Los conflictos de interés pueden ser considerados motores del desarrollo humano, pero la violencia ha destruido millones de vidas y dejó generaciones dañadas por décadas. Al reconstruir y fortalecer capacidades, la Unesco colabora con medios y periodistas en distintas partes del mundo.
Tarja Turtia, especialista de la división libertad de expresión de la Unesco (Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura), conversó con IPS sobre la importancia de la prensa en los esfuerzos por llegar a poblaciones que aspiran a la paz como un comportamiento duradero.
Esta división de la Unesco también apunta a fortalecer la función de pivote de los medios en la transformación de una cultura de resolución de conflictos, caracterizada por la violencia rampante, a una basada en el diálogo constructivo y comprensivo.
IPS: La participación de actores locales es factor clave para el éxito de estructuras de paz duraderas en comunidades que sufrieron un conflicto. ¿Puede describir cuál es la función de periodistas y medios en esa ecuación?
TARJA TURTIA: Es un importante aspecto del trabajo de la Unesco colaborar con actores de la sociedad civil y con iniciativas locales en todas las áreas, las etapas del conflicto y los niveles de intervención.
Potenciar a las comunidades locales mediante la capacitación de profesionales de medios locales, incluidos grupos marginados y vulnerables, para participar en procesos de paz y responder a sus necesidades de acceder a información crítica, como acuerdos de paz, iniciativas de reconciliación, elecciones y decisiones públicas adoptadas en periodos de transición, están entre las grandes tareas de la agencia.
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Los medios tienen un papel destacado en el proceso de reconciliación tras un conflicto si promueven información imparcial, evita estereotipos e incitación a fin de fomentar la mutua comprensión.
En algunos casos, los medios pueden lanzar debates que no pudieron ser iniciados antes con apertura. Los blogs, por ejemplo, son ahora un medio efectivo para periodistas y funcionarios de Iraq para hacer planteos que no harían en público.
IPS: ¿Cuáles son los elementos comunes en el contexto periodístico y mediático de las sociedades posconflicto a los que deben enfrentarse los constructores de paz?
TT: Se enfrentan a dos grandes obstáculos para el goce completo de los derechos humanos y del marco legal en que operan los medios, que no cumplen con los estándares internacionales: falta de democracia e instituciones débiles.
De hecho, los principales desafíos son la falta de garantías constitucionales para la libertad de expresión, las normas que restringen contenidos o el libre uso de Internet, la ausencia de leyes sobre libertad de información y la falta de políticas sobre tecnologías de la información y la comunicación que promueven el acceso universal a Internet.
En las zonas donde hubo conflicto, la ausencia misma de los medios es un desafío. Afganistán, por ejemplo, pasó de la situación posterior a 2011, virtualmente sin medios, a la actual, con un sector efervescente, profesional y plural.
Uno de los principales desafíos en las sociedades conflictivas es la falta de seguridad para los periodistas. En los últimos 10 años, más de 500 profesionales y otros trabajadores del sector fueron asesinados en el mundo.
IPS: En lo que respecta al impacto constructivo y duradero de los medios en los esfuerzos de transformación de un conflicto, hay quienes dicen que solo hay evidencias anecdóticas sobre esta relación de causa-efecto. ¿Cuál es su experiencia al respecto?
TT: Los medios libres, independientes y plurales son esenciales para fortalecer la transparencia y luchar contra la corrupción, pues son facilitadores clave de las demandas públicas de responsabilidad y receptividad de sus dirigentes.
La libertad de expresión, la libre circulación de información y el trabajo de los medios son importantes para erradicar la pobreza y promover el desarrollo económico y social, es decir para un desarrollo sostenible y equitativo.
La Primavera Árabe ha sido y es una experiencia clave en la que los medios, de ser plurales, independientes y libres, probaron su influencia en facilitar el diálogo y posibilitar movimientos nacionales. Reclaman responsabilidad, credibilidad y legitimidad a las autoridades de transición, así como elecciones transparentes y pacíficas.
Por eso la Unesco apoya el desarrollo de la libre circulación de información, la seguridad de los periodistas y los profesionales de los medios en el conflictivo contexto de la Primavera Árabe, aunque prometedor.
IPS: ¿Cómo hace la Unesco para apoyar el trabajo periodístico en sociedades conflictivas?
TT: Por ejemplo, la Unesco desempeña un papel vital en la cobertura electoral. El objetivo de esta es fortalecer la capacidad de los medios de ofrecer una cobertura justa y equilibrada del proceso. Eso funciona como un elemento vital para la democratización.
Toda democracia basada en el respeto de la libertad de expresión tiene un electorado que puede hacer uso de su derecho de voto sobre la base de una cobertura clara e imparcial.
En Iraq, por ejemplo, la Unesco tiene un proyecto para capacitar profesionales de los medios en la cobertura de procesos electorales. Se entrenan para informar al electorado, crear capacidad y mejorar el trabajo de los reguladores de los medios iraquíes, cuyo papel es debilitar las divisiones sectarias y entre facciones.
Otra área clave promocionada por los esfuerzos de paz tras un conflicto es asegurarse de que la información llegue al mayor público. Su falta o datos erróneos pueden generar conflictos, en especial en casos de disturbios postelectorales.
La Unesco apoya a las radios comunitarias, la principal fuente de comunicación entre habitantes de zonas aisladas de África, a través de su Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación (IPDC, por sus siglas en inglés).
IPS: ¿El trabajo periodístico concentra la suficiente atención en tanto que elemento de apoyo a los esfuerzos para la construcción de la paz?
TT: El grado de atención que concentra varía de un país a otro. Por ejemplo, en Sierra Leona, los esfuerzos de paz apuntaron principalmente construir capacidades e instituciones mediáticas, pero no fue el caso en Liberia ni Costa de Marfil.
En general se reconoce la importancia de los trabajadores de los medios dentro del proceso de construcción de paz, pero no se presta atención suficiente a las necesidades de los periodistas para que sean útiles a la democratización.
De hecho, solo con periodistas bien formados, y que comprenden sus derechos y sus responsabilidades, los medios podrán ocupar un lugar vital en el fortalecimiento de la democracia y la difusión de información.