Conocida como «la tierra caliente», la cuna de la Revolución y de la conga, pero también como uno de los sitios más machistas de Cuba, esta ciudad del extremo oriental de la isla fue escenario de dos días de movilizaciones por el respeto a la libre orientación sexual e identidad de género.
A los paneles, debates, talleres y otras acciones de sensibilización, se sumó el martes la tradicional Conga de los Hoyos que, entre banderas cubanas y multicolores, atravesó varias cuadras del centro santiaguero acompañada de cientos de personas, pero también del dedo levantado y de la mirada seria y asombrada de no pocos observadores.
"Queremos una sociedad nueva. La lucha contra la homofobia es parte de la lucha contra todos los tipos de discriminación vigentes en nuestra sociedad", dijo a IPS Mariela Castro Espín, directora del gubernamental Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), tras mencionar los casos de la discriminación racial y contra la mujer.
Aunque la visión de esta ciudad como la "más machista" de esta isla caribeña podría ser también un estigma, según la especialista, lesbianas y gays consultados por IPS coincidieron en identificar otras zonas como "más abiertas", en comparación con las agresiones que reciben casi a diario por las calles de su ciudad.
"Dos personas que se aman del mismo sexo suelen ser rechazadas y agredidas en público verbal y hasta físicamente", dijo a IPS Isbrailda Ruiz, integrante de Las Isabelas, el grupo de mujeres homo y bisexuales surgido en 2002, el primero de este tipo en Cuba.
[related_articles]
La intolerancia se vive, incluso, en ámbitos universitarios. Jorge Hadad, estudiante de Comunicación Social, confesó a IPS que cuando entró a la Universidad pensó que sería "más permisible", pero se encontró con "profesores que no te aceptan tal como eres y por eso he tenido algún que otro encontronazo".
Como un síntoma también de la realidad santiaguera podría interpretarse el hecho de que en el club de amigas y amigos creado en el sitio web del proyecto de diversidad sexual del Cenesex los participantes de Santiago apenas colocan fotos. "Hay un anonimato muy fuerte", reveló Camilo García, colaborador de la institución.
Cuatro años después de la celebración por primera vez en Cuba del Día Mundial contra la Homofobia y a menos de una década del inicio de un trabajo sistemático para promover el respeto a la diversidad sexual, la jornada de este año insistió en ver los derechos sexuales de todas las personas como parte de los derechos humanos.
Los prejuicios pueden llevar a la discriminación de las personas por amar a otra del mismo sexo, por haber nacido varón y sentirse mujer, por simplemente ser mujer, y peor si coincide que es lesbiana y negra, precisamente por ser negro o mestizo, por vivir fuera de la capital o en condiciones de pobreza.
"Si logramos hacer un todo en contra de la discriminación en general creo que vamos a avanzar más rápido que haciéndolo por separado", opinó la escritora Deysi Rubiera, vinculada a la iniciativa ciudadana Cofradía de la Negritud, que participó en la Jornada Cubana contra la Homofobia con su libro de testimonios "Aires de la Memoria".
En el caso específico de las personas homosexuales, los debates en Santiago de Cuba incluyeron desde el derecho a elegir con quién, cómo y dónde se tienen relaciones sexuales, siempre y cuando no se dañe a terceras personas, hasta la expresión pública del amor por una persona del mismo sexo.
"Hasta ayer nosotros pensábamos sobre este particular algo muy diferente a lo que estamos viendo en este momento", reconoció el mayor Luis Mariano Mustelier, de la Policía Nacional Revolucionaria, ante una pregunta sobre las acciones policíacas contra las personas del mismo sexo que se besan en público o contra travestis y transexuales.
Aunque estas manifestaciones de afecto no constituyen delito, sí se siguen considerando como contravenciones en virtud del Decreto Ley 141 del Consejo de Ministros, que establece una multa de 40 pesos (algo menos de dos dólares) para "aquella persona que ofenda las buenas costumbres con exhibiciones impúdicas".
"Un policía que venga y vea a dos homosexuales besándose o vestidos de mujer y los conduzca a la cárcel está violando la norma, pues no estamos hablando de un delito", respondió a las inquietudes de los participantes el abogado Alexis Batista, especialista de la Dirección Provincial de Justicia, tras reconocer que la norma "debe ser cambiada".
Por su parte, el médico Alberto Roque, activista del grupo Hombres por la Diversidad, alertó sobre dónde están los límites y quiénes los colocan: "¿respetar a quién? A una mayoría aplastante que define lo que hay que hacer o que dispone cuáles son las normas basado en que hay homofobia", dijo.
"Este lugar no es para eso", fue la reacción de un transeúnte al ver los preparativos de un panel de sensibilización en la plaza Dolores, ubicada justo frente a la sede municipal del Partido Comunista de Cuba. Mientras un joven rastafari, se cuestionó por qué defender la homosexualidad mientras se discrimina a ese movimiento que "no daña a nadie".
En tanto, más de 400 estudiantes asistieron a un debate en la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba, que entre otros aspectos colocó sobre la mesa los prejuicios homofóbicos de los futuros juristas y la necesidad de sumar más hombres heterosexuales a las campañas de sensibilización.
El programa, que se extiende por todo el año pero tuvo su momento de mayor visibilidad, incluyó conferencias y debates en diferentes sectores de la sociedad, presentaciones de videos y películas, galas artísticas con la presentación de transformistas y una conga contra la homofobia en la capital cubana el sábado 14.
Mientras otros países de América Latina celebran el Día de Orgullo Gay, "en Cuba, quisimos centrarnos no en la víctima de la homofobia sino en el problema", explicó Castro Espín a IPS.