Aunque no hay duda de que el calentamiento global es sobre todo consecuencia de actividades humanas, también es cierto que hay fenómenos naturales contribuyendo al cambio climático.
Entre esas causas naturales aparecen eventos terrestres, como la actividad volcánica, la orogénesis, los cambios en los océanos y en la atmósfera y la deriva continental, que ayudan a elevar la temperatura media global.
Existen inclusive causas extraterrestres, como la dinámica de la constante solar, es decir, los cambios en la cantidad de energía recibida en forma de radiación solar por unidad de tiempo y de superficie.
Estas causas, en particular la constante solar, son reiteradas por grupos que niegan el carácter antropogénico del cambio climático e insisten en que, si hay un calentamiento global, este tiene causas naturales y por tanto toda política ambiental destinada a mitigarlo está condenada al fracaso.
Pero algunos de estos fenómenos, como la constante solar, son cíclicos, y sus efectos en la temperatura media de la atmósfera terrestre son marginales y no pueden explicar cambios ocurridos en largos períodos, según Stefan Brönnimann, profesor de climatología en la Universidad de Berna.
[related_articles]
"Gracias a observaciones de satélite, sabemos que la variabilidad de la constante durante el período de 11 años del ciclo de las manchas solares es muy pequeña para explicar las dimensiones del cambio climático terrestre", dijo Brönnimann a Tierramérica.
El climatólogo observó que otro fenómeno natural, la circulación de los océanos, es corresponsable del movimiento de calor en el sistema climático terrestre. "Lamentablemente, la observación científica de tal circulación es relativamente reciente, lo que impide formular diagnósticos confiables sobre sus efectos futuros", añadió.
Superar esta carencia de datos sobre las causas naturales del cambio climático es una de las recomendaciones de un estudio, encargado por el Consejo Noruego de Investigación a un comité especializado, que revisó lo hecho hasta ahora por los científicos del clima de ese país del norte de Europa.
La revisión, presentada en junio en Oslo, advierte que se han dedicado menos esfuerzos a estudiar y explicar las causas naturales del cambio climático por considerar que tienen un impacto relativamente menor que las antropogénicas sobre el sistema del clima terrestre.
Esas causas antropogénicas son las emisiones de gases de efecto invernadero de la quema de combustibles fósiles, las industrias, la deforestación y la agricultura.
Pero el estudio "Norwegian Climate Research: An Evaluation" (Investigación climática noruega: Una evaluación) señala que no se puede lograr una buena comprensión del sistema climático sin un esfuerzo dedicado a entender cómo los procesos naturales contribuyen con él.
La historia geológica documenta muy claramente una intensa fuerza climática asociada a la variabilidad solar, aunque no se ha identificado su mecanismo exacto, subraya el documento.
Estas circunstancias deberían haber provocado un esfuerzo internacional para estudiar esos procesos naturales, continúa el documento, "pero, sorprendentemente, tal esfuerzo es muy limitado, probablemente por falta de recursos financieros" para financiar estudios que no forman parte de una supuesta "agenda de investigación preestablecida" ("agenda-driven research" en la traducción oficial al inglés), que los autores del estudio no precisan.
La formulación escogida sugiere una intención de desacreditar la investigación científica sobre las causas humanas del cambio climático, a la vez que denunciar una supuesta negativa global a estudiar las causas naturales del fenómeno.
Fuentes científicas europeas consultadas por Tierramérica no quisieron comentar el estudio, aunque se mostraron extrañadas de su tono y de la referencia a esa supuesta "agenda de investigación preestablecida".
Los investigadores noruegos del clima con conocidos y colaboran con sus pares europeos en el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
El documento reconoce que la investigación noruega ha estado en línea con la corriente mayoritaria internacional y recomienda "un esfuerzo mayor" para investigar las causas naturales, en particular "las variaciones de la actividad solar, el mecanismo de formación de nubes y las variaciones multidecadales en los sistemas oceánicos".
Tales críticas parecen ignorar evidencia científica de que la cantidad de energía solar recibida por la Tierra desde 1750 ha permanecido casi constante. Precisamente durante este período, en particular desde 1850, en coincidencia con la Revolución Industrial y el uso creciente de combustibles fósiles, han aumentado sin pausa la temperatura media global y la concentración de dióxido de carbono, metano y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Además, si el calentamiento global fuese causado por una constante solar más elevada, entonces las temperaturas medias en todas las capas de la atmósfera serían mayores. Pero, mientras que la exosfera y la ionosfera registran hoy día temperaturas más bajas que en los pasados 150 años, el calentamiento en la troposfera ha sido suficientemente documentado
Esta diferencia en las temperaturas de la atmósfera es consecuencia del efecto invernadero: gases como el dióxido de carbono capturan el calor de los rayos solares cerca de la superficie de la Tierra.
Es por ello que, dijo Brönnimann, "los modelos climáticos que incorporan la constante solar no son capaces de reproducir el incremento real de la temperatura terrestre observado durante los últimos 50 años, si no toman en cuenta las emisiones de gases invernadero causadas por la humanidad".
* Este artículo fue publicado originalmente el 7 de julio por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.