Para el pediatra y especialista sanitario brasileño Paulo Buss, el peor enemigo de la salud es el desempleo. Si este sigue creciendo, el mundo afrontará una «catástrofe», dijo en entrevista exclusiva con Tierramérica.
En opinión de Buss, coordinador del centro de relaciones internacionales de la estatal Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), "la crisis económico-financiera global, causada por el descalabro del capital financiero de los países centrales, está profundizando desigualdades entre y dentro" de las naciones.
La razón principal es "el desempleo, una de las primeras causas sociales de mala salud", dijo a Tierramérica en el marco de la Conferencia Mundial sobre los Determinantes Sociales de la Salud, celebrada por la OMS en Río de Janeiro entre el 19 y el 21 de este mes.
"Estamos frente a una catástrofe social si no tenemos el cuidado de proteger el empleo para mantener una calidad de vida para todos", advirtió Buss.
El encuentro, al que asistieron representantes de más de 100 países, contó con la organización de Fiocruz y del gobierno de Brasil y se basó en el informe final de la Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud, creada en 2005.
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En ese informe, publicado en 2008, la Comisión recomendó mejorar las condiciones de vida cotidianas; luchar contra la distribución desigual del poder, el dinero y los recursos; medir y analizar el problema y evaluar el impacto de las acciones.
TIERRAMÉRICA: ¿Cuáles son los determinantes sociales de la salud, tema de la conferencia de la OMS (Organización Mundial de la Salud)?
PAULO BUSS: La conferencia fue convocada a partir de un importante informe publicado en 2008, que alertó a la comunidad mundial sobre lo absurdas que son las desigualdades en salud, injustificadas y prevenibles.
La mortalidad infantil de Suecia, por ejemplo, es de menos de tres muertes cada mil nacidos vivos, la de Brasil es de 15 y la de algunos países de África supera los 100, o sea, 10 por ciento de los niños no llegan a vivir.
Lo mismo pasa con la expectativa de vida, en Suecia y Japón se vive más de 80 años, en Brasil 72 y en Mozambique y Angola, menos de 50.
Son disparidades globales, nacionales y locales, entre países y dentro de estos. La conferencia reunió experiencias nacionales y locales para combatir esas desigualdades y enfrentar los determinantes sociales de la salud, como la distribución de ingresos, la escolaridad, o el acceso a bienes y a servicios públicos generales: agua, saneamiento y recolección de residuos. Son inequidades evitables y prevenibles.
La conferencia buscó identificar iniciativas, políticas, mecanismos y herramientas que los países, municipios y comunidades usan para mejorar la equidad de los resultados. La salud es resultado de la equidad social.
TIERRAMÉRICA: Brasil mostró sus experiencias de éxito
PB: Brasil mostró muchas experiencias, como el programa Beca Familia (que entrega subsidios a los hogares más pobres que hagan uso de servicios de educación y atención médica para sus hijos, entre otras contrapartidas). Se ha demostrado que hubo una expresiva mejoría en la salud de las familias beneficiarias, la mortalidad disminuyó y el tiempo de vida creció.
Otro ejemplo son las comunidades que mejoraron su acceso al agua de calidad, alcantarillados y recolección de basura, tres dimensiones de servicios públicos.
Brasil ha tenido notables reducciones de desigualdades y mejoría en los resultados de salud, por eso fue seleccionado por la OMS para alojar la conferencia mundial.
TIERRAMÉRICA: ¿El Sistema Único de Salud (SUS) puede ser ejemplo de avance?
PB: Hace 35 años Brasil empezó a universalizar la inmunización gratuita y generó un impacto impresionante. Acabamos con la varicela, la poliomielitis y el sarampión, y redujimos drásticamente el tétanos, la tos ferina y la influenza. El SUS ofrece vacunas para todos, así como tratamiento contra el VIH/sida, la malaria y todas las enfermedades infecciosas.
Pero tenemos todavía muchas desigualdades en el sistema. De las mujeres que no tuvieron educación formal, solo 25 por ciento se practicaron la mamografía para la detección precoz del cáncer de mama. Y en la franja de mujeres con 15 años de estudios, más de 65 por ciento accedieron a ese examen.
TIERRAMÉRICA: ¿Qué se pretendió lograr con el documento final de la conferencia? ¿Tiene carácter obligatorio?
PB: El documento se llama Declaración Política de Río sobre los Determinantes Sociales de la Salud y contiene una serie de elementos de naturaleza política.
Queremos mostrar que la crisis económica global que se originó en el descalabro del capital financiero de los países centrales está profundizando las desigualdades entre países y dentro de estos, principalmente por el desempleo, que es una de las primeras causas sociales de mala salud.
Queremos hacer un llamado a la responsabilidad de gobernantes, académicos y sociedad civil. Estamos frente a una catástrofe social si no tenemos el cuidado de proteger el empleo para mantener una calidad de vida para todos.
TIERRAMÉRICA: ¿Se trata de propuestas concretas?
PB: Se trata de respetar las políticas de diferentes sectores. Vamos a colaborar para que los gobiernos creen planes integrados de acciones en el sector público. Brasil es referencia en políticas anticíclicas y por haber creado condiciones económicas para que el mercado interno mantuviera un dinamismo más redistributivo del ingreso. El documento será la base de una gran plataforma de diálogo y de experiencias exitosas. Así la conferencia da continuidad a lo que empezó en 2005 y no termina ahora. La idea es proyectar una nueva evaluación, antes de 2015, de lo realizado y del grado de cumplimiento de los planes nacionales.
* La autora es colaboradora de IPS. Publicado originalmente el 22 de octubre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.