Las fuerzas del gobierno de Siria bombardearon este martes 14 la central ciudad de Homs por décimo día consecutivo, mientras la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, acusó al foro mundial de pasividad ante los continuos crímenes contra civiles.
Al menos siete personas murieron y más de 20 resultaron heridas en el barrio de Bab Amr, que sufrió un implacable ataque con fuego de metralla, misiles lanzados por tanques y granadas de mortero, según activistas opositores.
Desde Homs, el activista Hadi al-Abdallah dijo a la cadena árabe Al Jazeera que el bombardeo, iniciado a las 5:30 de la mañana (3:30 GMT), fue el más duro de los últimos días.
«Bab Amr y el barrio adyacente de Inshaat son bombardeados cada 15 minutos», indicó.
«No sabemos qué hacer con los heridos. Desde que comenzó el ataque hace 10 días, hubo más de 1.000 personas lesionadas», añadió.
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Bab Amr es un baluarte de la oposición, que las fuerzas del gobierno de Bashar Al Assad pretenden recuperar.
El implacable bombardeo obliga a la población a permanecer dentro de sus casas, lo que dificulta el traslado de heridos a hospitales o a clínicas improvisadas, dijo al-Abdallah.
«Cada vez que la comunidad internacional hace una fuerte declaración, el régimen sirio decide vengarse en nosotros. Es una tendencia que hemos identificado», agregó.
Tanques del gobierno están también estacionados en Inshaat. Muchos residentes desplazados de ese barrio informaron que sus hogares habían sido saqueados y en algunos casos ocupados por los soldados.
Mientras, activistas informaron este martes que las fuerzas del gobierno también tomaron por asalto la localidad de Taybeh, en la sureña provincia de Deraa, luego de haberla bombardeado intensamente.
Crímenes contra la humanidad
En medio de la violencia, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, dijo el lunes 13 a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que el régimen de Assad cometía crímenes contra la humanidad desde que lanzó su represión contra la disidencia, en marzo del año pasado.
Además, señaló que la incapacidad del Consejo de Seguridad para aprobar una resolución contra Siria había estimulado al régimen a incrementar su represión contra la oposición y a lanzar un «ataque indiscriminado» sobre los civiles en Homs.
Rusia y China vetaron un segundo texto de resolución sobre Siria en el Consejo de Seguridad el viernes 4, el mismo día en que comenzó el asedio a Homs.
Pillay expresó su temor de que el agravamiento de las tensiones sectarias sumieran a Siria en una guerra civil, y llamó a responsabilizar al régimen de Assad ante la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya.
También dijo que «reportes creíbles indicaban que las fuerzas de seguridad sirias habían matado a más de 5.400 personas el año pasado, incluyendo civiles, así como personal militar que se negó a disparar» contra no combatientes.
Respuesta siria
Ante estas acusaciones, Bashar al-Jaafari, representante permanente de Siria en la ONU, dijo que los comentarios de Pillay carecían de escrúpulos, e insistió en que Siria estaba siendo atacada por organizaciones terroristas.
«Después de hoy, ¿cómo podemos confiar en la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos en temas relacionados con defender y promover los derechos humanos?», dijo Jaafari a la Asamblea General.
Además, llamó a «todos los que albergan, apoyan, financian y arman a grupos terroristas a dejar de hacerlo inmediatamente de acuerdo con las resoluciones de legitimidad internacional».
El gobierno sirio responsabiliza a «terroristas armados» por la inestabilidad en Siria, iniciada luego de que protestas exigiendo libertades estallaran en todo el país hace más de 11 meses.
Se espera que la Asamblea General considere una resolución no vinculante —similar a la que bloquearon China y Rusia en el Consejo de Seguridad— apoyando un plan de la Liga Árabe que exige la renuncia a Assad y la creación de un gobierno de unidad que prepare el camino para nuevas elecciones.
Plan de la Liga Árabe
La violencia en Siria llevó a que la Liga Árabe propusiera a la ONU la creación de una fuerza de paz conjunta.
Sin embargo, Rusia, estrecho aliado de Assad y su principal proveedor de armas, señaló el lunes que no podía apoyar una fuerza de paz internacional a menos que ambas partes detuvieran la violencia primero.
China apoyó lo que llamó «mediación» de la Liga Árabe, pero no ofreció una clara señal de respaldo a la propuesta de una fuerza de paz.
«Las acciones de la ONU deben conducir a una reducción de las tensiones en Siria en vez de complicar las cosas», afirmó el portavoz de la cancillería china, Liu Weimin.
Francia también expresó escepticismo sobre una fuerza de paz. «Creemos que cualquier intervención militar externa solo agravaría la situación», dijo el ministro de Relaciones Exteriores de ese país europeo, Alain Juppe.
En tanto, su par de Gran Bretaña, William Hague, afirmó que cualquier fuerza internacional en Siria debería estar integrada por soldados de naciones no occidentales.