BAHREIN: Esperanzas de paz

Un diálogo nacional sin condiciones puede ayudar a Bahrein a volver a la normalidad, alterada por la represión militar a una agitación popular de varios meses.

Las organizaciones opositoras –Asociación Nacionalista Democrática, Tribuna Democrática Progresista y Sociedad Nacional de Acción Democrática (Waad)– han dado la bienvenida al diálogo cuyo inicio está previsto para el 1 de julio.

La Sociedad Nacional Islámica Al-Wefaq, que lideró las protestas en febrero y marzo, antes de la declaración del estado de emergencia por tres meses, también insinuó que aprobaba las conversaciones.

En un comunicado divulgado a comienzos de este mes, la entidad se mostró abierta a un diálogo exhaustivo basado en un consenso nacional para lograr los reclamos y aspiraciones de los ciudadanos.

La organización sugirió que su compromiso para con las negociaciones dependería de la participación del príncipe de la corona Salman bin Hamad Al Khalifa, quien planteó la idea en febrero, en plena crisis.
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Las protestas de Bahrein, inspiradas por los movimientos políticos que derrocaron a los gobiernos de Túnez y Egipto, se iniciaron el 14 de febrero con reclamos de mejores servicios de vivienda y condiciones de vida en general. Luego escalaron, llegando a demandar la caída del régimen.

La situación ha afectado las vidas y la economía de la población. Un ejemplo fue la postergación del Gran Premio de Fórmula Uno, programado originalmente para marzo.

El anuncio del diálogo puede haber influido sobre la decisión de acceder a realizar la competencia en octubre.

Una investigación efectuada por un comité parlamentario concluyó que la Compañía de Petróleo de Bahrein perdió casi 16 millones de dólares a causa de una huelga convocada por la Federación General de Sindicatos del país en marzo.

La investigación se centró en irregularidades dentro de la empresa, que genera alrededor de 70 por ciento de las ganancias del Estado.

La huelga, que continuó durante una semana en marzo, derivó en la pérdida de unos 2.000 empleos, tanto en el sector privado como en el público, señaló el periódico de la oposición Al Wasat.

El Ministerio de Trabajo prometió actuar junto con las empresas para recontratar a los empleados despedidos, a fin de mantener el desempleo por debajo del umbral habitual de cuatro por ciento.

"Yo le digo sí al diálogo para sacar a Bahrein de la situación que está atravesando ahora", dijo a IPS la periodista empresarial Hana Buhiji.

"Se anunciaron muchos reclamos, y para que el diálogo tenga éxito se debe evaluar las ideas, a fin de organizar esas demandas según su prioridad para la nación y los ciudadanos antes de incluirlas en la mesa de negociaciones", opinó.

Buhiji también exigió canales adecuados para que todas las partes de las conversaciones lleguen a un acuerdo.

"Si en el diálogo no se hace eso o se intenta reducir los reclamos, entonces habrá sido una pérdida de tiempo. Esto afectará la vida económica, política y social de Bahrein", dijo.

"En el diálogo deberían participar todos los sectores de la sociedad, especialmente aquellos que representan a toda la población del país. Debería ser preciso y justo, para que nuestras demandas reales puedan llegar a la mesa de negociaciones", sostuvo, enfatizando la importancia de que haya flexibilidad y aceptación de los diferentes puntos de vista.

La violencia y los enfrentamientos que tuvieron lugar durante las manifestaciones dejaron 13 activistas, cuatro policías y siete civiles muertos, según estadísticas del Ministerio del Interior.

Las cifras presentadas al parlamento mostraron que 391 policías y 56 civiles resultaron heridos. Sin embargo, la oposición sostiene que la cantidad de víctimas entre los manifestantes es muy superior a la oficial.

El rey Hamad bin Isa Al Khalifa designó autoridades legislativas y ejecutivas para que convoquen al diálogo y garanticen procedimientos adecuados para que las deliberaciones sean fluidas y abiertas.

El monarca invitó a todos a participar en la iniciativa para impulsar reformas y satisfacer las expectativas de los ciudadanos en materia de paz, justicia y estabilidad.

El resultado del diálogo será remitido al rey para que lo implemente de acuerdo con los principios constitucionales.

El ministro de Justicia, Asuntos Islámicos y Donaciones, Shaikh Khalid bin Ali Al Khalifa, dijo que el diálogo incluirá a todos, sin excepciones. "Los ciudadanos comunes vieron con beneplácito la aprobación de las cuatro sociedades de la oposición", dijo Ubaidly Al-Ubaidly, columnista y editor en jefe de Al Wasat.

La población teme que esas sociedades puedan dificultar el diálogo poniendo condiciones complicadas de lograr, y esto puede volver a sumir a Bahrein en tiempos oscuros, agregó.

"Los ciudadanos no se fijan en el diálogo esperando grandes beneficios políticos, sino cosas que afecten sus vidas de un modo directo", proporcionándoles por ejemplo mejores condiciones de vida y estabilidad", dijo al tiempo de urgir a las organizaciones opositoras a unirse para negociar, a fin de hacer lo mejor para el país y su gente.

Todos los participantes en las negociaciones deberían trabajar genuinamente para convertirlas en un éxito e impulsar resultados fructíferos, sostuvo.

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