Las elecciones municipales de este domingo 28 revolucionan el sufragio en Chile, al estrenarse la norma de inscripción automática y la concurrencia voluntaria a las urnas, pero también están marcadas por el fantasma de la alta abstención, a la que llamaron algunos grupos estudiantiles.
Con la nueva ley, los habilitados para votar son 13,4 millones de los 16,5 millones de chilenos y chilenas, mientras que eran solo 8,1 millones en los precedentes comicios municipales, en 2008.
En total, se escogerán 345 alcaldes y 2.224 concejales para un mandato de cuatro años.
La ley que se aplica por primera vez elimina la obligatoriedad del sufragio y el trámite de inscripción como elector al cumplir 18 años. Del total de votantes que de esa forma se han incorporado al padrón electoral, 80 por ciento son menores de 35 años.
"La juventud en estas elecciones será semiprotagonista", afirmó el especialista en ciencias políticas Esteban Valenzuela.
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Advirtió que "puede haber sorpresas, como mayor afluencia de jóvenes de lo pensado".
A juicio del experto, director del Departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Alberto Hurtado, "el voto joven, que se sabe proviene del mundo liberal y de centroizquierda, va a marcar tendencia".
En esa línea, precisó que, mientras más jóvenes votan, más probabilidades tienen las candidaturas que están en situación de mucha competitividad.
Ejemplos de esta realidad se viven en dos comunas (municipios) emblemáticas de la capital de Chile: Santiago y Providencia.
En la primera, compiten el actual alcalde Pablo Zalaquett, de derecha, y Carolina Tohá, quien fue ministra del gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010).
En Providencia, en tanto, se medirán el edil Cristián Labbé, en ese cargo desde 1996, y la dirigente vecinal Josefina Errázuriz.
Labbé fue agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía secreta de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y ha celebrado polémicos homenajes a extorturadores en su comuna.
Valenzuela indicó que, en ambos casos, "si logran que voten más de 20 por ciento de jóvenes, las contrincantes tienen posibilidades serias de resultar electas".
Pero estos comicios estarán marcados por el fantasma de la abstención, impulsada por diversos movimientos, principalmente de jóvenes dirigentes estudiantiles, que han llamado a no votar en las elecciones.
Una de las campañas más populares es "Yo no presto el voto", impulsada por la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces), que dirige la joven Eloísa González y que busca usar estos comicios para plasmar el descontento social.
"Buscamos develar una crisis de representatividad donde la instancia política no ha sabido reflejar y representar el sentir común de los estudiantes y de las distintas demandas del mundo social", explicó González a IPS.
"Para nosotros es fundamental dejar marcado ese hito e integrar en el debate público la necesidad de cuestionar el modelo de democracia que tenemos", añadió.
Para la lideresa, en Chile "seguimos viviendo las consecuencias de lo que fue la dictadura. Si bien hoy en día no tenemos a Pinochet en el poder, sí tenemos estructuras del modelo que siguen siendo las mismas, tenemos la misma educación y se sigue reprimiendo fuertemente".
El gobierno del derechista Sebastián Piñera ha reaccionado con molestia ante este llamado y el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, señaló que se trata de "expresiones minoritarias" cercanas al anarquismo.
"La mayoría de los estudiantes que han tenido roles distintos en los últimos años han manifestado la importancia de la votación", dijo.
En efecto, una de las mayores detractoras a la campaña de la Aces es la dirigente estudiantil Camila Vallejo, quien dijo a IPS que se trata de "un error" y de una "profecía autocumplida de una derrota, pues las elecciones se realizarán de todas maneras".
"Solo quizás logren que algunos jóvenes no voten, lo cual a su vez constituye un retroceso para la influencia que tiene que ir tomando el movimiento estudiantil en la esfera institucional", dijo Vallejo.
Para González, en cambio, ese argumento no es válido ya que "la única experiencia que hemos tenido ha sido que desde adentro se ha terminado coaptando los movimientos sociales y no generando los cambios que estos buscan impulsar".
Vaticinó, además, que para estas elecciones "habrá una alta abstención y esperamos que se siga marcando pauta del por qué se llama a no votar".
La posible ausencia a las urnas es un tema que preocupa a las autoridades. Ubilla se anticipó a decir que la abstención rondará 45 por ciento, un nivel que consideró similar al de cuatro años atrás, "si se suman los votos en blanco y nulos y el número que se excusó de sufragar".
Valenzuela, por su parte, recordó que "en todo el mundo, en las elecciones municipales vota una cantidad menor de personas que en las parlamentarias o presidenciales" y coincidió con el gobierno en que los ciudadanos que concurrirán a las urnas serán 55 por ciento del padrón electoral, como en 2008.
La diferencia importante, a su juicio, es que en esta ocasión por primera vez los electores concurrirán voluntariamente y votarán menos adultos y adultos mayores. En contraste, participarán más jóvenes, algo relevante si se considera el lugar central que ellos han tenido en los movimientos sociales del último año y medio.
"El protagonismo del movimiento estudiantil se tradujo en que en las campañas hubo mayor presencia juvenil desde el punto de vista publicitario. Uno ve en distintas candidaturas que sus propuestas para jóvenes ocuparon una cierta importancia", dijo el experto.
"Los partidos buscaron rejuvenecerse y se ha intentado atraer ese voto no de manera muy entusiasta, pero hay un cambio", explicó.
Sea como sea, 48.818 mesas de votación del país estarán dispuestas a recibir a los votantes entre las 08:00 y 18:00, hora local, y menos de dos horas después se conocerán los primeros resultados.
Al día siguiente, Chile comenzará una nueva carrera electoral, esta vez para los comicios presidenciales de 2013, en que la favorita según todos los sondeos es la expresidenta Bachelet.
