Park Geun-hye, hija del difunto dictador de Corea del Sur, Park Chung- hee, ganó las elecciones presidenciales con la promesa de sanar a una «sociedad dividida».
El triunfo de la conservadora Park Geun-hye, del gobernante Partido Saenuri, sobre el liberal Moon Jae-in, la convertirá en la primera mujer en ocupar la jefatura de Estado de este país asiático cuando asuma el cargo en febrero.
La oficina del presidente Lee Myung-bak felicitó a Park por su victoria aun antes del fin del conteo oficial de los votos emitidos en las elecciones del miércoles 19.
Park, de 60 años, regresará al palacio presidencial donde en los años 70 ofició de primera dama de su padre tras el asesinato a tiros de su madre en 1974 a manos de un extremista norcoreano.
Con 92 por ciento de los votos contados en todo el país, Park tiene una ventaja insuperable de 51,6 por ciento, por encima de los 47,9 por ciento de su rival del Partido Democrático Unificado, según la Comisión Electoral.
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Sus seguidores desafiaron las gélidas temperaturas bajo cero para gritar su nombre y flamear la bandera de Corea de Sur afuera de su casa. Luego, cuando Park llegó a la sede partidaria, fue recibida con hurras de «presidenta».
Una exultante Park se acercó a la multitud para estrechar la mano de sus partidarios donde reinaban las bufandas rojas, el color característico del conservador Partido Saenuri.
«Este es el triunfo de la esperanza que tiene la gente de superar la crisis y lograr la recuperación económica», dijo ante la multitud. «Voy a ser una presidenta que colme de todas las maneras posibles las promesas que le he hecho al pueblo», añadió.
Gran concurrencia a las urnas
Estos comicios se caracterizaron por la enorme participación de la población, más de 75 por ciento de los habilitados para sufragar, más de 30 millones de personas, por encima del 63 por ciento de las elecciones de 2007.
Park es la hija de una de las figuras más controvertidas de la política de Corea del Sur, Park Chung-hee, tan admirado por haber sacado al país de la pobreza como vilipendiado por la brutal represión de disidentes durante sus 18 años de gobierno autocrático (1961-1979).
Su rival, Moon, quien fuera jefe de gabinete del fallecido presidente de izquierda Roh Moo-hyun, es un abogado de derechos humanos que fue preso por protestar contra el régimen de Park Chung-hee.
«Lamento mucho y siento culpa por no haber podido lograr mi misión histórica de abrir una nueva era en la política», declaró Moon a la prensa fuera de su residencia de Seúl. «Acepto con humildad el resultado de las elecciones», apuntó.
El periodista de Al Jazerra Harry Fawcett informó desde Seúl que Park logró atraer a suficientes votantes de «posiciones medias» para inclinar la balanza a su favor.
«Esta candidata conservadora, quien se apartó de algunas de las posiciones más derechistas de su partido, parece haber logrado no solo asegurar el grueso de sus votantes, sino también atraer a otros del centro en estas elecciones con gran participación de la ciudadanía», observó.
«Sigue siendo un país dividido en términos de generaciones, filiaciones partidarias y regiones. La gente quedó pegada a lealtades políticas de larga data», añadió.
Relación con Corea del Norte
Las campañas de ambos candidatos apuntaron a la necesidad de una «democratización económica», que se refiere a la reducción de las disparidades sociales causadas por el rápido crecimiento económico, y prometieron crear nuevos empleos y aumentar el gasto en bienestar social.
Matthias Maass, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Yonsei, de Seúl, dijo a Al Jazeera que la política interna dominó la campaña de ambos candidatos.
«Los principales temas fueron la economía nacional, las medidas para atender la baja tasa de natalidad, el desempleo, la brecha de ingresos y la injusticia social», indicó Maass.
La nueva presidenta tendrá que hacer frente a numerosos desafíos, entre ellos el enfrentamiento con Corea del Norte, la desaceleración de la economía y los crecientes costos sociales en uno de los países con mayor envejecimiento poblacional.
Los dos candidatos se refirieron a la necesidad de mejorar las relaciones con Corea del Norte, pero el enfoque de Park fue más cauteloso que el de Moon, quien prometió reanudar la asistencia sin condiciones y organizar una cumbre con el líder norcoreano Kim Jong- un.
Park prometió también un fuerte liderazgo para conducir al país frente a los desafíos que suponen los problemas económicos globales.
«No tengo familia para cuidar ni hijos a quienes heredar. Ustedes, el pueblo, son mi familia y vuestra alegría es la razón de que siga en política», dijo Park, quien nunca se casó, en conferencia de prensa este jueves 20.
* Publicado por acuerdo con Al Jazeera.