El paso de un día para el otro de condiciones de sequía a fuertes y persistentes lluvias, con sus consecuentes inundaciones, colocó a las autoridades de Cuba ante la necesidad de rediseñar los planes de contingencia para afrontar eventos climatológicos de gran intensidad.
Esta "experiencia inédita de lluvias tan intensas en tan breve periodo" obliga a "actualizar nuestros planes y a transformar los procedimientos en correspondencia con los fenómenos que se presentan a propósito del cambio climático", señaló Inés María Chapman, presidenta del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH).
El INRH tiene entre sus funciones actuar a tiempo y con precisión, prever las acciones y realizar el seguimiento constante de cada embalse de Cuba. El modo en que se logró mantener estable una presa como la de Zaza, por ejemplo, y otras de la central provincia de Sancti Spíritus, fue considerado por Chapman como "un ejercicio real de cómo actuar ante fenómenos climatológicos".
Durante un recorrido por la presa de Zaza, la mayor de la isla, la funcionaria recordó que hace apenas unos días especialistas de esa institución valoraban la posibilidad de acelerar el programa de perforación de pozos para sostener la producción arrocera del territorio.
La necesidad se sustentaba entonces en el bajo nivel de llenado que presentaba el embalse y las pocas perspectivas de mejoría de la sequía y sus pronósticos para los próximos meses. La situación cambió de repente y, en menos de 48 horas, la represa de Zaza recibió más de 800 millones de metros cúbicos de agua.
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Fuentes oficiales indican que el peligro que representa la presa está documentado y reconocido en los planes de contingencia de la Defensa Civil desde que, en junio de 1972, un temporal repletó en cuestión de semanas el embalse cuando aún estaba en proceso de construcción y provocó una severa rotura.
Pero nunca antes se había producido el llenado con tanta velocidad como ocurrió entre el miércoles 23 y el viernes 25. Las precipitaciones de la semana pasada convirtieron a este mes en el más lluvioso de la historia en la región, con un acumulado de 500 milímetros de lluvia, más de 300 por ciento de la media mensual.
Aunque mayo marca el inicio de la temporada lluviosa en Cuba, que se extiende hasta octubre, este mes cerró con un gran déficit respecto de los totales de lluvias de 1995, 1997, 1998, 2000,2004, 2005 y 2008, según fuentes del Centro del Clima del Instituto de Meteorología de la isla.
Para este mes se esperaban "precipitaciones cercanas a lo normal en todas las regiones del país" que, en el caso de la parte central, los estimados oscilaban entre 135 y 265 milímetros, muy por debajo de lo acumulado.
Entre los efectos del cambio climático, estudios especializados apuntan a la ocurrencia de fenómenos extremos y el aumento de la intensidad o frecuencia de los mismos. Huracanes, sequías, intensas lluvias y ascenso del nivel del mar, aparecen entre los mayores peligros para islas caribeñas como Cuba.
Evacuar a tiempo
Más de 7.200 personas se mantenían evacuadas en Sancti Spíritus el domingo 27. Unas 6.000, vecinas de las zonas cercanas de la presa, debieron ser trasladas a lugares seguros con urgencia ante la necesidad de comenzar a abrir las compuertas del embalse, que superó su capacidad de 1.020 millones de metros cúbicos de agua.
La versión digital de Invasor, el periódico provincial, indicó que el pasado sábado fueron encontrados los cuerpos de dos hombres que se reportaban como desaparecidos. Se trata del francés Alain Manaud y del cubano Silvestre Fortún Álvarez, quienes viajaban a bordo de un automóvil que fue arrastrado por la crecida del río Santa Lucia, en el municipio de Cabaiguán.
"Podría haber pasado mucho más", aseguró a IPS vía telefónica Marta Pérez, habitante de la ciudad de Yaguajay, en el territorio espirituano. "En mi casa, el agua subió más de un metro, pero eso es lo de menos. Tengo familia cerca de la presa de Zaza y no pude vivir tranquila hasta que supe que estaba a salvo", dijo la mujer, trabajadora del hogar.
Pérez amaneció el jueves 24 con el agua a la altura de la rodilla por la crecida del Río Máximo.
La emergencia se produjo a menos de una semana de la realización en esta isla caribeña del ejercicio general "Meteoro 2012", durante el cual se ensayaron todos los mecanismos establecidos por el Sistema Nacional de la Defensa Civil en caso de desastres, de acuerdo a estudios de vulnerabilidad realizados en cada territorio del país.
El sistema se volvió a activar la pasada semana ante las lluvias que provocaron la crecida de los ríos, desbordaron presas y micropresas, inundaron importantes cultivos como la caña de azúcar, afectaron puentes y vías férreas y hasta el domingo mantuvieron incomunicados el occidente del oriente del país por la vía terrestre.
Daños preliminares
Una valoración preliminar de daños, presentada por el Consejo de Defensa Provincial de Sancti Spíritus, incluye el derrumbe de 47 viviendas y la afectación parcial de otras 1.156. El impacto del sector habitacional ocurre cuando el país aún trabaja en la recuperación del desastre provocado por los huracanes Ike y Gustav en 2008.
A estas afectaciones se suman los daños a más de 3.350 hectáreas de cultivos y 5.700 canteros de la agricultura urbana, así como a las siembras recientes de caña de azúcar y 1.400 hectáreas de arroz que necesitan ser drenadas. También sufrieron la acuicultura, la apicultura y la producción de leche.
Aunque en la ganadería se reportó la protección de más de 20.000 animales, informes preliminares incluyen la muerte de unas 100 reses "por enfriamiento".
En Trinidad, municipio con fuertes atractivos para la industria turística, las roturas en la conductora natural del río San Juan de Letrán ocasionaron serias afectaciones al servicio de agua a la población. Autoridades del sector informaron que las reparaciones dependen del acceso a zonas intrincadas.
En la medida en que las lluvias empezaron a disminuir, José Ramón Monteagudo, presidente del Consejo de Defensa Provincial, llamó a iniciar los trabajos de recuperación, mantener el estado higiénico-sanitario del territorio y restablecer, lo más pronto posible, servicios vitales como la electricidad en los lugares afectados.
"Necesitamos aumentar el uso racional del agua para asegurar el abastecimiento a la población y a las necesidades agrícolas e industriales", alertó la presidenta del INRH tras recordar que, pese a las lluvias en la región central, la sequía sigue predominando en el resto del país.