Multitudinarias protestas golpean al gobierno argentino

Convocados a través de redes sociales y sin liderazgos políticos visibles, miles de argentinos se manifestaron la noche del jueves y hasta la madrugada de este viernes 9 contra el gobierno de Cristina Fernández, reelegida en 2011 con 54 por ciento de los votos.

A golpe de cacerolas y botellas de plástico, una multitud acudió al Obelisco, en el centro de Buenos Aires, y a la Plaza de Mayo, situada frente a la sede del gobierno, mientras movilizaciones menores se sucedieron también en barrios capitalinos y en múltiples ciudades del interior del país.

"Libertad", "Justicia independiente", "Basta de corrupción", "No a la inseguridad", "Basta de totalitarismo", "Basta de mentiras", rezaban algunos carteles que portaban los manifestantes opuestos a la administración del Frente para la Victoria, el sector centroizquierdista del Partido Justicialista (peronismo).

Otros llevaron pancartas con insultos a la mandataria. "Corrupta. Resentida. Incapaz. Soberbia. Tirana. Inepta. Necia. Actriz", rezaba un cartel que portaba una mujer en la concentración frente a la residencia presidencial de Olivos, localidad de la zona metropolitana de Buenos Aires.

Un grupo concentrado en Olivos coreaba "se va a acabar, se va a acabar, la dictadura de los K". Junto a ellos, un hombre que vestía camiseta de la selección argentina de fútbol explicó a IPS sus razones para asistir con su familia.
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"Estamos podridos del totalitarismo. No hay libertad de prensa, no se puede hablar ni opinar. Hay una corrupción total. Al opositor lo ven como enemigo, quieren volver a los años 70, que fueron funestos", dijo aludiendo al período previo a la última dictadura (1976-1983) cuando actuaban guerrillas izquierdistas.

"Nadie quiere un gobierno totalitario y marxista en este país. Que se den cuenta o si no que llamen a elecciones y se vayan", añadió.

Otros comentaron a IPS su deseo de que la presidenta "corrija el rumbo o se vaya". "No digo que deje el gobierno acéfalo. Que deje a alguien con algún criterio que se haga cargo de la situación", opinó un manifestante.

Muchas consignas rechazaban una eventual reforma constitucional por temor a que se habilite una segunda reelección de Fernández, propuesta que ella asegura no contemplar.

El llamado "cacerolazo" tuvo su primera edición el 13 de septiembre, convocada a través de blogs, redes sociales y correos electrónicos. Esta nueva manifestación, organizada por la misma vía y también con llamados de líderes de partidos y medios de comunicación opositores, fue aún más multitudinaria.

Niños, niñas, jóvenes, adultos, ancianos y discapacitados circularon por las calles, se manifestaron, golpearon cacerolas, botellas y otros objetos, cantaron el himno nacional y corearon cánticos contra el gobierno, sin que se supiera de incidentes mayores.

Una de las medidas más cuestionada por los manifestantes es la restricción impuesta a la compra de dólares, la moneda preferida por los argentinos para ahorrar. La limitación alcanza también a quienes necesitaban esa divisa para viajar al exterior, con excepciones y siempre justificando el origen legal de los fondos usados para ese fin.

También se reportaron protestas de argentinos en Barcelona, Madrid, Londres, Roma, Nueva York, Miami, Sydney, Toronto y en ciudades de países vecinos como el exclusivo balneario uruguayo de Punta del Este.

El arco anti K

En el espacio virtual, más de 40 páginas se ocuparon de hacer la difusión. Una de ellas fue "Argentinos indignados", que entre sus múltiples razones para protestar planteó que "no se puede salir del país" por las restricciones a la compra de dólares.

"Argentinos indignados" también rechaza lo que llama "abuso de la cadena nacional" por parte de Fernández y "que no se pueda negociar la venta de una propiedad como a uno se le antoje, porque ellos te dirán en qué moneda lo debes hacer", en referencia a que ese tipo de transacciones solo se pueden hacer en pesos, la moneda nacional.

Otro de los sitios con gran convocatoria es "El Anti K", que se define como "un grupo íntegramente opuesto a las ideas del gobierno del (…) Frente para la Victoria, kirchnerismo o sus equivalentes". El sector liderado por Fernández también toma el nombre o la inicial del apellido de su esposo, el expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), fallecido en octubre de 2010.

El administrador del sitio, Marcelo Morán, explicó a IPS que la manifestación fue "un toque de atención para todos". "Los que tienen que escucharnos son los políticos: el gobierno y la oposición que tiene que generar propuestas atractivas", remarcó.

El llamado fue "contra la inflación, la corrupción, la inseguridad, la impunidad, la re-reelección", detalló. No obstante, al entrevistar a los distintos participantes surgían otras consignas como la supuesta falta de libertad o la presunta falta de independencia de la justicia.

Morán aseguró que la protesta fue "apartidaria", pero que hubo dirigentes políticos y sindicalistas "que intentaron involucrarse en la convocatoria", un gesto que ellos consideran que "no es sano, pero que tampoco podemos prohibir".

Dirigentes opositores de partidos de centroderecha, como el jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mauricio Macri, y de centroizquierda, como el cineasta y diputado Fernando "Pino" Solanas, hicieron explícito su respaldo al cacerolazo y llamaron a concurrir.

También la centroderechista Unión Por Todos, que participó con sus dirigentes del cacerolazo, ofrecía en las redes sociales propuestas de carteles para imprimir y portar en la protesta. "No es por el dólar, es por la libertad", decía uno de ellos.

Morán explicó que la convocatoria fue "democrática", pero que "siempre en las redes hay comentarios exacerbados o fuera de lugar que no podemos evitar". Es el caso de los que llaman a la presidenta "yegua", "cretina" o que le desean la muerte.

Otros que se sumaron a la protesta son los grupos que rechazan los juicios que impulsó el gobierno contra los jefes militares y represores de la última dictadura (1976-1983), que dejó miles de muertos y 30.000 desaparecidos según datos de organizaciones de derechos humanos.

Transformaciones que afectan intereses

En diálogo con IPS, Ignacio Ramírez, director ejecutivo de la consultora Ibarómetro, expresó que los que se movilizaron no son votantes del gobierno desencantados. "Son quienes hace años no acompañan al oficialismo", definió.

Para Ramírez, la movilización convocó a un grupo "muy heterogéneo, en el que resulta difícil sintetizar una demanda. Más bien presentan una suma de malestares individuales", como la inseguridad, la inflación o la presunta falta de libertad.

Otro fenómeno que puso de manifiesto la protesta, según el experto, es "el déficit de representación" en el arco opositor. "La gente expresa encono contra el gobierno nacional y los que deberían liderar esa protesta están desdibujados", explicó.

Ramírez sostuvo que "la agenda de transformación que plantea el gobierno nacional es polémica y afecta muchos intereses". Eso "genera mucha conflictividad", pero los manifestantes "no se sienten representados tampoco por dirigentes opositores".

En cuanto a las perspectivas luego de esta protesta, el analista consideró que, "mientras lo sigan votando, el gobierno va a mantener su rumbo". "Esta no es necesariamente una movilización vinculante", advirtió.

Pocas horas antes del cacerolazo, la presidenta Fernández recordó que su marido decía que "no hay que aflojar jamás, ni en los peores momentos, que son cuando se conoce a los verdaderos dirigentes". Un día antes había advertido a la oposición que elabore una agenda, que plantee "con sinceridad" lo que persigue "y se ponga al frente". Pero que "no pretendan" que ella vaya en contra de las políticas que defiende desde que tiene 16 años.

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