La cura se asocia a imágenes de limpieza y sanidad. Sin embargo, los hospitales de nuestros días son puntos calientes de contaminación y de elevado consumo de recursos valiosos, como la energía.
A menudo esa contaminación revierte en enfermedades, que han de ser tratadas por los mismos hospitales que contribuyeron a causarlas, dijo a Tierramérica la codirectora de la Salud sin Daño de Estados Unidos, Kathy Gerwig.
Es que "la salud ambiental no se enseña en las escuelas de medicina", añadió Gerwig, vicepresidenta de seguridad laboral y encargada de gestión ambiental de Kaiser Permanente, uno de los sistemas de salud sin fines de lucro más importantes de ese país.
Pero los hospitales están empezando a notar su propia huella ecológica.
Salud sin Daño ha logrado atraer a más de 3.500 instituciones de todo el mundo a la Red Global de Hospitales Verdes y Saludables. En Chile se han sumado los hospitales de Illapel, de Salamanca y Los Vilos y el Departamento de Salud Provincial del Choapa, provincia de la región Coquimbo.
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Para ser miembro de la red basta comprometerse con al menos dos de los 10 objetivos de su agenda global: liderazgo, sustancias químicas, residuos, energía, agua, transporte, alimentos, productos farmacéuticos, edificios y compras verdes.
La agenda global es de adhesión voluntaria. Una de sus metas incluye la eliminación total del mercurio, un metal neurotóxico empleado en termómetros y tensiómetros, entre otros dispositivos médicos.
A la campaña contra el mercurio se sumaron sistemas hospitalarios y autoridades nacionales y provinciales de varios países de América Latina, como Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Nicaragua, dijo a Tierramérica la bióloga Verónica Odriozola, coordinadora de Salud sin Daño para la región.
Gerwig y Odriozola dialogaron con Tierramérica en el marco de la conferencia Hospitales del Futuro, celebrada en Santiago el 9 de este mes.
TIERRAMÉRICA: ¿Cuáles son los impactos ambientales más importantes de los sistemas hospitalarios?
KATHY GERWIG: En Kaiser Permanente definimos cinco áreas: energía y cambio climático, sustancias químicas y productos más seguros, residuos, agua y alimentación sustentable.
Hay enfermedades que son resultado de la exposición ambiental, como el cáncer. Los hospitales a veces tienen pisos de vinilo o PVC, y el vinilo cuando se incinera, produce dioxinas que son sustancias cancerígenas.
Otro ejemplo es la energía. La proveniente del petróleo y sus derivados es responsable del cambio climático y los efectos del cambio climático en la salud incluyen más enfermedades infecciosas y manifestaciones meteorológicas severas que pueden dañar a la gente, como olas de calor, incendios e inundaciones.
Los hospitales gastan energía 24 horas al día, siete días de la semana. En Estados Unidos, son el tercer mayor consumidor de energía en el sector de edificios comerciales.
Entonces ese consumo causa el cambio climático y este causa enfermedades debemos hacer un uso más sabio de la energía para prevenir enfermedades.
TIERRAMÉRICA: ¿Qué propone Salud sin Daño en materia de residuos hospitalarios?
KG: Estamos interesados en dos aspectos: el tratamiento y el volumen de esa basura. Respecto del tratamiento, la incineración es peligrosa para la salud ambiental, así que buscamos alternativas. Por ejemplo, en mi organización la mayor parte de los residuos médicos son tratados con esterilización por vapor.
En relación al volumen, hacemos tres cosas: mejorar el proceso de compras, para evitar adquirir productos que serán desechados rápidamente, maximizar el reciclaje y reutilizar los materiales todo lo posible.
TIERRAMÉRICA: ¿Qué prácticas se aplican en energía y alimentos?
KG: Nos focalizamos en reducir el consumo eléctrico y, a la vez, emplear más fuentes renovables, como la solar. Un ejemplo específico es la adopción de la iluminación LED en todas las salas de cirugía de los hospitales de Kaiser Permanente. Estas lámparas no solo consumen menos electricidad, sino que generan menos calor, lo que redunda en menor uso de refrigeración.
En la alimentación, hay mercados de frutas y verduras semanales en nuestros hospitales. Así apoyamos a los agricultores locales, que tienen la oportunidad de obtener ganancias en la provisión local, porque cada hospital es un gran consumidor. El personal hospitalario también puede adquirir esos alimentos y, en muchas comunidades, el mercado abastece de alimentos locales también a la gente que vive cerca.
En Estados Unidos, tres por ciento de las frutas y verduras son orgánicas, pero alrededor de seis por ciento de los alimentos que servimos a nuestros pacientes lo son. Además, todos los productos lácteos en nuestros hospitales son de animales libres de hormona del crecimiento agregada, y elaboramos menús con menos carne.
TIERRAMÉRICA: ¿Qué porción de sistemas hospitalarios del mundo se han sumado a la red?
VERÓNICA ODRIOZOLA: Es difícil saberlo ahora, porque estamos en la etapa de sumar y los nuevos miembros lo hacen como fundadores. Pero hay varios grandes, como el sistema público de salud de la capital de México, o el sistema nacional de salud de Inglaterra. Luego hay hospitales sueltos o asociaciones hospitalarias.
TIERRAMÉRICA: ¿Y en América Latina?
VO: Algunos países destacan porque no hemos tenido oportunidad o capacidad de llegar a todos. Hay bastante avance en Brasil, Argentina, México; en Chile con la campaña contra el mercurio, que comenzó con algunos hospitales piloto y luego llevó al Ministerio de Salud a adoptar un compromiso de gestión que abarca a 90 por ciento de las instituciones públicas.
También estamos trabajando en Costa Rica, y arrancando en Nicaragua, donde el sistema de salud ya es libre de mercurio gracias a nuestro trabajo.
TIERRAMÉRICA: En la reciente reforma de la salud estadounidense, ¿estos temas estuvieron presentes?
KG: Algunos de ellos. Quizás no en forma explícita, pero hay una cantidad de oportunidades en la nueva ley. Por ejemplo, se exigen historias clínicas electrónicas. Esto no solo permite ahorrar papel sino un cuidado de la salud más eficiente. Si usted puede comunicarse con su médico por correo electrónico puede ahorrarse un viaje en auto hasta la clínica.
Otro elemento interesante de la reforma es que proporciona incentivos para prevenir enfermedades. Cuanto mejor seamos en prevención, menos recursos necesitaremos para intentar curar enfermedades.
TIERRAMÉRICA: ¿Sus campañas van encaminadas a cambiar políticas públicas, o se conforman con la adhesión voluntaria?
VO: Se trabaja con los actores del sistema y a la larga procurando que el cambio se convierta en una política pública, porque mal podríamos ir detrás de cada uno de los hospitales para generar transformaciones.
Pero a veces esos cambios funcionan mejor de abajo hacia arriba, como pasó en Chile con el mercurio.
En este caso, nuestro trabajo ahora es procurar que esa voz llegue a las actuales negociaciones internacionales de un convenio sobre mercurio, en las que el sector salud diga "estos productos tienen mercurio y pueden ser prohibidos a nivel global; nosotros ya lo hemos probado y comprobado".
* Este artículo fue publicado originalmente el 11 de agosto por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.