En el Caribe insular confluyen la vulnerabilidad ante el cambio climático y la debilidad de sus economías altamente dependientes de insumos externos, consideró la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena.
Crédito: Jorge Luis Baños Es además un área altamente endeudada y, especialmente en el caso de las islas anglófonas, con muchas dificultades para recuperarse debido al impacto del deterioro de las economías de Estados Unidos y Europa, de las cuales depende sobre todo en sectores como el turismo y los servicios, consideró la jefa de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe).
Bárcena concluyó este miércoles 8 una visita de tres días a Cuba para intercambiar criterios con autoridades, en especial sobre el avance de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe (Celac), un organismo creado en diciembre y al que consideró "una enorme oportunidad" para la integración regional.
"Tenemos una relación muy dinámica y trabajamos muy de la mano" con la Oficina Nacional de Estadísticas e Información para hacer las mediciones económicas y sociales, afirmó la experta. También "nos interesa mucho el censo (de población y vivienda)", previsto en Cuba para el segundo semestre de este año, agregó.
En conferencia de prensa, la bióloga mexicana recordó, ante una pregunta de IPS, que las pequeñas islas caribeñas están expuestas a desastres naturales causados por huracanes e inundaciones. "Sin duda es una de las regiones más vulnerables al cambio climático" y "sobre todo" al aumento del nivel del mar, admitió.
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Sin embargo, señaló que el impacto será "diferenciado", con zonas más afectadas que otras, que habrá que evaluar. "Estamos en el proceso de identificar eso y sobre todo de tomar medidas preventivas, previas al impacto mismo. La preparación de la región es importante", agregó.
Opinó que Cuba tiene "un liderazgo grande" en esa materia, "con un sistema meteorológico muy avanzado y sofisticado que incluso puede ser compartido a nivel regional". Azotada con frecuencia por huracanes, esta isla caribeña posee un vasto plan de prevención para proteger a las personas y bienes en caso de desastres naturales.
Últimamente, La Habana delineó un programa de adaptación al cambio climático que abarca tanto los estudios previos de peligro, vulnerabilidad y riesgo, incluidos los impactos posibles del aumento del nivel del mar, como las medidas sectoriales que se deben adoptar.
Informes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) alertan que por el crecimiento del nivel del mar colapsarían tres por ciento de los bosques de manglares de Cuba y más de 60 por ciento de las playas en algunas zonas de Granada. También advierten sobre el aumento de enfermedades trasmitidas por el agua o vectores.
Cuba, que en 2008 sufrió daños estimados en unos 10.000 millones de dólares por el paso de tres huracanes, podría perder 2,32 por ciento de su territorio hacia 2050 por quedar sumergida en el mar. Por lo tanto, debe adoptar medidas de adaptación para minimizar el impacto del fenómeno en no menos de 79 asentamientos costeros.
Un estudio de la Cepal de 2009 señaló a América Latina y el Caribe entre las regiones más vulnerables al cambio climático en el mundo por estar en una franja de huracanes con numerosos estados insulares y zonas costeras bajas, depender de los deshielos de la cordillera de los Andes para el suministro urbano y agrícola de agua y por estar expuesta a inundaciones e incendios forestales.
En el trabajo, titulado "Cambio Climático y Desarrollo en América Latina y el Caribe", se insistía en que la atención de las autoridades debería concentrarse en la adaptación al cambio climático, que hasta entonces se caracterizaba por ser "espontánea y reactiva", enfocada hacia la recuperación frente a desastres naturales.
En ese sentido, la Cepal considera que una política de adaptación requiere prever las pérdidas desde el sector primario hasta las finanzas públicas. El Estado debe cuantificar los impactos económicos para enfrentar las sequías, inundaciones, epidemias y pérdidas de infraestructura, entre otras, debido a la desigualdad social y el poco margen fiscal que tendría para adaptarse.
En el plano regional, Bárcena dijo que la agencia de la Organización de las Naciones Unidas que dirige respalda la creación de la Celac como espacio de cooperación, no solo de intercambio.
"Estamos apoyando mucho el sistema de la Celac ( ) Queremos que sea un proceso exitoso", aseguró, tras recordar que Chile tiene la presidencia interina de la entidad, en la cual será sucedido por Cuba, miembro junto a Venezuela de la troika que conduce este nuevo bloque americano del que solo quedan afuera Estados Unidos y Canadá.
Tanto en su conferencia del lunes 6 en la Universidad de La Habana como en su intercambio con la prensa cubana y extranjera acreditada, la jefa de la Cepal se refirió al proceso encabezado en este país por Raúl Castro, uno de cuyos desafíos apunta a preservar "logros de la Revolución" en materia de salud, educación e igualdad social.
"Veo con mucho entusiasmo lo que se está haciendo aquí ( ) hay una dinámica de seguimiento, de ir adelante con mucha firmeza", comentó en alusión a la actualización del modelo económico mediante medidas y reformas contenidas en un programa aprobado en abril de 2011 por el gobernante Partido Comunista de Cuba.
Bárcena dijo que los llamados "lineamientos de la política social y económica del partido y la revolución" son "muy atinados" para poder cambiar "sin rupturas" propuestas de igualdad y equidad que Cuba tomó hace muchos años. "Hay voluntad de darle una densidad socioeconómica al proyecto de país", consideró.