El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva reclamó este miércoles en la capital española mayor transparencia bancaria, que se luche efectivamente contra los paraísos fiscales, se amplíen los controles financieros, en especial a las grandes empresas, y se proteja el dinero público.
En su discurso de clausura de la III Conferencia de Progreso Global, el líder izquierdista que gobernó Brasil en dos periodos, de 2003 a 2011, comenzó diciendo que "el mundo no tiene derecho a permitir que se acabe la Unión Europea (UE)", pues lo logrado por el bloque tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) "es parte del patrimonio democrático de la humanidad".
También puso énfasis en señalar que es inaceptable que la crisis financiera de Grecia, dado su escaso peso económico, pueda poner en riesgo a la propia existencia de la UE, lo que considera que "es como si una uña de mi dedito pudiera matarme".
Lula, tras dar varios ejemplos de desigualdad social en el mundo, planteó que quedan solamente dos opciones, una es dejar que el cambio lo gobiernen los mercados "o los conservadores, que generalmente son lo mismo" o, en su lugar, "gobernarlo nosotros, es decir, los ciudadanos".
América Latina vive el mejor momento en décadas, y en particular Brasil logró crear en los últimos ocho años 16 millones de empleos, que 28 millones de personas se sumaran a la clase media y que la renta promedio de los pobres creciera 68 por ciento, añadió ante 200 líderes mundiales reunidos dos días en Madrid por la Fundación Ideas, para "fijar la agenda progresista", según se definió.
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En términos concordantes se pronunció el candidato socialista a la presidencia del gobierno de España, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien, aunque reconoció que la globalización creó una enorme cantidad de empleos, dejó a "generaciones fuera del bienestar social".
Hay cientos de millones de personas que salieron de la pobreza, pero, a la vez, hay nuevas economías sumergidas, y así como se extendió la cultura de la información, también "eso ha agudizado la desigualdad en algunos países", indicó.
Sumergido en una activa campaña para las elecciones del 20 de noviembre, Pérez Rubalcaba culpó a las políticas de derecha de la crisis económica actual, poniendo sobre la mesa varias contradicciones. Si bien hay cientos de millones que pudieron salir de la pobreza en el mundo y hay nuevas economías emergentes, esa globalización "ha traído riesgos e inseguridades".
"Hemos duplicado la esperanza de vida de nuestros abuelos, pero somos la primera generación en comprometer el futuro de nuestro planeta", sentenció a modo de síntesis de su exposición en el foro el postulante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
En esa línea, reivindicó la socialdemocracia como "una fórmula para que la recuperación económica no solo sea eficiente sino justa", aunque abogó por una actualización de esa corriente de pensamiento.
Se debe combinar la protección social y redistribución económica con una expansión de la igualdad de oportunidades, formando a las personas para que sean capaces de crear, investigar e innovar, expresó.
Es necesaria la participación activa del Estado, "como garante de la protección social, de la redistribución, de la creación de empleo, de la respuesta a la degradación del medio ambiente y de la lucha contra la pobreza", indicó.
Pérez Rubalcaba llega a los comicios de noviembre con escasas posibilidades de poder reemplazar a su correligionario José Luis Rodríguez Zatapatero, según todas las encuestas que proyectan un holgado triunfo de Mariano Rajoy, líder del centroderechista Partido Popular (PP).
Rajoy inició su campaña acusando al PSOE de haber sumido en la crisis a España y entre sus planteos está no acompañar la reforma de la Política Agraria Común (PAC) de la UE, que hoy beneficia a España.
El PP lidera los sondeos de intención de votos con una diferencia de 18 por ciento sobre el PSOE, que en caso de confirmarse en las urnas hará que Rajoy pueda ser designado nuevo presidente del gobierno español solo con los votos de los diputados propios.