Primavera mexicana desafía al futuro

«Nos dejaron un país herido, descompuesto», se lamentó el estudiante Juan Eduardo Flores, en Veracruz, uno de los estados de México más lastimado por la delincuencia organizada y gobernado desde hace 84 años por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

"No quiero vivir en un mundo así, no quiero vivir agachado", dijo a IPS este joven de 20 años, promotor del movimiento "Yo soy 132" y participante en las manifestaciones contra el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, primero en la intención de voto para las elecciones presidenciales del 1 de julio, según todos los sondeos.

Veracruz, en el este de México, es uno de los 20 estados en los que estudiantes universitarios han salido a las calles para protestar por la cobertura mediática favorable al candidato del partido que gobernó México entre 1929 y 2000.

La última y multitudinaria manifestación ocurrió el domingo 10 y se escenificó en medio centenar de ciudades, donde unas 100.000 personas, según los organizadores, demandaron transparencia electoral en un aniversario emblemático: la matanza estudiantil el mismo día de 1971 de unos 120 estudiantes, durante una protesta en esta capital.

Las movilizaciones en todo el país del domingo coincidieron con el último debate televisivo de los cuatro candidatos presidenciales antes de los comicios, en que también se elegirán 628 legisladores y otros 2.000 cargos públicos.
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El movimiento "Yo soy 132" dio un giro radical a la contienda electoral desde su irrupción el 11 de mayo, hace justamente un mes.

Ese día estudiantes de la privada Universidad Iberoamericana, de la orden católica La Compañía de Jesús, abuchearon a Peña Nieto durante su visita a la entidad y le reclamaron por la brutal represión policial contra campesinos ocurrida en 2006 en San Salvador de Atenco, cuando el ahora candidato presidencial era gobernador del estado de México, donde se ubica.

En un principio, asesores del candidato atribuyeron la protesta a "grupos manipulados y agitadores" opositores. Como reacción, 131 estudiantes del centro educativo de Ciudad de México realizaron un video en que, con credencial en mano y uno por uno, asumieron su responsabilidad en la crítica.

El video tuvo impacto inmediato gracias a las redes sociales y desde entonces miles de universitarios de instituciones públicas y privadas se movilizan casi a diario, para demandar a los medios de comunicación, y en especial a las grandes cadenas de televisión, una mayor equidad en la cobertura de la campaña electoral, sumándose a los primeros 131.

Ha sido una experiencia intensa. Hay chavos (jóvenes) muy inteligentes y tienes que discutir con ellos de igual a igual para tener posiciones de consenso. Y cada vez que hablas en una asamblea, sabes que representas a tu escuela, eso es una gran responsabilidad", dijo a IPS el estudiante de periodismo Ari Santillán, en Ciudad de México.

La "Primavera Mexicana", como muchos denominan al movimiento estudiantil, tiene como demanda principal la democratización de los medios de comunicación y una elección sin fraude. Sin embargo, ha convergido con un creciente sentimiento "anti-PRI", partido al que se identifica con un sistema corrupto y el autoritarismo.

"¿Quiénes somos? Somos los que nacimos en el error de diciembre y nos convertimos en el acierto del mes de mayo", leyó Flores en el manifiesto de estudiantes de la ciudad de Veracruz. El error alude a la crisis financiera estallada en México en diciembre 1994 y que impactó la economía mundial.

En México, según el censo de 2010, hay poco más de 14 millones de jóvenes que tienen entre 18 y 24 años de edad, que equivalen a 12 por ciento de los habitantes del país.

De ellos, 5,9 millones viven con recursos por debajo de la "línea del bienestar" establecida por el estatal Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, al contar con un ingreso mensual promedio de 170 dólares. Hay, además, 1,3 millones de jóvenes en pobreza extrema, con ingresos menores a 70 dólares mensuales.

Solo dos de cada 10 personas de 18 a 24 años tienen acceso a la educación universitaria en la segunda economía y el segundo país más poblado de América Latina, después de Brasil.

Los jóvenes son también el sector más golpeado por la violencia que azota al país y que se multiplicó con la estrategia de seguridad adoptada, para enfrentar el crimen organizado en torno al tráfico de drogas, por el conservador Felipe Calderón desde enero de 2007, un mes después de iniciar su sexenio presidencial.

Cifras oficiales establecen que entre 2001 y 2010 murieron en México en forma violenta más de 92.000 personas de entre 18 y 24 años de edad. Ello equivale a 25 jóvenes muertos diariamente.

Son los jóvenes que se estrenarán como electores en julio los que han dado un vuelco a la campaña.

En las últimas semanas, más de 15 universidades de diferentes estados han hecho simulacros electorales y en todos ellos el candidato ganador ha resultado Andrés Manuel López Obrador, postulado por el Partido de la Revolución Democrática y otras agrupaciones de izquierda. El aspirante ha sido ovacionado hasta en centros elitistas.

Los sondeos nacionales también han fotografiado el cambio, con López Obrador recortando distancia a Peña Nieto y situándose a 14 puntos porcentuales del favorito. En un rezagado tercer lugar aparece Josefina Vázquez, aspirante del Partido de Acción Nacional (PAN), que gobierna México desde 2000.

"El 132 rompió el paradigma de la división entre escuelas públicas y privadas", dijo a IPS el estudiante de antropología Alexis Jiménez, quien a fines de 2011 participó en la acampada frente a la bolsa de valores de Ciudad de México.

Además de avivar la campaña electoral, los jóvenes también están dando nuevo oxígeno a los movimientos sociales.

"Los estudiantes están siendo portadores del hartazgo de todo lo acumulado y lo están haciendo en condiciones nuevas para todos", dijo a IPS el exdiputado Jesús Martín del Campo, un luchador social de larga trayectoria, cuyo hermano fue asesinado en 1971.

"Son apartidistas, pero no apolíticos, y van a crear su propia historia. Porque además la respuesta del PRI a su demanda ha sido tan patética que nada más les faltó acusarlos de que estaban manejados por la Unión Soviética, que ya no existe", insistió.

Los jóvenes, que se declaran "apartidistas, pacíficos y sin líderes" aseguran que no hay vuelta atrás.

"En el movimiento me encontré con amigos que nunca hubiera pensado que se iban a involucrar en algo así. Yo mismo nunca me hubiera imaginado en esto", dijo el estudiante Juan Vázquez.

"Ahora, el reto es seguir movilizados después del proceso electoral. Lo que queremos es que los que tienen el poder rindan cuentas y que haya un legítimo empoderamiento del ciudadano".

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