EUROPA: Gitanos víctimas de espiral de violencia

Organizaciones de derechos humanos piden a los gobiernos de Europa central y oriental que condenen públicamente la violencia contra los romaníes o gitanos, luego de que una familia de esa comunidad fue muerta a tiros en Eslovaquia.

Los crímenes contra gitanos no son investigados adecuadamente en países de Europa central y oriental, denuncian activistas. Crédito: Cernavoda/CC BY-SA 2-0
Los crímenes contra gitanos no son investigados adecuadamente en países de Europa central y oriental, denuncian activistas. Crédito: Cernavoda/CC BY-SA 2-0
Según varios observadores, este asesinato es apenas el último ejemplo de una escalada de violencia contra esa la principal minoría étnica de Europa.

Estos llamados también sobrevienen días después de que la Corte Europea de Derechos Humanos dictaminó que Eslovaquia no investigó de modo efectivo el brutal ataque contra 10 romaníes en 2002, que dejó varios heridos de gravedad.

Activistas señalan que el veredicto pone de relieve las perturbadoras deficiencias de que adolece la investigación de crímenes contra los gitanos y que los dirigentes políticos deben hacer más para garantizar que los perpetradores de este tipo de delitos sean llevados a la justicia.

"Este fallo de la Corte Europea de Derechos Humanos se origina en un incidente que tuvo lugar hace una década. Pero la misma clase de incidentes violentos continúan ocurriendo" hoy, dijo a IPS el director ejecutivo del Centro Europeo para los Derechos de los Romaníes, Dezideriu Gergely. La entidad tiene su sede en Budapest.
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"Este caso nos recuerda que las autoridades eslovacas y otras de la región tienen que desarrollar sus procedimientos y prácticas para abordar de modo adecuado los ataques violentos contra minorías vulnerables, y garantizar que la violencia racista no quede impune", agregó.

Muchos romaníes se quejan de persecución y discriminación sistemática, en todos los niveles de la sociedad y en muchos países. La mayoría de los gitanos viven en Europa central y oriental, aunque también hay grandes comunidades en España, Francia, Grecia e Italia.

Hay entre 10 y 12 millones de romaníes dispersos por todo el continente. En Europa central y oriental, la mayoría de ellos viven en relativa pobreza. En algunos asentamientos, el desempleo es de cerca de 100 por ciento de los activos, y la alta criminalidad también es un problema en muchas comunidades.

Pero los romaníes dicen que la discriminación contra ellos es sistemática en las fuerzas policiales locales, y que los crímenes de los que son víctimas, especialmente los violentos, son mal investigados, si es que se los investiga.

Georgina Siklossy, de la Red Europea Contra el Racismo, dijo a IPS que los estudios sobre la respuesta del Estado a la violencia contra esta minoría mostraron lo pésimo de la situación.

Un estudio realizado por el Centro Europeo para los Derechos de los Romaníes entre 2008 y 2011 analizó una selección de 44 casos en la República Checa, Hungría y Eslovaquia, y concluyó que apenas 20 por ciento de ellos derivaron en condenas. Y también, que las investigaciones policiales fueron suspendidas sin identificar sospechosos en casi un tercio de los casos.

Durante las investigaciones policiales se descartó en 50 por ciento de los casos -o no se confirmó- que detrás de estos episodios hubiera motivos raciales.

"Otros miembros de nuestra red también han documentado la falta de investigaciones adecuadas sobre los crímenes contra los romaníes", dijo Siklossy.

Organizaciones que realizan un seguimiento de los episodios de racismo en la región han reportado una creciente violencia contra los gitanos y otras minorías étnicas, mientras crece la popularidad de partidos políticos y movimientos de extrema derecha, a raíz de la crisis financiera mundial.

En la República Checa, donde viven más de 300.000 romaníes, tres fueron muertos en ataques entre octubre de 2011 y marzo de este año. En los últimos años también hubo una serie de ataques incendiarios contra miembros de esa comunidad, uno de los cuales, en 2009, dejó a un niño de dos años lisiado de por vida.

En Hungría, nueve personas fueron asesinadas entre 2008 y 2011, entre ellos dos menores, en ataques contra gitanos. En algunos de esos ataques se usaron cocteles molotov, granadas de mano y revólveres.

Y en Rumania, dos hombres gitanos fueron muertos por la policía solo en el último mes. En mayo, uno de 24 años se arrojó a un lago para escapar de oficiales que lo perseguían por un presunto robo. Le dispararon en la cabeza mientras estaba en el agua, a entre 10 y 15 metros de la costa.

El 10 de este mes, dos hermanos romaníes fueron baleados, uno de ellos murió, en Agristeu, en el norteño distrito de Mures, tras una intervención policial en respuesta a un conflicto local.

El Centro Europeo para los Derechos de los Romaníes y la organización no gubernamental local Romaní CRISS llamaron a las autoridades rumanas a condenar las balaceras y a asegurarse de que los oficiales responsables sean condenados por sus acciones.

En el último ataque ocurrido en la región, tres miembros de una familia fueron muertos a tiros por un policía fuera de servicio que abrió fuego contra ellos en el exterior de su casa en Hurbanovo, Eslovaquia.

Otros dos integrantes de la familia fueron gravemente heridos en el episodio.

Los motivos del ataque no están claros.

Al emitir su fallo este mes, la Corte Europea de Derechos Humanos subrayó cuán importante era para las autoridades asegurarse de que las investigaciones sobre violencia racista fueran completas y eficientes.

El tribunal dijo que había "tenido en cuenta la particular importancia de que se lleve a cabo una investigación con vigor e imparcialidad sobre un ataque con dejos raciales… para reafirmar continuamente la condena de la sociedad al racismo y mantener la confianza de las minorías en la capacidad de las autoridades para protegerlas de la amenaza de la violencia racista".

Organizaciones de defensa de los derechos de los romaníes sostienen que la condena pública a la violencia racista es vital para impedir que ocurran crímenes similares en el futuro.

"El gobierno eslovaco, por ejemplo, definitivamente podría ser más activo en la condena a incidentes como los ocurridos contra los romaníes. (Pero) no es algo que considere importante tratar a fondo", dijo a IPS el activista Stefan Ivanco, de la organización no gubernamental eslovaca Centro para los Derechos Civiles y Humanos, que ha representado ante la justicia a gitanos víctimas de delitos violentos.

"Pero si los gobiernos son vistos como silenciosos o débiles sobre la cuestión de la violencia contra los romaníes y no la condenan públicamente o se aseguran de que la policía haga su trabajo adecuadamente, es más fácil que los racistas y neonazis lleven a cabo ataques, y envía a toda la sociedad el mensaje de que no hay necesidad de actuar contra la violencia que padecen los gitanos", agregó.

Siklossy agregó: "Si las autoridades abordan efectivamente los crímenes y la violencia racista, envían a la población un fuerte mensaje en cuanto a que el racismo hacia los romaníes no es aceptable y que los actos racistas serán castigados".

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