GUATEMALA: La discriminación, un santuario para el sida

«En la clínica nos atendía una mujer que nos criticaba y se dedicaba a hablarnos de cuestiones religiosas», narró Carlos Valdez, del Proyecto Unidos, iniciativa no gubernamental que promueve en Guatemala el acceso a servicios de prevención de VIH/Sida para homosexuales y trabajadoras sexuales.

Activistas recalcan que en Guatemala, al igual que en muchos otros países, las personas gays, lesbianas, bisexuales y transgéneros reciben un trato distinto de los empleados del servicio público de salud, a menudo discriminatorio y excluyente, un hecho que vulnera sus derechos, según activistas.

"Somos poblaciones excluidas por situaciones homofóbicas y transfóbicas en los centros de salud, porque no hay una atención especializada para las personas de la diversidad sexual. Por eso seguimos siendo el número de más casos de infección de VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida)", indicó Valdez a IPS.

Así, el índice de prevalencia de esta enfermedad en hombres que tienen sexo con otros hombres en el país fue de 7,6 por ciento en 2010, según el estudio "Intensificación de las acciones de prevención y atención integral en VIH y sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) en grupos vulnerables y áreas prioritarias de Guatemala", ejecutado por la no gubernamental Visión Mundial.

Sin embargo, otras organizaciones sitúan la prevalencia del VIH/Sida en poblaciones de la diversidad sexual por encima de 20 por ciento.
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Desde 1984 a 2010 se reportaron en Guatemala 22.647 casos de VIH/Sida, según el Ministerio de Salud y Asistencia Social, aunque organizaciones no gubernamentales creen que esta cifra crecería sensiblemente si se pudieran contar los casos no registrados.

De hecho, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sostiene que en este país con 14 millones de habitantes viven más de 65.000 personas con VIH en la actualidad, muchos de ellos sin siquiera saberlo.

Valdez reconoció que el país había dado "pocos pasos" para prevenir y erradicar el VIH en grupos vulnerables. Entre los avances está la apertura de cinco clínicas dirigidas a las poblaciones de la diversidad sexual.

"Deberían existir esta clase de servicios en todos los hospitales para que se elimine la homofobia, que es el mayor tropiezo que encontramos", dijo, sin olvidar la especialización que debería tener el personal médico que atiende en estas clínicas.

"Cuando atienden a los hombres solo les revisan el pene, pero si se trata de personas de la diversidad sexual deberían revisarnos también otras partes del cuerpo", explicó.

Además, recomendó que el personal de estas clínicas trabaje mediante códigos de conducta o normas que regulen sus procedimientos en la atención a las poblaciones de la diversidad sexual y que impidan un trato discriminatorio.

Aunque los funcionarios de la salud pública deberían ser el ejemplo de atención para las minorías sexuales, en los hechos ocurre todo lo contrario, según Gabriela Dávila, dirigente de la no gubernamental Gente Positiva, cuya labor consiste en contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas portadoras de VIH.

"Hay total discriminación hacia las personas de la diversidad sexual. Los empleados las clasifican, las estigmatizan y no se maneja discrecionalidad en los pruebas de VIH, porque luego todo el mundo se entera de quién resultó positivo y vienen los agravios", explicó.

Dávila indicó a IPS que el personal de salud estatal debería recibir una capacitación integral en la que se les instruya sobre el VIH/Sida, porque "ellos creen muchas veces que al tener contacto físico con un transgénero o con una trabajadora sexual se van a contagiar, lo cual es erróneo", lamentó.

Ana Gladys Ollas, defensora de la mujer de la Procuraduría de Derechos Humanos, dijo a IPS que conoció un caso de una empleada del Ministerio de Salud que resultó positiva en la prueba de VIH, lo cual "se hizo público en la institución y provocó el rechazo de sus compañeros de trabajo, razón por la cual tuvo que ser trasladada a otra área".

El organismo gubernamental que se encarga de coordinar acciones para prevenir y erradicar el VIH u otras infecciones de transmisión sexual en Guatemala es el Programa Nacional de Prevención y Control de Infecciones de Transmisión Sexual, VIH y Sida, que funciona en la órbita del Ministerio de Salud y Asistencia Social.

Jorge López, director de la no gubernamental Organización de Apoyo a una Sexualidad Integral frente al Sida, fue más al fondo del asunto al señalar a IPS que, en la medida de que la población de la diversidad sexual sea considerada "anormal", será imposible contener el VIH/Sida y que todos sus derechos como ciudadanos sean respetados.

"Hemos estado impregnados de prejuicios sociales, muchos de ellos religiosos, impuestos por iglesias e instituciones que hacen que las personas piensen que la diversidad sexual se encuentran fuera de los parámetros normales y que hay que atacarla", explicó.

Así, "muchos homosexuales han tenido que dedicarse al trabajo sexual para sobrevivir porque su derecho a la educación, a la salud y a la familia ha sido vulnerado, y para pagar la cena de esta noche deben estar parados en una esquina alquilando su cuerpo", añadió.

Sobre la salud en particular, López admitió que la población tiene hoy mayor acceso a preservativos, como el condón, los cuales ayudan a prevenir el VIH/Sida y otras enfermedades transmitidas por las relaciones sexuales.

Guatemala aprobó en 2009 el reglamento de la Ley de Planificación Familiar, el cual ha facilitado el acceso a preservativos mediante el seguro social y otras instituciones públicas y privadas, y llevará la educación sexual a niños y niñas de educación primaria.

Pero para que mejore la atención de la salud y de todos los derechos humanos de las personas de la diversidad sexual falta algo muy importante, según López. "El Estado debe darles la categoría de ciudadanos", precisó.

"En la mayoría de los países de la Unión Europa y en Argentina ya se institucionalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo, así como en otros muchos sitios se avanzó en las uniones civiles. Eso es realmente lo único que en Guatemala podría dar carácter de ciudadanos a la personas de la diversidad sexual", agregó.

Es que la Constitución guatemalteca garantiza la protección social, económica y jurídica de la familia, la cual se deriva del matrimonio. "Pero nosotros no tenemos derecho a formar una familia con una pareja", lamentó López.

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