Grandes fallas operativas están detrás de los últimos accidentes en aeropuertos de la República Democrática del Congo (RDC).
"El equipamiento en las torres de control y en las estaciones climáticas, que se supone debe proveer información precisa y a tiempo real sobre el clima, la atmósfera y la temperatura, no cumple con los actuales estándares para transporte aéreo, y esto constituye una seria falla", dijo Ndagano.
El accidente más reciente, de un Boeing 727 perteneciente a la aerolínea Hewa Bora, se produjo el 8 de este mes, cuando el avión se acercaba al Aeropuerto de Bangboka, en la nororiental ciudad de Kisangani.
Fue el tercer accidente sufrido por Hewa Bora en un periodo de dos años. Murieron 73 personas y otras 47 más resultaron gravemente heridas, según un informe publicado por el gobierno.
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El 13 de julio, cinco días después de la tragedia, el jefe ejecutivo de Hewa Bora, Stavros Papaioannou, responsabilizó a la Junta de Transporte Aéreo Congoleña, "que el mismo día de la catástrofe había asignado aprendices en la torre de control, y no profesionales calificados".
Pero el director gerente de la Junta, Justin Okana N'Fiawi, dijo a IPS: "Ningún aprendiz tuvo acceso a los servicios del aeropuerto involucrados el día del accidente, mucho menos a la torre de control".
En tanto, el ministro interino de Transporte y Comunicaciones, Martin Kabwelulu, dijo que el avión estaba sobrecargado, pero reconoció que la torre de control le había dado al avión información errónea.
Pero ambas versiones de lo ocurrido fueron rechazadas por Godard Mamba Makola, de la Asociación Congoleña de Controladores de Tráfico Aéreo. "Hasta que no se haga público el informe final de la investigación, no se podrán asignar responsabilidades", dijo a IPS.
Según el parlamentario Hubert Pierre Moliso, un informe preliminar del accidente reveló que el camión de bomberos del aeropuerto había demorado horas en asistir a las víctimas luego de que el avión estallara en llamas, cuando se supone debía seguirlo desde que tocara la pista.
Fuentes independientes también hablan de la "desaparición de de grabaciones de audio con las conversaciones entre el piloto y la torre de control en el aeropuerto de Bangboka".
"Además de la falta de equipamiento e infraestructura adecuada, no hay principios de responsabilidad para los involucrados. Nunca habrá forma de asignar la culpa", dijo Moliso.
"Y la desagradable polémica que estalló entre el propietario de la aerolínea y el gobierno por la cuestión de la responsabilidad del último accidente sólo eclipsa las deficiencias de nuestros aeropuertos", indicó.
Por su parte, el ministro Kabwelulu sostuvo que este accidente demostró que la seguridad del transporte aéreo en la RDC estaba "lejos de cumplir los estándares de protección para la vida humana, desde el despegue hasta el aterrizaje", y subrayó la necesidad de adoptar medidas urgentes.
Un informe realizado por la Junta confirmó que la mayoría de las terminales aéreas congoleñas sufrían de "una carencia de equipos en las torres de control y en los departamentos técnicos". Lo mismo sucede con los mecanismos de combate a incendios, y las áreas para estacionar los aviones son inadecuadas, señaló.
Según el documento, publicado en marzo, "el suministro de electricidad no es estable, y los sistemas para abastecer a los camiones cisterna, así como el acceso a rutas en caso de un gran incendio, son deficientes en la mayoría de los aeropuertos".
