de denunciar la precariedad del trabajo en España, el periodista también advirtió de que "la gran mayoría" de los jóvenes tampoco encuentran en el exterior "el paraíso laboral", sino ocupaciones mal pagadas o no acordes con su profesión.

José es médico y trabaja como camarero y animador turístico en República Dominicana, mientras que Gemma es diseñadora y ejerce de instructora de esquí en Islandia, según sus testimonios en el sitio de la campaña.

Seror, licenciada en ciencias físicas, no dudó en aceptar un trabajo muy ajeno a su profesión en la localidad polaca de Lodz, ante el pésimo panorama laboral y "para poner fin a la rutina de levantarme cada día en casa de mamá, mandar currículo sin obtener respuesta y deprimirme", explicó.

Ahora es ejecutiva de procesos de la sede polaca de una empresa de outsourcing (subcontratación externalizada de mercadeo) de India, contó.

Según el INE, el desempleo afecta algo menos a las mujeres jóvenes (53,89 por ciento) que a los varones (56,24).

Todos soportan un drama añadido: la falta de cotización al Sistema de Seguridad Social, por lo que no cuentan con retribución compensatoria de desempleo, a diferencia de otros grupos etarios.

El tardío comienzo en cotizar como empleados y la larga permanencia con salarios de becarios o de la economía sumergida son también parte de su realidad.

Juventud Sin Futuro convocó para el 7 de abril movilizaciones en varias ciudades españolas y en las embajadas del país en el extranjero, para expresar su hartazgo.

"Es tiempo de organizarse, tanto las personas que nos hemos visto forzadas a emigrar como las que no lo hicimos", animan desde la web.

El 7 de este mes, el gobierno del derechista Mariano Rajoy anunció la institución de los llamados "minijobs" (miniempleos), que ya funcionan en Alemania, para incentivar la contratación a tiempo parcial con vinculación a la formación a los menores de 30 años.

Son contratos de trabajo temporal, de un máximo de 15 horas semanales y sueldos mensuales que rondan los 400 euros (520 dólares).

Seis de cada 10 jóvenes españoles de entre 22 y 30 años están a favor de los "minijobs", según un sondeo elaborado por la empresa My World y difundido el día 4 por la emisora de radio Cadena Ser.

"Entre no tener nada y ganar 400 euros, la gente acepta estos contratos", justificó González, quien no descarta buscar trabajo fuera de España cuando acabe la beca de nueves meses con la que sustenta ahora.

Distintas voces se han alzado contra la reforma laboral aprobada por el gobierno de Rajoy, que permite a las pequeñas y medianas empresas despedir al trabajador sin causa alguna o indemnización durante el primer año de contrato, pues abre las puertas a la legalización del empleo precario y temporal.

La mayoría de las personas que han participado con su testimonio en la campaña tienen entre 23 y 28 años, aunque "también los hay que rozan los 40 porque el problema no es solo juvenil. El exilio forzado se extiende a toda la población", advierte González.

Vicente Ortí, un periodista de 45 años con 25 de experiencia en prensa y televisión, trabaja en la capital dominicana y se muestra muy pesimista sobre el futuro de los jóvenes profesionales de su país.

"Me fui por el mismo motivo que se van miles de personas, por la falta de trabajo: España, laboralmente hablando, está devastada", sentenció Ortí a IPS.

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