La crisis que vive Europa puede ser una oportunidad para que América Latina y el Caribe rediseñe una relación birregional asentada sobre la educación superior y las inversiones con énfasis social y ambiental, planteó el ministerial Consejo del SELA, de 28 estados de la región.
El organismo completó en Caracas el viernes 19 la reunión anual número 38 de su Consejo Latinoamericano, instancia que actúa como su máxima autoridad.
América Latina y el Caribe "debería ir a dos nichos vitales: la inversión que favorezca la sostenibilidad social y ambiental, y relaciones más intensas en educación superior, ciencia y tecnología", señaló a IPS el argentino Carlos Quenán, conductor del estudio sobre las relaciones con la Unión Europea (UE), que fue la referencia para el debate.
El SELA (Sistema Económico Latinoamericano), creado en 1975 con fines de concertación y cooperación económica, aprovechó este Consejo para presentar su perspectiva sobre la crisis europea de cara a la cumbre entre las dos regiones que se realizará en Enero de 2013 en Santiago de Chile.
"No cabe una perspectiva apocalíptica, de creer que Europa está muy mal, ni América Latina y el Caribe puede caer en la autocomplacencia y pensar que porque resiste la crisis global no necesita ayuda", estimó Quenán, vicepresidente del francés Instituto de las Américas.
Otro experto argentino, Roberto Lavagna, ministro de Economía entre 2002 y 2005, ha sostenido que "el resto de Europa hace mal en tratar de cumplir las exigencias de Alemania y del Fondo Monetario Internacional: Los recortes que destruyen poder de compra en la población son recesivos y no dan resultado en equilibrios fiscales".
Quenán evocó una frase del ex jefe de gobierno español, Felipe González (1982-1996), para quien "la austeridad a muerte conduce a la muerte".
Europa acude al nuevo encuentro con América Latina y el Caribe apenas iniciando medidas para atender la crisis, basadas en "políticas de austeridad que se han generalizado e impiden en lo inmediato una recuperación", según Quenán.
La Cumbre de Santiago será la séptima del mecanismo iniciado en 1999 en Río de Janeiro y se ha formateado como la primera entre la UE y la novel Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que reúne a todos los del hemisferio con excepción de Canadá y Estados Unidos.
El estudio contiene un rosario de asertos que dejan mal parada la situación europea de cara a la economía global: una moneda, el euro, única que no tiene un prestamista de última instancia, falta de disciplina macroeconómica, sobreendeudamiento, recesión, estancamiento de la productividad y problemas de gobernanza.
"Persisten todos los factores que afectan la economía europea, y en el corto y mediano su crecimiento será mediocre, en el mejor de los casos", consideró Quenán.
En lo que respecta a América Latina y el Caribe, la crisis europea ha incidido sobre cuatro grandes campos de su actividad económica: la inversión, el comercio, las remesas y la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD).
Aunque la UE se ufana de ser el primer inversor en la región, con un acumulado de 312.000 millones de euros (actualmente, 406.000 millones de dólares) a 2009, en la última década esa inversión, con un promedio alrededor de 30.000 millones de dólares anuales, ha presentado elevada volatilidad.
Como contrapartida, América Latina hace un aporte positivo para equilibrar los balances consolidados de las casas matrices europeas, y en el caso de España ha sido en los últimos años la principal fuente de recursos para numerosas empresas.
La importancia de Europa como socio comercial de América Latina y el Caribe se ha debilitado. Era el destino de 24,6 por ciento de las exportaciones latinoamericanas y caribeñas en 1990 y pasó a 13,6 por ciento en 2011.
Por contraste, China, decimoséptimo destino de las exportaciones de América Latina y el Caribe hace 20 años, hoy día es el tercero, y recibe nueve por ciento de las exportaciones totales de la región.
El intercambio además se mantiene asimétrico y concentrado: más de 90 por ciento de los productos europeos que la región importa son bienes industriales y la mitad con alto contenido tecnológico, mientras que 60 por ciento de lo que América Latina y el Caribe vende a Europa son materias primas o manufacturas escasamente elaboradas.
Los grandes socios comerciales de Europa son apenas cinco países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México, con más de 75 por ciento del comercio desde o hacia la UE. Mientras, cinco europeos (Alemania, España, Francia, Gran Bretaña e Italia) absorben casi 60 por ciento de las ventas latinoamericanas.
Ese panorama puede acentuarse con la crisis, traducida en decaimiento de la economía europea y la apreciación de las monedas en países latinoamericanos.
Las remesas de migrantes también caen. España, segundo proveedor de remesas a la región, después de Estados Unidos, envió en 2010 a Colombia 9,5 por ciento menos fondos que en 2008, a Ecuador 13 por ciento menos y a Bolivia el descenso fue de 16 por ciento.
En cuanto a la ayuda al desarrollo, ya se descarta que la UE pueda llegar en 2015 a la meta de que la AOD represente 0,7 por ciento del producto interno bruto, pues alcanzó tan solo a 0,42 por ciento en 2010, cuando debía colocarse entonces en 0,56 por ciento.
Con este panorama es que el estudio apadrinado por el SELA propone intensificar los planes regionales de cooperación e integración y evaluar lo hecho tras la Cumbre de 2010 con la UE, en Madrid, que propuso trabajar en acuerdo temas de ciencia, tecnología, innovación y desarrollo sostenible.
Quenán planteó la necesidad de avanzar en la búsqueda de consensos y sinergias sobre un primer nicho, de inversiones para la sostenibilidad social y ambiental.
"La UE, con sus dificultades, es la región del mundo que genera la mayor cantidad de patentes en tecnologías ambientales, y América Latina y el Caribe es una región que necesita preservar su ambiente al tiempo que aprovecha su riqueza en biodiversidad", señaló.
El otro nicho es el de la educación superior, la ciencia, tecnología e innovación. Durante la exposición del estudio de Quenán, el mexicano José Rivera, secretario permanente del SELA, presentó una cifra como ejemplo: en 2001, toda América Latina y el Caribe presentó 7.800 solicitudes de patentes.
Mientras, Corea del Sur introdujo sola 177.185.
"América Latina y el Caribe tiene una educación superior extendida, con numerosas universidades y matrícula, pero la calidad es una cosa diferente. Y en materia de innovación tecnológica Europa, a pesar de su crisis, sigue siendo una gran potencia, mientras que nuestra región tiene un largo déficit a superar", dijo Quenán.
A la cita de Santiago deberá llevar las iniciativas del SELA su nuevo secretario permanente, el venezolano Roberto Guarnieri, elegido este viernes para reemplazar a Rivera, bajo cuya conducción desde 2008 el organismo produjo decenas de estudios a modo de insumos para entidades de la región en temas de cooperación y concertación.