La Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas constituye un avance crucial respecto de su antecedente, el diálogo de civilizaciones: reconoce la necesidad de actuar en conjunto, en vez de hablar, para que el mundo supere sus conflictos. A veces, el discurso dominante sitúa las “civilizaciones” en categorías opuestas y las etiqueta en base a atributos que solo demuestran desinformación. Estas etiquetas no se eliminarán con armas y enfrentamientos, sino a través de la comunicación, con iniciativas como el Mecanismo Conjunto de Respuesta Rápida de los Medios, un panel de expertos que pueden evaluar los hechos más allá de peligrosas distorsiones.
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