Quienes protestan contra la carestía de los alimentos, los impuestos y las medidas de austeridad ya no son asiáticos, africanos y latinoamericanos, sino europeos pobres.
Ciudadanos de Europa occidental particularmente de Portugal, Italia, Grecia y España (PIGS, por sus siglas en inglés)- inundaron las calles de sus países, protestando por recortes en la educación, la salud, los programas para jóvenes y los subsidios a las viviendas.
Mientras, la gran pregunta que del 23 al 25 de este mes sobrevoló las reuniones anuales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington fue quién solucionará la crisis europea.
"Aunque la crisis parece ser problema de Europa, si causa un colapso de la eurozona o una serie de costosos rescates que desalienten el crecimiento, se sentirá desde Beijing hasta Boston y más allá", dijo Rana Foroohar en un artículo en la revista Time.
"Europa es el mayor socio comercial de
China. Si deja de comprar nuestros productos, todos sufren. Y si se termina la eurozona, serán mucho más débiles los países de Asia y América Latina que tienen el euro como divisa de reserva", señaló.
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No sorprende entonces que los principales mercados emergentes Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS)- estén en primer plano en los debates de las instituciones de Bretton Woods sobre posibles inversiones en bonos soberanos de la problemática eurozona o sobre creación de empleos.
El grupo BRICS posee reservas combinadas de 4,3 billones de dólares. China representa las tres cuartas partes de ese monto que en gran medida está en euros.
Tras el colapso deLehman Brothers y la posterior crisis financiera de 2008 en Estados Unidos, los países BRICS se recuperaron rápidamente. India y América Latina demostraron una sorprendente resiliencia a las ondas expansivas de la recesión global.
El resultado fue un viraje en las relaciones de poder en la arena económica, cada vez más en manos de las economías emergentes, que probablemente aporten 60 por ciento del crecimiento económico mundial para 2014.
El comunicado del día 22, firmado por ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales del BRICS, advirtió al mundo industrializado que "adopte políticas macroeconómicas y financieras responsables, evite crear una excesiva liquidez mundial y asuma reformas estructurales para permitir el crecimiento".
Puesto que casi todos los países de la eurozona no respetaron el límite de déficit presupuestario de tres por ciento anual y la proporción de 60 por ciento de deuda en relación al producto interno bruto (PIB), la preocupación del BRICS es fundada.
El bloque "está abierto a considerar, si es necesario, apoyo a través del FMI u otras instituciones financieras internacionales para responder a los desafíos de la estabilidad financiera mundial, dependiendo de las circunstancias de cada país", señala el comunicado, aunque no aporta cifras ni planes concretos.
Un informe divulgado el día 21 por el Banco Mundial pronostica que Asia meridional, donde viven 500 millones de pobres, tendrá que generar 1,2 millones de empleos mensuales en los próximos 20 años -lo que equivale a alrededor de 40 por ciento del aumento en la fuerza laboral mundial- para combatir la pobreza extrema y el desempleo.
"Cuando la gente habla sobre el BRICS en realidad se refiere a China, y en menor grado a India y Brasil", dijo a IPS Omar Dahi, profesor de economía para el desarrollo en el Hampshire College.
Pero aunque estos países tienen suficiente peso como para influir en las políticas internacionales y negarse a las imposiciones de Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Japón, "todavía no tienen la capacidad de remodelar las políticas económicas internacionales y, sin dudas, tampoco la de sacar a Europa o Estados Unidos de su crisis", agregó.
Susan Schadler, del Centre for International Governance Innovation y ex subdirectora del Departamento Europeo del FMI, dijo a IPS que "los BRICS no están pensando o hablando al unísono".
Desigualdades persistentes
El punto de vista dominante de la cooperación Sur-Sur indica que "un cambio en las relaciones de poder" pondrá fin al legado de hegemonía económica de las ahora menguantes superpotencias.
Pero los debates de la semana pasada entre los países del grupo BRICS cuestionan esa presunción.
El economista chino Luo Xiaopeng dijo que "luego de tantos años de humillaciones (por parte de Europa), ellos nos ruegan de rodillas, y no se puede subestimar la satisfacción y alegría" que esto causa a los políticos chinos.
Para Yukon Huang, del Carnegie Endowment for International Peace, "si la eurozona colapsa por causa de los PIGS, causará una crisis financiera mundial".
Es improbable que China preste ayuda si Europa no presenta una solución sólida propia, agregó.
"China no pondrá su dinero en una situación donde hay enormes riesgos y solamente desventajas", sostuvo Huang.
Schadler dijo a IPS que no cree que "en lo que respecta a oportunidades más equitativas para los países más y menos ricos, el hecho de que las excolonias o países en desarrollo estén en el asiento del chofer haga una gran diferencia".
Dahi señaló que "si bien un aumento en el comercio, las inversiones extranjeras directas y la integración Sur-Sur redujeron la dependencia de los mercados del Norte, esto también condujo a más desigualdades dentro del Sur global, así como a tensiones entre las potencias emergentes".
"La presencia de China en África es un ejemplo de los beneficios y desventajas de esta cooperación", dijo Dahi a IPS.
"En un sentido más amplio, estamos presenciando una crisis mundial del capitalismo, y todavía no está claro qué tipo de economía mundial surgirá" de ella, añadió.