Los palestinos de Jerusalén oriental pueden nuevamente ver películas: el otrora vibrante Cine Al Quds reabrió sus puertas luego de 25 años. Sus administradores lo consideran una señal del renacimiento cultural árabe en esta ciudad dividida.
"Estuvimos aislados por un tiempo del resto del mundo, así que pienso que es el lugar perfecto para que vengan los palestinos", dijo a IPS la coordinadora de la sala, la cineasta Rima Essa.
"Estoy tratando de traer muchos filmes de lugares de los que nunca pensamos que veríamos películas: de Irán, Siria, Líbano Esperamos que este centro le dé a los palestinos una experiencia cultural diferente", agregó.
Ubicado en el Centro Cultural Yabous, en Jerusalén oriental, el Cine Al Quds celebró su relanzamiento con un festival llamado "Semana de filmes sobre libertad". Casi una docena de obras fueron proyectadas, referidas a temas que fueron desde el levantamiento popular en Túnez hasta el acoso sexual en Egipto y la vida diaria de los palestinos.
"Ves a personas realmente hambrientas por este tipo de filmes. Algunas se acercan al final (de la película) y hablan contigo, y empiezas a ver mucha gente todos los días", indicó Essa, también curadora del festival.
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"Se está creando un centro cultural muy interesante y específico para los palestinos. Esperamos también poder alcanzar al palestino promedio, que simplemente pasa por el edificio y quiere ver qué está ocurriendo", agregó.
Construida en los años 50, esta popular sala una vez llevó a albergar a 800 espectadores y a proyectar filmes comerciales de la región y de todo el mundo, hasta que las autoridades israelíes la cerraron en 1987, al comienzo de la primera intifada (levantamiento popular palestino contra la ocupación).
La mayoría de los equipos del cine, que databan de su inauguración, quedaron destruidos por su exposición al sol y a la lluvia durante estos 25 años. Sin embargo, algunas cintas y un proyector pudieron ser restaurados y ahora son exhibidos en la entrada del Centro Yabous.
Essa dijo que, mientras está en marcha la construcción de otras salas, el Cine Al Quds ayudará a llenar el vacío cultural creado por la ocupación israelí.
"Desde el punto de vista socioeconómico, (la ocupación) ha sido un gran fastidio. En la mayoría de los cines en Jerusalén occidental debes pagar 37 shekels (10 dólares). Y ese es dinero que los palestinos, debido a la situación en la que viven, no pueden darse el lujo de gastar. Por tanto, no pueden acceder a acontecimientos culturales", indicó.
"Estamos cada vez más dentro de un cerco que Israel impone a los habitantes de Jerusalén. Así que espero que este lugar le dé a los palestinos en general, no solo a los jerosolimitanos, la capacidad de venir y ver filmes", agregó.
Grupos de derechos humanos estiman que, desde agosto de 2001, las autoridades israelíes clausuraron cerca de 30 organizaciones que servían a la comunidad palestina en Jerusalén oriental, incluyendo a Orient House, la antigua oficina en la ciudad de la Organización para la Liberación de Palestina, la Cámara de Comercio de Jerusalén y la Sociedad de Estudios Árabes.
En 2009, las autoridades israelíes también prohibieron numerosas actividades culturales y educativas palestinas organizadas para celebrar la declaración de Jerusalén como "Capital de la Cultura Árabe" ese año.
"En general, los israelíes intentan cerrar todo lo que tenga que ver con los palestinos, no importa qué tipo de organización sea. Esta es una de las presiones para expulsar a los palestinos, y hacer que no se sientan vinculados con la ciudad", dijo a IPS el director del Centro de Jerusalén para Derechos Sociales y Económicos, Ziad al-Hammouri.
Añadió que el cierre de instituciones árabes en Jerusalén debía verse en el contexto de la continua judaización de la ciudad, y de la idea israelí de que los palestinos constituyen una amenaza demográfica.
"Es un tema demográfico. Quieren traer a los colonos (judíos) para que ocupen el lugar de los palestinos. Este tipo de presión sobre los palestinos es para obligarlos a abandonar Jerusalén y hacerles sentir miedo, y se relaciona con otras clases de presiones, como las órdenes de demolición de hogares y las confiscaciones de documentos de identidad", señaló Al-Hammouri.
Para Rima Essa, reabrir el Cine Al Quds no es solo una forma de resistir el impacto de la ocupación israelí, sino que también sirve de importante herramienta para educar e inspirar a la juventud.
"Los niños y las niñas no solían ir al cine. No han tenido la oportunidad de ver películas. Ahora pueden acceder a intelectuales y escritores de los que nunca habían oído. Se trata de estar más conectado al mundo árabe y también al resto del mundo", dijo Essa, añadiendo que planeaba organizar talleres prácticos y quizás luego una escuela de cine
"Como artista, sé soñar. Para mí, lo importante es el cine", dijo.