Reformistas iraníes dudan sobre su participación electoral

Históricamente, los comicios presidenciales en Irán han servido a los reformistas para reclamar un ambiente político más abierto y demostrar su capacidad de movilizarción. Crédito: Garry Knight/cc by 2.0
Históricamente, los comicios presidenciales en Irán han servido a los reformistas para reclamar un ambiente político más abierto y demostrar su capacidad de movilizarción. Crédito: Garry Knight/cc by 2.0

A medida que se acercan las elecciones presidenciales en Irán, previstas para junio, los reformistas debaten sobre cuál es la mejor estrategia dadas las severas restricciones que sufren sus dirigentes y agrupaciones tras los disturbios que siguieron a los comicios de 2009.

En esas elecciones el candidato reformista Mir Hossein Mussavi, el principal opositor del presidente Mahmoud Ahmadineyad, no aceptó la derrota y sus seguidores protagonizaron escaramuzas con las fuerzas de seguridad.

Históricamente, los comicios presidenciales en Irán han servido a los reformistas para reclamar un ambiente político más abierto y demostrar su capacidad de movilizar a las masas, en especial a la clase media urbana.

Pero este año, parecen tener más discrepancias, en especial dada la continua detención domiciliaria de candidatos presidenciales de 2009 como Mussavi, pero también Mehdi Karrubi, y el encarcelamiento de otras figuras como Mostafa Tajzadeh, exministro del Interior, y Mohsen Mirdamadi, expresidente del Comité de Relaciones Exteriores y de Seguridad Nacional del parlamento.

Algunos reformistas priorizan su liberación, al igual que la de otros líderes políticos, incluso como condición para participar en las elecciones de junio.
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Pero no todos coinciden al respecto.

Abdullah Nuri, también exministro del Interior, cree que atender la deteriorada situación económica y la continua amenaza extranjera que suponen para Irán las sanciones promovidas por Estados Unidos, es más urgente que la liberación de sus compañeros detenidos.

Nuri también teme que insistir con ese tema antes de que los reformistas accedan a participar en los comicios les obligará a jugar según las reglas de sus enemigos.

"Tenemos que dar el primer paso y mostrar a nuestros oponentes que estamos decididos y somos serios", dijo Nuri en octubre.

Gholamhossein Karbaschi, exalcalde de Teherán (1989-1998), coincidió: "¿Es lógico pedirle a nuestros rivales que cumplan con nuestras demandas para que podamos ganar la contienda?"

"Si los presos políticos son liberados y la situación económica, cultural y política interna y externa mejoran (antes de los comicios), entonces ¿para qué van a llegar al poder los reformistas?", preguntó Karbaschi, quien apoyó a Karrubi en las elecciones de 2009.

"Ese es el programa de los reformistas y deben hacer un esfuerzo para llevarlo a cabo cuando lleguen al poder, y no ponerlo como condición para participar en las elecciones", añadió.

Ese tipo de declaraciones y rumores sobre la posible candidatura del ex primer vicepresidente Mohammad Reza Aref y del exministro de Educación Mohammad Ali Najafi, dan la impresión de que por lo menos algunos reformistas están considerando seriamente participar en los comicios.

Algunos reformistas incluso llegaron a declarar que el expresidente Mohammad Jatami (1997-2005) sería su candidato pese que este último declaró en el verano boreal pasado que no se presentaría.

La sola mención de Jatami como candidato inquietó a las figuras de línea dura.

La televisión estatal llegó a mostrarlo, algo que no hace desde hace años, y a llamarlo "compañero de la sedición", como define a las protestas que siguieron a los polémicos comicios presidenciales de 2009.

Los "compañeros de la sedición" pueden participar en los comicios, según un programa de televisión, si renuncian o se retractan de su accionar pasado.

El portavoz del Consejo Guardián, órgano que decide quién puede ser candidato, pareció coincidir con esa apreciación en diciembre, cuando insistió en que el repudio a la sedición mejoraría las posibilidades de las figuras políticas de obtener un visto favorable.

Pero el repudio propuesto por instituciones cercanas al líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, fue de inmediato rechazado por figuras reformistas clave.

"¿Ahora debemos renunciar a nuestro apoyo para participar en las elecciones para que se vuelva a repetir la misma historia?", preguntó el clérigo Mussavi Khoeiniha, editor del diario ahora proscrito Salaam, quien observó que los reformistas eligieron al ex primer ministro Mussavi como candidato en 2009.

"¿Qué lógica política nos permitiría hacer eso?", insistió, para subrayar luego que se opone a que los reformistas participen en las elecciones a cualquier costo.

Un conocido reformista que no quiso revelar su identidad dijo a IPS que el líder (Jamenei) y sus asesores no creen que el país atraviese una crisis que requiera la participación de los reformistas en las elecciones como forma de mejorar la legitimidad del régimen y promover la unidad nacional frente a presiones externas.

El propio Jatami ignoró los reclamos para renunciar a su apoyo a las manifestaciones de 2009 y, en cambio, ha reclamado elecciones libres y justas junto al expresidente Akbar Hashemi Rafsanyani 1989-1997).

Sin embargo, Jatami permanece activo y aprovecha el clima preelectoral para reiterar el mensaje de que los reformistas no desaparecieron y de que siguen siendo una importante voz para articular las necesidades insatisfechas y los reclamos de reformas políticas y sociales en el país.

Según el conocido periodista Abbas Abdi, los reformistas deberían hacer como hicieron en los comicios presidenciales de 1997, cuando la victoria sorpresiva de Jatami sorprendió al dominante sector conservador.

"Nuestra postura debe ser que hay elecciones y que debemos participar. Es muy probable que no obtengamos muchos votos, pero quizá sí", dijo Abdi en entrevista con el diario Etemaad.

Un profesor universitario que no quiso revelar su nombre fue más contundente: "Aun si no tenemos esperanzas en la benevolencia del líder, tiene que haber esperanza en sus limitaciones", dijo a IPS.

Señalando la aversión de Jamenei de parecer que interfiere en política, el profesor cree que "entre su pretensión de imparcialidad y sus intervenciones solapadas, hay un espacio para las actividades de grupos políticos, incluidos los reformistas".

Pero la detención esta semana de decenas de periodistas jóvenes que trabajan en diarios y semanarios reformistas puede ser un presagio de que el tradicional clima preelectoral de mayor apertura no se repetirá esta vez.

No se conocen los cargos, pero hay indicios de que su detención no obedece a sus escritos sino a sus presuntos contactos con medios persas "contrarrevolucionarios" fuera de Irán.

La medida hace pensar que los sectores gobernantes siguen muy sensibles y no tratan a los reformistas como competidores con diferentes programas en materia de política interna y externa, sino como un amenaza a la supervivencia del régimen islámico.

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