AFGANISTÁN: ONU omite bajas civiles en ataques nocturnos

Un informe de la ONU indicando que solo 30 civiles murieron en redadas nocturnas contra insurgentes en Afganistán en los primeros seis meses de este año se basa solo en una pequeña porción de esas operaciones.

Soldado Steven Armenta, de la fuerza aérea estadounidense, patrulla en la ciudad afgana de Qalat el 9 de agosto de 2011 Crédito: Departamento de Defensa de Estados Unidos
Soldado Steven Armenta, de la fuerza aérea estadounidense, patrulla en la ciudad afgana de Qalat el 9 de agosto de 2011 Crédito: Departamento de Defensa de Estados Unidos
Así lo dijeron a IPS miembros de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán (AIHRC, por sus siglas en inglés), que trabajó junto con la misión de la ONU en el reporte de 2010 sobre bajas civiles.

El último informe de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (Unama, por sus siglas en inglés) atribuye 80 por ciento de las 1.462 muertes civiles que registró en los primeros seis meses de este año al movimiento islamista Talibán —principalmente mediante artefactos explosivos—y solo 14 por ciento a "fuerzas progubernamentales".

Además, sostiene que el comando militar de Estados Unidos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) –que ocupan Afganistán desde hace casi una década– redujo en 15 por ciento las muertes de civiles en operativos nocturnos del primer semestre de este año respecto del mismo periodo de 2010.

Pero autoridades de la AIHRC dijeron a IPS que la misión del foro mundial solo habría investigado una pequeña parte de las redadas selectivas nocturnas ejecutadas en ese lapso por las fuerzas extranjeras que combaten al Talibán.
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Un alto miembro de la comisión independiente también objetó públicamente que la Unama excluyera del informe del año pasado la mayoría de las denuncias que recibió de muertes civiles en operaciones llevadas a cabo por la noche.

Autoridades de la AIHRC, que experimentaron en persona los efectos de esos ataques nocturnos, sostienen que la mayoría de esas incursiones se llevan a cabo en distritos dominados por el Talibán y en los que la gente carece de medios para presentar denuncias o ignora que puede hacerlo.

Las fuentes pidieron anonimato por no estar autorizadas a hablar sobre el asunto con los medios.

En la sureña provincia de Helmand, las redadas se concentran en los distritos donde el Talibán es más fuerte, como Bagram, Baghni, Sangin y Nahr-e-Saraj, explicaron las fuentes de la comisión.

Lo mismo ocurre con las provincias de Kandahar (sur), Zabul (sudeste), Uruzgan (centro-sur) y en otras del sur y el este del país, donde el movimiento islamista tiene una fuerte presencia, añadieron.

La AIHRC recibió solo nueve denuncias directas de familiares de muertos o heridos en operaciones nocturnas en la primera mitad de 2011, señalaron.

De hecho, la comisión obtiene la mayor parte de la información sobre bajas civiles no de familiares de las víctimas sino de personas detenidas, aclararon las fuentes.

Pero esos datos son fragmentarios, ya que la comisión tiene acceso solo a un número reducido de los detenidos en el sistema carcelario afgano, y porque los propios presos solo conocen determinados casos.

La Unama cuenta con siete oficinas regionales, pero el contacto entre estas y los distritos en los que el Talibán es fuerte es limitado.

Daphne Eviatar, quien ha seguido de cerca la situación de derechos humanos en Afganistán para la organización Human Rights First, con sede en Estados Unidos, coincidió en que muchas familias afganas no presentaban denuncias sobre bajas civiles.

"No estoy segura de que lo hagan", dijo.

El propio informe admite que, "dadas las limitaciones para operar en el entorno y el acotado acceso a la información, la Unama podría estar reportando menos redadas nocturnas con muertes civiles".

En una entrevista en febrero con investigadores que trabajaron en un estudio financiado por Open Society Foundations (red de fundaciones creada por el filántropo e inversionista George Soros) y la organización no gubernamental afgana The Liaison Office, un "observador internacional de derechos humanos" fue más allá.

La fuente anónima admitió directamente un "déficit de información sobre las redadas nocturnas debido a que muchas áreas en las que ocurrieron eran inaccesibles y era difícil corroborar (lo aportado por) los civiles".

La Unama es la única entidad internacional que ha reportado bajas civiles en operaciones militares nocturnas.

Su último informe revela que la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF, por sus siglas en inglés), liderada por la OTAN, se negó repetidamente a proveer información sobre los ataques nocturnos que llevó a cabo.

No obstante, las cifras provistas por la ISAF al periódico estadounidense The Washington Post y al bloguero Bill Roggio muestran un total de 2.020 redadas selectivas entre mayo y noviembre de 2010, en las que murieron alrededor de 2.000 "insurgentes".

Funcionarios militares también dijeron a los investigadores del estudio de Open Society Foundations y The Liaison Office que hubo disparos solamente en 20 por ciento de las incursiones nocturnas.

Eso significaría que 2.000 personas murieron en poco más de 400 redadas durante los seis meses, lo que da un promedio de cinco muertos por incidente con disparos.

La vasta mayoría de las redadas nocturnas se dirigen contra un solo individuo. Por tanto, las estadísticas disponibles sugieren que la enorme mayoría de muertes en esas acciones son indiscriminadas.

La Unama reconoció en su informe que la ISAF no aplicaba la misma definición de "civiles" empleada por la ONU y acorde al derecho humanitario internacional.

Oficiales de una unidad de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos —que habían matado a siete funcionarios electorales junto a un excombatiente talibán— dijeron en diciembre a Kate Clark, entonces periodista de la cadena británica BBC, que toda persona en compañía de un objetivo también se consideraba insurgente.

La propia definición de "insurgente" empleada por la ISAF al divulgar las cifras de muertos en redadas nocturnas sugiere que la mayoría serían considerados civiles de acuerdo con el derecho humanitario internacional.

La Unama no permitió a IPS entrevistar a la directora de su oficina de derechos humanos, Georgette Gagnon, sobre el informe de 2011, aun cuando ella se mostró dispuesta.

No obstante, en respuesta a preguntas enviadas por correo electrónico por IPS, Gagnon señaló que la Unama había investigado 89 operaciones nocturnas en las que se reportaron bajas, y que había rechazado denuncias de muertes civiles en 58 de esos casos.

La AIHRC y la Unama discreparon al elaborar el informe de 2010 cuando la misión del foro mundial decidió fijar en 82 el número de muertos civiles en ataques nocturnos, mientras la comisión afgana apuntaba a una cantidad mayor.

Este año, la AIHRC no participó de la elaboración del informe.

* Aportes de Shah Noori desde Kabul. Gareth Porter es historiador y periodista de investigación especializado en seguridad nacional de Estados Unidos. Su último libro, "Perils of Dominance: Imbalance of Power and the Road to War in Vietnam" (Peligros del dominio: Desequilibrio de poder y el camino hacia la guerra en Vietnam), fue editado en 2006.

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